- Capítulo 3 -

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Cloé

       Los zombies, la especie clasificada como la más baja en las clases de la oscuridad. No viven más de 400 años, y permanecen aislados del resto por su tan horrible enfermedad contagiosa, llamada "putrefacción". Se suele pensar en ellos como criaturas horribles, con carne en descomposición, huesos expuestos y ojos en blanco. Un ser espantoso.
Sin embargo ésta última afirmación no podría ser más errónea, después de todo, para la desgracia de otras, los zombies son la raza más hermosa de todas, cuando rozan una edad próxima a los 100 alcanzan la cúspide de su belleza, tanto jóvenes como mujeres. Es una lástima que este tema sea considerado como tabú, al parecer "algunas" pueden llegar a sentirse verdaderamente ofendidas ante dicha información; por lo que en cualquier libro este hecho es disfrazado con una vil mentira.

Pobres criaturas, que no terminan por ser más que una pila de huesos sin vida.

       Maya apenas podía prestar atención a lo que su docente escribía en el pizarrón de tiza, no le interesaba nada de lo que decían, o mejor dicho, no se permitía concentrarse, lo único que le importaba era ver la hermosa espalda y cabello de la persona frente a ella.

       Las ninfas tenían una fe ciega en el tan llamado "flechazo", mejor expresado, amor a primera vista. Ya que lo consideraban algo sagrado, un regalo eterno y precioso lanzado por el dios del amor, Heros. Y como costumbre sagrada se debía obtener el corazón de la dichosa persona especial, de no ser así sería considerado una pena y una humillación para la pobre ninfa, que aparte de irse con el corazón roto, caminaría con el peso de saber que lo único bueno en su aparentemente interminable existencia se había ido. Algunas inclusive recurrirán al suicidio, o aun peor, al aislamiento. Quiza ustedes no entiendan esto ultimo, pero cuando la llama de vida en ti es eterna, la peor compañia habida y por haber es la soledad.

       Que extraña sensación era aquella, para una chica la cual jamás había sentido una atracción, no estaba mal. Claro que había un problema, y ese infortunio problema era Cloé. Por lo que había explicado su compañera Erika, Cloé se sentía especialmente atraída por los hombres, es decir, que para ella, Maya sólo podía llegar a ser una amiga y sólo eso. Marcando una línea divisoria entre ambas, una línea de espacio, aunque describirlo una línea es muy básico, Si fuera Maya quien narrará lo llamaría un fuerte resguardado equipado para destrozar a todo el que intentará cruzar esta tan popular línea.

       Maya suspiró, nuevamente, ya era la novena vez esa mañana.

一Oye oye~ no te mueras tan rápido, apenas es el primer día de clases. 一la voz de Erika interrumpió su meditación. Sin embargo tenía razón, no era el momento de deprimirse, sino el de pensar con la cabeza y planificar su siguiente movimiento.

一Jaja, lo siento, me he perdido entre las nubes. 一rió apenada. El rostro de la demoniza se relajó para luego ser ella quien suspire.

一¿Si así estas hoy como te dejará el resto del año? No sobreviviras~. 一a Maya no le causó más que gracia el carácter de la demonio. Sin poder evitar soltar una carcajadas llamó la atención de los dos frente a ellas.

一¿Qué tanto cuchichean allí eh?.一 el feroz hombre lobo se hizo presente, con una voz grave y una sonrisa autosuficiente se presento. 一Llámame Shiba.一 la ninfa solo asintió con cierta incomodidad. Esto no paso desapercibido para el resto, pero se decidio dejar el tema, era normal que algunas criaturas se sintieran intimidadas delante de otras, pensando que era algo como esto. En un intento del chico por aliviar el ambiente: 一Nadie a dicho nada aún, pero es seguro que el profesor de lengua Antigua te asignará un guía. ¿Tienes a alguien en mente?. 一Shiba lo había logrado, rápidamente las otras dos chicas tomaron riendas en la conversación.

一El año pasado Shiba sirvió como mi guía, este año también se ofreció como voluntario. 一la voz de Cloé sonaba hermosa, como un coro de Ángeles para Maya, por lo que el contenido de la narrativa no tenía mucha importancia, típica faceta de joven enamorada.

一Aunque Shiba no es el único, están otros chicos, como Nagi, o Ray, o... 一 la pelirroja fue interrumpida suavemente.

一¿Y Cloé? ¿Ella... em... No puede darme el... recorrido? 一miró a los ojos de la recién nombrada, la cual se veía algo sorprendida por su interés, pero rápidamente explicó.

一Soy una zombie, y apenas ingrese el año pasado, por lo general tu compañero suele ser alguien que lleva ya un tiempo tras estas paredes. Como puedes ver. 一desanimada, decidió acabar con la conversación, hasta que terminó la hora del tan molesto profesor de Lengua Antigua, y cuando todos creyeron que la tortura había culminado, fueron reprendidos y mandados devuelta a sus asientos bruscamente.

一¡Nadie les ha dado el permiso para retirarse! ¡Vuelvan a sus puestos!一En ese momento Shiba susurró por lo bajo, mirando directamente hacia su nueva compañera, "vez, te lo dije".

       Y sin vacilación alguna llamó el nombre de Maya, indicándole que pasará el frente. Ella no se sentía muy cómoda con la idea de estar cerca se aquel hombre de aspecto tan tenebroso, pero era su docente a fin de cuentas, y el respeto no podía faltar.

一Ya que su compañera acaba de ingresar a la Academia elegirá a un compañero de entre los presentes para ser su guía por el resto del ciclo escolar. Maya, cuatro de ellos se han ofrecido para ser tu ayuda: Ray. 一habló señalando a un hombre rubio, de aspecto imponente y cara hermosa, con unos ojos azules que dejaban en evidencia el lugar que ocupaba en la escalera, un vampiro. 一Shiba. 一 el chico de cabellos violetas de antes sonrió, tenía unos colmillos caninos que se apreciaban si se ponia atención, y unos ojos profundos, como un remolino ámbar de tonos oscuros. 一Nagi. 一un muchacho de facciones femeninas saludó con timidez desde su lugar, su piel era muy clara, y sus ojos y cabellos grises daban una extraña impresión. 一Y por ultimo, Natsume. 一la figura misteriosa que acababa de despertar veía con su único ojo hacia aquella dirección, cubierto de vendas y melena rubia platinada que a la vista se notaba suave y sedosa, daba una imagen de cansancio y pesadez.

       "Genial, todos son hombres".

       Sus pensamientos, gracias al cielo, no podía llegar a ser escuchados, pero bastaba con una mirada hacia su rostro inexpresivo para detallar su mal humor.

       Ray, el simple hecho de ser un vampiro lo dejaba fuera de la lista. Shiba, a pesar de mostrarse amigable, a Maya le parecia algo extraño, y esa amabilidad innecesaria lo unico que iba a hacer era traerle problemas. Nagi, se le veía como el mejor candidato, pero al detallar algunas miradas insanas lanzadas sobre este, lo dejó como un imán de problemas en la escala de evaluación de Maya. Y bueno, Natsume, un sinvergüenza que no le importaba lo más mínimo la clase o su vida estudiantil, o la de cualquiera, aparte de que era una momia, por lo cual el candidato con mejor puntuación era él.

       "Y así comenzó todo, ¿Quien iba a decir que ese pequeño error me empujaría hacia la perdición?".

Ephemeral: Crueldad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora