El joven camina a través de un largo bosque. Los árboles a su alrededor son familiares para él, al igual que la suave brisa, ya estuvo aquí en más de una ocasión. Sin dudarlo sabe que se encuentra en Japón, pero ¿en qué época? ¿en qué mundo? ¿en cuál línea temporal? Puede descartar varias, incluso el hecho de que el cielo sea azul o el planeta no fuese golpeado por un asteroide le da pistas de donde se encuentra.
Avanza hasta que el camino termina en una empinada pendiente que desciende montones de metros. Con sus ojos como esmeraldas observa desde la alta montaña en la que se encuentra. A lo lejos divisa un pequeño pueblo, por la apariencia de este, cree que probablemente se encuentra en el periodo Edo de Japón, o tal vez en el Meiji o el Taisho, aunque sigue sin estar seguro.
Nuestro joven protagonista se llama Gabriel Bluewind. Sus dorados y largos cabellos se mecen al viento mientras que analiza la situación. Sus rasgos están lejos de ser asiáticos, estos son sin duda provenientes de algún país de Europa. Sus ropas son de cuero, se trata de un traje de aventurero, además de llevar una larga capa.
Se apresura a rodear la montaña para comenzar a descenderla.
—Si tan solo Ariel estuviese aquí... ¡con su magia sería mucho más fácil bajar todo esto! —se queja fatigado.
Ariel Singspring, es además de un poderoso mago, tanto el mentor como la pareja de nuestro protagonista. Pero a pesar de su magia sin igual, ha desaparecido. La única pista que Gabriel tiene sobre el paradero exacto del mago, es tan solo un minúsculo residuo mágico que aún los une, casi como un pequeño hilo a punto de ser cortado. Gracias a esto, él pudo guiarse hasta este mundo y lugar en específico; aquel pueblo es donde termina el rastro dejado por su maestro.
El joven de cabellos dorados baja una empinada cumbre con peligrosas rocas sobresaliendo, además de algún que otro árbol muy delgado. No sé preocupa por el terreno y acelera el paso.
La preocupación oprime el pecho del joven.
Un solo paso en falso en esta pendiente podría ser fatal para un humano normal, pero Gabriel Bluewind está lejos de ser uno, después de todo, aunque sea un aprendiz también es un mago. El joven recita un hechizo en un idioma desconocido y como obedeciendo sus palabras, fuertes corrientes de viento rodean sus piernas, viéndose como pequeños tornados, impulsándolo a una sorprendente velocidad. Da largos saltos, desplazándose varios metros por cada uno. Este viento es también capaz de amortiguar sin problemas cada peligroso descenso.
A pesar de la poca paciencia que Gabriel tiene para la mayoría de las cosas, su maestro es de los pocos que no se enoja en lo más mínimo con él. Por un lado, Ariel suele ser tan optimista que irrita, pero por el otro es demasiado realista cuando la situación lo amerita, quizás sea un efecto secundario de la inmortalidad. En todo caso, aunque quiera negarlo y no lo parezca a simple vista, en el fondo ambos se parecen demasiado.
Además, se conocen demasiado bien y desde hace décadas, es gracias a esto que Gabriel mantiene una idea, una que no puede ignorar.
—Estoy seguro de que está planeando algo... —se dice—. En primer lugar, ¡si alguien debería preocuparse por no morir, ese no es él, sino yo! Debe tener algo preparado...
El hecho de no conocer las intenciones de su mentor, tan solo lo obliga a apurar su paso aún más.
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El Dios Rechazado (Finalizada)
Fantasy"Tienes que ser una niña buena, una que pueda otorgar esperanzas a todos a su alrededor. A pesar de que las cosas solo empeoren y el mundo no demuestre más que odio para ti, debes ser capaz de seguir adelante" esto es lo que le dijo su madre en sus...