Ephemeral: Crueldad.

- Prólogo -

Ninfas

       Venganza. Una palabra peculiar, cuyo significado se puede reducir al deseo de ver llorar sangre a la persona que tanto sufrir te hizo. Esta es una historia de venganza, pero como todo acto de crueldad hay un porque, que se puede asimilar como el proveniente de algo que en algún punto de nuestra existencia fue hermoso y sin precedentes, así es. Eso a lo que conocemos como amor. Y como toda buena historia esto comienza con este particular sentimiento, amor. Sin embargo comenzaré desde el principio, puede que sea lo mejor, comenzar desde el clímax o desde el final ya esta muy trillado.

       Todo empieza con una vieja leyenda. Pero no nos vendremos tan atrás. Hoy veremos a Maya.

       En la soledad de una habitación, donde las lámparas de aceite mantenían a raya la oscuridad, ahí dos mujeres compartían una acalorada charla.

一¡Pero no deseo ir allí!一gritó la más joven. 一¡Ese lugar esta lleno de monstruos!

       La ira y el desprecio repintaban sus palabras de forma poco delicada. Como si de una madre se tratara, lo cual era bastante cercano a su relación, contradijo.

一Sólo será durante unos meses. 一aclaró intentando convencer a la menor. 一Es algo muy importante para todas, no querrás arruinar la oportunidad para el resto de tus hermanas Maya.

一Y-Yo... No.

一Además, no es sólo una gran oportunidad para practicar lo aprendido en la escuela de la srta. Rainhart. También es el momento ideal para darnos a conocer. 一exclamó con emoción la mujer. Su bello cabello rubio era acomodado en una coleta, dejando al expuesto una serie de mechones azules, que lucian bastante bien en la fémina.

一Ya lo sé, pero... ¿Por qué yo? 一preguntó desconcertada. 一Lili o Mía podrían hacerlo mejor, si se me permite opinar.

一Por supuesto, ellas tal vez lo harían de maravilla. 一esas palabras eran dichas con un total poder de convencimiento, aquella mujer sabía utilizar bien su posición después de todo. 一Es porque eres la más chica obviamente, creo que podría enseñarte unas cuantas cosas sobre la vida, esta experiencia. Será bueno para ti hija.

       Lo dicho no pudo ser más falso, aquello era una total treta. Había una mejor razón, una única razón. Pero quien diría no a la madre Misstress.

       La discusión quedó hasta allí ese día. Los pensamientos de Maya eran un total caos, una tormenta interior imparable, incontrolable, indetenible.

       Como una corriente que arrazava con todo a su paso con furia y vigor, como una ventisca capaz de destrozar valles, todo eso en un mismo corazón. Después de tanto tiempo encerrada, salir sólo por una escasa cantidad de libertad, y más aún, teniendo que soportar estar rodeada de monstruos.

       Después de todo, para una ninfa, todo fuera de si es un veneno.

       Así es, Ninfas, una raza misteriosa fuera de los estándares de los demonios y los mortales, despreciadas por unos, alabadas por otros. Sin embargo había un gran secreto tras su desaparición.
Antes todos vivían en paz, juntos, desde antes las ninfas fueron poco comunicativas y distantes, todo iba relativamente bien, hasta que un día.

一Emilia... ¿Pero que haz hecho?. 一la incredulidad y tristeza invadian su ser en aquel momento, que acababa de hacer, aquella sirena.

一En tiempos desesperados, medidas desesperadas. 一fue todo lo que dijo. Para acabar con todo, su amistad, su prestigio, su mundo.

       Esa sirena, Emilia. Condenó a todas las ninfas a una vida de abusos, y crueldad. Hasta que un día, la madre Misstress decidió que esa vida no era justa para ninguna, y que ya esté mundo oscuro no nos merecía. Un largo viaje fue emprendido, varias murieron buscando ese hogar ideal, hasta que un día.