Cuando me llamó una amiga, me invitó a salir en grupo, me negué y me recriminó no haberme visto con ellos esta semana estuve a punto de responderle “Estoy estudiando” Y me di cuenta de que Andrea, esa tutora bajita, gruñona, descuidada y cansada estaba logrando algo muy interesante en mí, algo que varias chicas habían intentado fallidamente con anterioridad: Que me tomara algo enserio.
Antes de que el mal se propagara, le dije que me esperaran ahí, no tardaría. Colgué y miré mi reloj…eran las 11:18. Una hora bastante decente para irse de juerga. La chica (porque si me dignaba a llamarla por su nombre me daría cuenta de muchas cosas que quería dejar para cuando estuviera borracho) tenía su propia llave. Supuse que sabría llegar sobria (quería suponer que llegaría. Quería mucho, mucho eso) y que se quedaría en un rincón en el fondo de mi mente hasta que llegara el día de mañana. Así que obviamente no estaba esperando escuchar el sonido quedo de un Pontiac estacionándose. Incluso miré por la ventana, para asegurarme que se trataba del señor-algo.
Lo vi, agachado en la puerta del pasajero, como si le estuviera dedicando una despedida “especial” y me sentí irritado. Dios, estaban en frente de la casa. ¿Es que él no tenía algún lugar privado por ahí? ¿Vivía en una caja o algo? Estaba esperando ver a una Andrea algo borracha, enganchada al cuello del tipo, besuqueándose muy descaradamente, pero sólo escuche un amortiguado “Mierda, mujer, ya bájate” de parte de él, y antes de que pudiera procesar algo, quedé sorprendido al ver cómo el tipo la jalaba del brazo y en un movimiento la cargaba como a un costal de papas.
Luego capté algo.
Ella estaba inconsciente.
Casi me rompo e cuello en las escaleras.
Las 11. Tenía que replantearme el nivel de estrés que sufrían los tutores privados. ¿Era tanto como para emborracharse hasta la inconsciencia en dos horas?
El ama de llaves, Mary, ya estaba intentando abrir la puerta con el ceño fruncido. Estaba masticando algunas palabras que apenas se entendían.
--Esa maestrucha…mejores opciones…mira que dar este ejemplo…debería avergonzarse…
--Mary—sonreí dulcemente— ¿puedes abrir de una vez?
Abrió y me encontré frente a David-Daniel-Memo-o-lo-que-fuera saludándome casualmente con un “Ey” y al trasero al aire de Andrea. Ladeé la cabeza 45° a la derecha. No era una mala vista. Andrea tenía un buen…
--¡Andrea!—le gruñó el tipo y la bajó con delicadeza. Era alto. Sonreí. Casi tan alto como yo.
La puso entre su gelatinosos y nada estables pies y la sostuvo por un momento.
Me sentía como una madre gallina. Mierda, eran adultos y todo, pero él se la había llevado.
--¿La emborrachaste?—le pregunté, con las cejas levantadas, con una calma que no sentía—Viejo, hoy en día hay otra tácticas. El dinero, el cuerpo, aunque supongo que si no…
--Niño, dejemos la pelea de meadas para otro día— respondió bruscamente— No sé qué ha estado haciendo por las noches, porque es obvio que dormir no. –Fue su turno de levantar las cejas.
--Ahh—gimió la desorientada chica en cuestión en medio de los dos, mirando haca todos lados, preguntándose seguramente en donde estaba. Era raro, casi lamentable encontrarla en ese estado de fragilidad, considerando que se las arreglaba para patear culo con la mirada.
--Estaba bastante cansada cuando la recogí, llegamos con unos amigos, hablamos, se tomó una sidra y lo siguiente que supe es que se había golpeado la frente con la barra. No sé si se durmió o se desmayó. Así que la traje de regreso.

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Student-Zone
Humor¿Has oido hablar de la FriedZone? Bueno, esto es incómodo... Me llamo Isaías y tengo todo lo que siempre había querido. Y llegó ELLA Y lo jodió Todo. Me encanta mi tutora particular y hay un par de cosas que me gustaría hacer con ella Pero primero...