Había demasiado drama en mi vida, lo sabía. Era tarde para intentar, siquiera, pensar en negar que me gustaba mi tutora, si es que en eso me podía detener. Me sentía como un acosador total…tenía fotos de ella durmiendo, me había quedado como idiota viendo su trasero y me había quedado como idiota otra vez, mirando su habitación.
Mierdamierdamierdamierda.
Así que, antes de empeorar, estaba decidiendo firmemente que doblegaría su moral y la haría romper la regla de “no relaciones con estudiantes” además de cualquier otra que pudiera tener, que me impidiera jalarla y dejarle marcas en tooooda la piel.
El problema real era, cómo llegar a ello casualmente, y que ella se diera cuenta. Es decir, nunca había dejado de lanzar comentarios sobre acostarnos, pero ella (afortunadamente) aún lo veía como una broma y no como acoso sexual. Si fuera más directo saldría huyendo hacia las colinas, o me patearía muy fuerte.
Mientras caminaba por el pasillo, dando un paseo en plena madrugada, decidí que lo primero y lo más inteligente seria tantear el territorio. Estaba casi seguro de que la atracción era mutua, pero si no era suficiente no iba a funcionar nada.
OK, todo estaba decidido. Si mañana no estaba totalmente seguro de que no le era indiferente a Andrea…Bueno, sinceramente tendría que encontrar la manera de serlo, porque no me iba a rendir tan fácilmente.
Terminada mi caminata estratégica, me dediqué a encontrar el camino de regreso a mi habitación y pasé cerca de su puerta, para darle suerte a mi misión. Cuando ya estaba prácticamente a final del pasillo escuché un quejido ahogado. Me volteé, extrañado. Al parecer no había nadie despierto a estas horas, y a no ser que Mary tuviera un amante secreto, me había imaginado un ruido.
Pero se repitió, algo parecido a un llanto ahogado.
Posteriormente las rendijas del cuarto de mi tutora dejaron escapar algo de luz y me extrañé. Pensé que permanecería comatosa hasta pasado el mediodía de mañana, pero obviamente estaba despierta.
Me acerqué y di tres toques cortos a la puerta. Se escuchó un sobresalto y un grito quedo y nervioso del otro lado.
--¿Estás bien? Soy yo.
Silencio.
--Ya sabes. 1.80, cabello castaño y rizado, ojos oscuros, bien parecido…me han dicho que los hoyuelos en mis mejillas son adorables.
--Isaías.— dijo simplemente una voz rota al otro lado de la puerta. Se aclaró la garganta.—¿Qué haces aquí?
¿Yo? Solo planeando la manera legal de darte duro contra el muro. Jajaja.
Claro, comprendí que no iba a abrir la puerta y que eso tal vez era lo mejor.
--De echo, estaba regresando a mi habitación y he escuchado algo. ¿Todo bien? ¿Pesadillas?— hice una pausa para que ella supiera que estaba sonriendo— ¿Necesitas un abrazo?
Escuché una pequeña risa y me sentí mejor.
--No, gracias.— hizo una pausa—Pero sí. La verdad es que soñé que el lunes había una gran prueba que me podría costar el puesto y el jugoso salario que obtengo. Comprenderás lo poco que me emociona.
Psss…qué bruja.
--¿Bromeas? Soy un león escondido. El lunes floreceré como un jodido girasol y el mundo verá qué tan bueno soy en Física. Quedarán extasiados con mi grandeza y me alabarán como a su nuevo rey.
--Vete a dormir, girasol. Mañana tengo un parcial súper especial esperando por ti.
Respondí un “Seeeh, seeeeh” y me fui con una sonrisa. Descartaba la primera fase de mi plan. Esto había sido coqueteo puro.
Es decir, ¿Girasol? Ella me deseaba.

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Student-Zone
Humor¿Has oido hablar de la FriedZone? Bueno, esto es incómodo... Me llamo Isaías y tengo todo lo que siempre había querido. Y llegó ELLA Y lo jodió Todo. Me encanta mi tutora particular y hay un par de cosas que me gustaría hacer con ella Pero primero...