Let's Be Better [MiamiRickorty]

Capítulo Once : El Pasado [ODIO]

Se podía divisar a la pareja con menos de dos meses de estar unida discutir en la sala. Rick no traía su habitual chaqueta como Morty no traía su abrigo. Ambos estaban despeinados como si acabarán de tener alguna intimidad intensa o como si se hubiesen sometido a una terrible pelea, pudo ser uno o pudo ser otro, inclusive ambos.

Ambos se encontraban realmente enojados. Morty gritaba con gran rencor expresado en su rostro mientras el mayor parecía defenserse de lo que el menor decía pero eso no hacía que el rubio callara, ambos gritaban con fuerza, cualquiera que pudiera escucharlos tendría miedo, sin duda.

Rick golpeó una de las botellas vacías de cualquier tipo de alcohol haciendo que esta cayera a el suelo y se rompiera en miles de pedazos, Morty pareció reaccionar ante esto ya que se enfadó aún más. Rick pisó con sus zapatos los vidrios en el suelo acercándose a el menor. Lo tomó del cuello con fuerza, el de cabellos dorados no lograba respirar bien.

Empezaba asfixiarlo y ese era su objetivo aunque el alcohol también interfiriera en ello, apretó con más fuerza sus manos haciendo que el menor perdiera más aire y a su vez tratar de respirar cosa que el peli-azul le impedía. Debido a sus movimientos bruscos Morty llegó a pisar el vidrio roto lastimando su pie descalzo, chilló y sin soportarlo más golpeó con fuerza el rostro del mayor.

Rick lo soltó retrocediendo un poco, había sido un golpe realmente fuerte. Tocó la zona herida sintiendo un dolor punzante, frunció el ceño y volteó a mirar al de menor estatura, éste lo miraba con odio, jadeante y tambaleante con sus manos sobre su cuello rozando el mismo, se podían divisar las marcas de las manos de el peli-azul.

— ¡A-alejate de mi, m-maldito lunático! ¡Eres asqueroso! — Morty volvió a gritar con enojo.

— Tu mocoso de mierda, ¿Te crees especial? — Habló bajo los efectos del alcohol. — H-haces un estúpido drama en el club ¿Y yo soy el culpable? Ensuciaste mi r-ropa ¡Idiota!

— ¡T-t-tú eres el imbécil! — Chilló adolorido tanto mental como físicamente.

Morty había llegado a casa desde hace horas y en soledad no había parado de llorar, el dolor que lo inundaba recientemente sólo lo destrozaba, se había sentido tan estúpido. Rick por su parte, después de la repentina ida de su amado entre el llanto, decidió inundar en sus penas en licor, licor y más licor. En el camino a casa, buscaba culpables de la terrible situación de esa tarde.

Culpa de la chica por haber hablado, culpa de Morty por no ser lo que quería, tal vez, también era su culpa. No debió haber engañado a el menor, no lo merecía, ese pequeño jamás había hecho nada malo y lo peor, esa era su primera relación de la cual tenía grandes expectativas sin importar nada. Se había ilusionado tanto. Sabiendo que Rick era la persona más imperfecta que podría alguna vez llegar a conocer.

Eso es. Es su culpa. Rick nunca le dio falsas esperanzas, nunca le dijo que sería perfecto, nunca le dijo que debía ilusionarse. Morty era el único culpable de lo sucedido por haber generado expectativas tan crédulas sobre Rick ¿Acaso no lo conocía?

Al llegar a casa, estaba dispuesto en reprocharle a el menor y que debía ser él quien se disculpase. Pero al tomar la perilla de la puerta lo pensó mejor, Morty sólo era un niño... no tenía ninguna culpa por querer ser feliz, no podía culparlo. Siempre buscaba culpar a otros, siempre era él la víctima, pero siempre era consciente de que no era así y mucho menos si las cartas son contra Morty, ese pequeño que a pesar de todo lo amaba.

Maldijo desde sus adentros, optó por mejor hablar con el chiquillo. Al entrar a la casa se encontró con la cocina desordenada y unas cuantas latas y botellas vacías en los suelos y en la mesa. Se acercó tambaleante y observó como Morty sollozaba ante el refrigerador, su cabello despeinado, sus ropas mal puestas y su pequeño cuerpo tembloroso. Sostenía en su mano una botella de whisky mientras balbuceaba con notable dolor.