Luego de que Tanaka Sachi escapara tras la muerte de la madre de Nori, usando sus raíces para evitar que la atrapasen, la voz se fue corriendo por el pueblo entero. Ahora casi todos los habitantes se encuentran congregados delante de la pequeña casa, no todos son adultos, sino que también hay jóvenes, todos unidos por su odio hacia "los demonios Tanaka".
Frente a la puerta ya no hay rastro del cuerpo de Tanaka Ume.
Mura, el niño que arrojó la piedra, parado allí mismo frente a la casa, llora mientras exclama que está seguro de haberle dado. Dos de sus amigos, con excepción de Nori, quien solo se mantiene en silencio a un lado de su padre, intentan convencer a todos los demás de que así es como fue. Ellos vieron como la anciana caía inerte al suelo.
—¡Los Tanaka son una familia de demonios! —exclama enfurecido el padre de Saburo, la cabeza de los Fujioka. Se trata de un hombre alto y de anchos hombros, parándose frente a casi todos los habitantes del pueblo—. ¡Nos sacrifican! ¡Nos matan si intentamos salir del pueblo! ¡nos lavan la cabeza para que creamos que todo está bien!
Solo es una pequeña parte de la población la que no se ha presentado.
—¡Así es! —se hace escuchar otro—, ¡ellos no serán tan fáciles de matar, hay que perseguirlos hasta que no puedan escapar!
Las incontables voces comparten un único sentimiento.
No hay nadie en este pueblo que no haga caso a los Fujioka, todos los seguirán hasta el final.
—¡Ellos se llevaron a muchos de nuestros familiares y amigos, habiéndole quitado en el proceso a su madre y a su hermana a Nori, el mejor amigo de mi hijo! ¡Es por eso que ninguno de los nuestro les tendrá compasión a los adoradores de ese demonio, no quedará ni uno con vida, expulsaremos al demonio y recuperaremos la paz en nuestro pueblo!
Esta sin duda es la verdad absoluta para la cabeza de los Fujioka, ya que quienes intentaron atacar a Midori murieron en el intento a causa de las raíces y ella escapó, solo pudo desquitar su ira con Jun.
En cuanto a Nori, para él las palabras de este hombre solo son el prólogo de un caos mayor.
"el odio solo llevará a más odio"
El niño aprieta sus puños y mantiene su vista fija en el suelo, sabe que diga lo que diga no lo escucharan, incluso existirá la posibilidad de que condenen a su familia si habla de demasiado.
No quiere perder a nadie más.
Nori cree que si todos estuviesen unidos nada de esto hubiese ocurrido, la madre y la abuela de Sachi no hubiesen muerto, al igual que tampoco lo hubiesen hecho la hermana y la madre del propio niño. La vida tan solo seguiría como siempre... si no fuese por la llegada de ese hechicero... No, el solo dijo palabras, quienes tienen la culpa por escucharlo son los habitantes de este pueblo, da lo mismo si se tratara de un hechizo, maldición o lo que sea, quienes renunciaron a su paz y felicidad fueron ellos.
Los Tanaka no son demonios, cuando todos eran amigos de ellos estas cosas no ocurrían. La única condición era darles un sacrificio cada diez años. Lo único raro era el hecho de que no se les permitiera salir del pueblo, ¿pero acaso tan difícil era primero hablar sobre los Tanaka sobre esto? ¿no podían unirse todos para encontrar una solución? Lo único que puede afirmar, es que en aquella época convivían todos en paz...
¿Cuándo fue que esta desgracia estuvo destinada en primer lugar? ¿Cuándo llegó el hechicero? ¿Cuándo comenzaron los sacrificios...? ¿O antes, mucho antes que todo esto?
Encabezados por la cabeza de los Fujioka, todos están a punto de comenzar a buscar a la niña y al demonio, pero no tienen idea de donde podrían ocultarse. Deciden que el primer punto al que deben ir, tiene que ser el antiguo templo quemado, anterior hogar de los Tanaka.
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El Dios Rechazado (Finalizada)
Fantasía"Tienes que ser una niña buena, una que pueda otorgar esperanzas a todos a su alrededor. A pesar de que las cosas solo empeoren y el mundo no demuestre más que odio para ti, debes ser capaz de seguir adelante" esto es lo que le dijo su madre en sus...