Capítulo Cuatro : Playa y Amigos

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Morty corría rápidamente por los variados pasillos de el edificio. Su respiración se encontraba agitada, sudaba de los nervios, su corazón latía con velocidad y jadeaba, su abrigo tenía zonas rotas y sus rodillas y codos tenían pequeños raspones que, debido a la adrenalina no sentía del todo. Corrió temeroso, alguien lo seguía en busca de algo y el menor desconocía qué ¿Alcohol? ¿Droga? ¿Sexo? No sabía, pero si sabía que ese misterioso sujeto lo vio y sin más comenzó a perseguirlo.

Morty tenía miedo y le preguntaba qué quería de él pero aquél sujeto sólo iba a gran velocidad detrás suyo. Corrió a una habitación ya agotado, necesitaba descansar ya que su mecanismo no daba para más, llevaba varios minutos en eso. Jadeaba cansado, se asomó por la puerta entre abierta divisando el rostro de aquel sujeto, era un traficante de Rick.

Sabía que el peli-azul debía ciertas cosas a ciertas personas pero se atrasaba, Rick siempre fue muy sobrecogido a el dinero y le desagradaba gastar unas simples monedas. Supuso que aquél sujeto iba tras de él por ello y quería algo, tal vez secuestrarlo, torturarlo ¡¿Cómo saberlo?! Esas personas eran lunáticas.

En ello, aquel sujeto lo divisó y se acercó a la habitación. Morty retrocedió y no tenía como huir, sentía tanto miedo. El sujeto entró y se acercó lentamente a Morty, el menor retrocedía por cada paso que daba. Lo tomó con fuerza del brazo y el menor reaccionó, metió su mano en su abrigo sacando un aparato que su abuelo le había hecho hace un tiempo. Tocó el botón y este se transformó rápidamente en un bate imposible de romper y con fuerza golpeó la cabeza del hombre quien cayó a el suelo. Morty jadeaba con desespero e iba a retirarse pero sintió una terrible necesidad, el alcohol en su organismo, la adrenalina y la ira contenida... Frunció su entre cejo y volvió hacia el sujeto.

Tomó con fuerza el bate y sin más comenzó a golpear la cabeza del sujeto una y otra, y otra, y otra, y otra e incontables veces, sangre caía en sus ropas y en su rostro pero no le importaba, sólo se desahogaba. Después de unos pocos minutos se detuvo, no pudo ni siquiera verificar el rostro del tipo, lo había desfigurado con cada golpe y efectivamente, estaba muerto.

Entró en pánico y huyó de la escena. Buscaba a Rick, quería que lo sacará de ahí. Por el desespero sus ojos derramaron lágrimas, recordó la habitación en dónde se supone debía estar su pareja y al divisar la puerta se sintió algo aliviado. Abrió la puerta y sólo pudo soltar el bate y abrir sus ojos como platos dejando caer sus lágrimas. Rick se encontraba teniendo intimidad con otra persona, y nada más y nada menos que su ex quien juro no extrañar; Unidad.

Incluso hizo contacto visual con el peli-azul quien a pesar de saber que Morty los miraba, no se detuvo. Morty sintió la ira recorrer su cuerpo de nuevo.

- ¡Eres un maldito, Rick! - Gritó con fuerza.

[. . .]

El de cabellos rubios comenzó a abrir sus ojos lentamente divisando a el peli-azul a su lado quien dormía plácidamente. Sonrió por lo adorable que se veía. Recordó que en la noche habían visto variadas películas hasta quedarse dormidos, sonrió por ello ya que se habían divertido mucho. Acarició con cuidado el rostro de su amado, adoraba despertar y ser Rick lo primero que viera. Lo amaba tanto.

Abrazó a el mayor y éste poco a poco despertó junto a un bostezo, divisó a el menor contra su pecho y sonrió correspondiendo. Ambos se levantaron, realizaron sus necesidades en el baño y después estaban en la cocina, Rick preparaba el desayuno mientras el menor veía la televisión sin nada específico que llamará su atención hasta que divisó un comercial que hablaba de las playas de Miami, sonrió.

- ¡Rick! - Se acercó a el mayor. - ¿Qué tal si vamos a la playa? - Preguntó al estar a su lado.

- ¿Casualidad? Pensaba lo mismo. - Sonrió. - Por supuesto.

Let's Be Better [MiamiRickorty]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora