Habiendo pasado ya unos cuantos días desde que Jun le hizo aquel regalo, Sachi decide ir a pedirle más. Quiere aprovechar la ocasión, para agradecerle de alguna manera, aunque sea con unas pocas palabras. Aun así, es algo que le resulta extraño a la niña, estaba convencida de que en esta situación nadie la ayudaría y aún menos que daría las gracias a alguien.
Mira de un lado al otro, no hay nadie cerca de su casa y entonces avanza. Al instante se alerta por unos rápidos pasos que se dirigen desde su espalda hacia ella. Alguien pasa los brazos por debajo de los suyos y la aprisiona.
La mente de Sachi tarda en darse cuenta de en qué situación se encuentra, aun cuando ya estaba preparada para esto. Al darse cuenta que no puede moverse, es cuando su corazón comienza a latir con furia.
—¿¡Que haces!? —exclama Sachi.
Se sacude, intenta soltarse, pero quien la acaba de atrapar la vence en fuerza y la sostiene firme. Comienza a dolerle.
—¡La tengo! —grita, es la voz de Mura, uno de los tantos niños que en un pasado llamaba "amigos".
Inmediatamente, ve como otros tres salen de su escondite, detrás de los muros de la casa. Dos de ellos son los que destrozaron las flores de su abuela hace ya unos meses, Saburo y Nori. La tercera es Akane, la prima de este último, tres años mayor que él.
Sachi no sabe cómo reaccionar. Ellos la habían rechazado, arrojado piedras, insultado, pero nunca algo como esto.
Se queda paralizada.
Saburo, el más robusto de todos, se le acerca.
Antes de ella pueda abrir su boca para preguntar qué demonios está sucediendo, su cuerpo se dobla hacia delante. El dolor que siente en su vientre incluso le nubla la vista, todo producto de un puñetazo en el estómago. Si no la estuviesen sosteniendo hubiese caído al suelo.
—Oye, ¿qué se supone que estás haciendo...? —le dice Saburo con una voz cargada de resentimiento.
Siente como sus cabellos son jalados hacia arriba, el dolor no deja de opacar sus sentidos, pero no esto no le impide hablar.
—¡Váyanse...! Solo, déjenos en paz...
—¡has silencio, adoradora del demonio! —levanta su puño nuevamente, esta vez más alto, para golpearla en el rostro—. Tú... nuestra familia lo sabía, incluso antes de que ese hechicero nos lo dijera... ¡Los Fujioka sabíamos muy bien que los Tanaka eran solo una familia de demonios! ¡Todos ustedes estaban sedientos por sacrificios, nos controlaron para que nunca pensásemos en buscar nuevas tierras!
En ese momento, el miedo viene acompañado de una sobrecarga de adrenalina. Sachi fuerza un brusco movimiento hacia atrás con su cabeza y siente como su nuca golpea la nariz de Mura, quien la suelta y pega un grito de dolor seguido de un insulto.
Sachi se siente demasiado desorientada. "¿¡Por qué los Tanaka tenemos que sufrir esto!? ¿¡que hicimos para tener que recibir tal castigo!?" Se pregunta mientras que una chispa de odio se prende dentro de ella. Corre hacia la puerta, pero antes de poder siquiera alcanzarla, Saburo y Mura se le tiran encima. Su cuerpo impacta contra el suelo junto al peso de los dos chicos, cortándole la respiración por unos momentos.
Saburo la coloca boca arriba y le propina otro puñetazo más, esta vez dirigido a su nariz, el dolor es insoportable. Sachi pega un grito y los ojos se le llenan de lágrimas. La nariz comienza a sangrarle.
—¡Siquiera tienes derecho a llorar! ¡Esto es por llevarte a nuestra amiga, demonio!
Un fuerte golpe a un lado de sus costillas, es como si fueran a quebrarse, probablemente una patada por parte de Mura. "Quizás todo esto sea merecido?" "La mente de la niña comienza a alejarse de la realidad.
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El Dios Rechazado (Finalizada)
Fantasy"Tienes que ser una niña buena, una que pueda otorgar esperanzas a todos a su alrededor. A pesar de que las cosas solo empeoren y el mundo no demuestre más que odio para ti, debes ser capaz de seguir adelante" esto es lo que le dijo su madre en sus...