Instituto Alderic.
Prestigio, a este paso se volverá un glosario. El prestigio, según el diccionario: Buena fama ascendiente de que goza una persona o cosa: el prestigio de un gran nombre, una marca. Pero, ¿realmente se limita a algo tan simple como eso?. La escuela Alderic es una prestigiosa Academia emblemática, en la que tanto nobles como plebeyos conviven en armonía, en busca de crear un mundo mejor para todos. Si Alderic perdiera su prestigio, ¿Abría aún alguien capaz de decir su nombre sin acusar?. Ya se entiende, el prestigio es una extensión de las palabras miedo, respeto y poder una vez perdido, ya no hay nada que hacer. Sí un noble perdiera su prestigio, sería el final de su mísera vida. Aún cuando la definición es tan casta, no es para tener en menos. Vaya, que palabra más complicada.
Una joven recorría los pasillos de la Academia aquella noche, la Luna ya se había ocultado, y lo que quedaba era una oscuridad ininterrumpible. Su entrada al Instituto había resultado ser una tarea aún más complicada, después de instalarse en su nueva habitación recibio una carta con instrucciones muy específicas de lo que iba a hacer a continuación. Tal parecía ser que Alderic, sus estudiantes más bien, no estaban del todo enterados de la situación, y la dirección planeaba utilizar eso a su favor. Así que enseguida, y sin perder ni un segundo, se escabullo entre los pasillos del dormitorio mientras que el resto recostaba sus cabezas. Ya en la sala de la consejera fue recibida con una vista un tanto inusual. La mujer se hallaba disfrazada de bruja, con un sombrero de punta y una escoba.
一Disculpe, ¿Qué significa todo esto?. 一pregunto extrañada, al parecer no comprendía las claras ideas de su consejera, a la cual le faltaban uno o dos tornillos allá arriba.
La mujer sin perder el tiempo se acercó a la chica chillando de la emoción, y sin apartar ese sombrero de su cabeza respondió:
一¿No es obvio? ¡Estoy buscando el mejor disfraz! ¡Apurate a escoger! Yo me quedaria con éste traje de bruja, pero supongo que no soy yo la estudiante, aparte que las brujas no estudian junto con el resto... No debí de haber traído este. 一miró con atención la escoba y la capa hasta chillar nuevamente. 一¡Pero son una lindura! No me arrepiento de nada, haa~ que nostalgia recordar mis años de estudiante.
La mujer había olvidado la presencia de su citada, perdiéndose en sí misma.
一Dígame para que me citó o saldré por esa puerta, y no volveré. 一Maya ya se encontraba algo cansada del comportamiento inapropiado de su docente, pero aquello no lo habia dicho enserio, suposo que seria la mejor forma de darle un susto y hacerla bajar de su nube.
一¡O-Oh! Claro. 一aclaró su garganta con cierta vergüenza, e intentando mantener un porte digno, explicó. 一Verás Maya, la escuela Alderic es famosa por su terapia de inclusión, pero a varios estudiantes no les convence del todo esta práctica. El año pasado una zombie se inscribió en el curso. 一supuso que la docente estaria esperando una reacción más exagerada, pero para la ninfa, algo como eso no era por lo cual alarmarse, su conocimiento en otras especies era limitado, pero sabía de los zombies, la especie más baja en la escalera del poder, y su enfermedad mortal. Pero si era capaz de estudiar debía de estar controlado. La profesora continuó: 一El asunto se filtró y terminó volviéndose un escándalo, tuvimos muchas quejas por parte de algunos y varias notificaciones de abuso racial. Ahora eso ha pasado por supuesto, pero a nosotros los de administración nos gustaría haber evitado aquel inconveniente. Y ahora, un año después tu llegas... tal vez sea un golpe duro para algunos.
一Ustedes fueron los que solicitaron a una joven ninfa, la madre Misstress cree en su terapia de inclusión, por lo que me envió a mi para ocupar el lugar, lamentó crear molestias. 一la profesora se apresuró en enmendar sus palabras.
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Ephemeral: Crueldad.
FanfictionLas ninfas, una raza detestada por el resto, despreciada, ultrajada; huyendo del horrible mundo que las había destituido llegaron al límite entre el mundo oscuro y el humano. Pero después de milenios se dio por fin la oportunidad, una llegada inespe...