Efímera
No sabré si aquello fue una buena o mala desición, con las cosas malas vienen las enseñanzas, y con las buenas la felicidad momentanea, como flor de hierva, que al llegar la tarde su belleza perece, asi es la felicidad. Efímera.
一Entonces Natsume. 一habló el hombre de aspecto arreglado al chico de la última fila, dirigiéndole una mirada que no intentaba disimular la clara repulsión que le causaba este, la momia no hizo más que suspirar y voltear la cara. El profesor más enfadado arremetió. 一Espero verte después de clases ayudando a tu nueva compañera en lo que necesite. Vaya par de momias. 一escupió a lo último con notoria repulsión, Maya ya lo había notado, el profesor mostraba cierto repelús hacia las especies inferiores, y alababa a los de clases alta con palabras agradables al oido de quien lo escuche. "Realmente es un lame botas" pensó la joven. Para ella los hombres eran lamentables en su mera existencia, pero aquel hombre viejo le causaba repulsión absoluta.
Por fin había acabado el horario de clases matutino, los estudiantes salían de a montones por los pasillos de la prestigiosa institución, manchando la impresión de "ordenado y de buena imagen" que tenía la Academia, llevándose a quien quisiera por delante. Maya leía el folleto de indicaciones desde su asiento, desde hace un rato veía a su "guía" poco dispuesto a su labor, ya se imaginaba que las cosas terminarían así, y no le interesaba mucho, después de todo le daba náuseas apenas estar a un metro de distancia de uno de esos particulares especimenes. Mientras que pensaba en cómo escaquearse de los problemas relacionados al racismo una dulce voz irrumpió en sus oídos, emergiendo como un girasol en medio de una noche de tormenta.
一Disculpa, ¿Maya?一al voltear el rostro se encontró con la niebla tras unos enormes ojos grises. Un cosquilleo eléctrico paso por la columna vertebral del individuo cuya presencia irritaba a la ninfa. Era de esperarse, la calma de un bosque ciego por la niebla se acababa de esfumar por una tormenta eléctrica. Con molestia prestó atención a su ahora compañero de aula, el cual se había quedado petrificado durante un segundo. En su vida había experimentado cientos de miradas cargadas de odio o desagrado, pero en ese huracán parecía que alguien podría perderse, como un limbo de odio y repulsion que lo insitaba a largarse en el momento indicado, pero no podía echarse para atrás por una razón tan cobarde, así que recuperando la compostura se dirigió a ella de nuevo. 一Lamentó molestarte, pero Natsume no podrá darte el recorrido el día de hoy, le ha surgido un inconveniente y ha tenido que ir inmediatamente a la enfermeria. Yo lo reemplazare, mi nombre es Nagi. Soy un hombre invisible一con una sonrisa extendió su mano, la cual Maya tomó con vacilación, tenía guantes, así que no estaría tocándole directamente.
一Esta bien. 一contestó cortante para empezar a recoger sus pocas pertenencias. Por otro lado Nagi no podía evitar pensar que la momia que lo acompañaba era extraña. No hablaba mucho y tampoco parecía ser del tipo tímida o desinteresada, sino misteriosa.
Recorrieron el lugar durante un rato, el hombre invisible decia chistes y comentarios referentes a las aulas de vez en cuando, tambien le informaba sobre la historia del lugar o anécdotas sobre sus amigos, que ahora eran sus colegas. Pero la chica no reía, sonreía o decía algo al respecto, sólo escuchaba atentamente. Él ya no sabía si estaba hablando solo o sí era realmente oído. Y sin darse cuenta, desapareció.
一¿Mm?. 一pronunció confundida. Sabía que se trataba de un hombre invisible, ¿Pero que estaba haciendo? ¿Acaso iba de gastarme una broma? Asustada por no encontrar el camino para volver a los dormitorios llamó. 一...Nagi.
Nagi, quien la veía de cerca decidió adentrarse en el mar tempestuoso, admirando de cerca su rostro confundido. No desapareció intencionalmente, lo acabó haciendo sin darse cuenta, pero ahora que era invisible podía ver de cerca su piel cubierta de vendas y sus ojos grises forrados con abundantes pestañas, que veían a todos lados en busca de el dichoso chico, que no podía apartar su vista de ella, así pasaron los minutos, hasta que Maya se cansó de esperar como una idiota, "Quizá ya se haya ido" pensó. Y ella no tenía por que esperar a que un chico cualquiera volviera a por ella, al menos su ego no se lo permitía.
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Ephemeral: Crueldad.
FanficLas ninfas, una raza detestada por el resto, despreciada, ultrajada; huyendo del horrible mundo que las había destituido llegaron al límite entre el mundo oscuro y el humano. Pero después de milenios se dio por fin la oportunidad, una llegada inespe...