♡;; 3.

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Mario:

Eran 5:15 p.m y ya estaba arreglandome para juntarme con Luigi, en eso entran de golpe a la habitación, era la princesa Peach, su cara de enojo no se la quitaba nadie, cualquiera estaría igual de asustado que yo.

— ¿ASÍ QUE NO PODÍAS IR TU A DECIRME QUE NO QUERÍAS CASARTE CONMIGO? — Me dijo con una mirada de furia.

— B-Bueno, Es que de verdad no encontraba las palabras Peach... Y Toad se ofreció a decirte todo, ya sabes... Por favor, entiendeme. — Le traté de suplicar, de todos modos no quería pelear con ella. Ella sólo suspiró.

— Está bien Mario, no te preocupes pero... — Se estaba acercando a mi. — ¿Aún así me amas, o no osito? —  Me dijo en un tono coqueto acariciando mi cara.

— Cla-Claro que te amo... — Era una vil mentira, pero no era el momento de decirle que me gustaba alguien más.

— Hmm~ Yo también te amo, muchísimo, osito. — Me dió un beso de forma "salvaje" yo trataba de no corresponderle pero era inevitable, supongo que mis hormonas me vencieron.

Peach me lanzó a la cama y ahí empezó a desvestirse provocando cierta impresión en mi "amiguito", de verdad que ya no pensaba con claridad y sólo me dejaba llevar. Peach estaba completamente desnuda y bueno ¿Cómo no sentirse impresionado por tal escultura de mujer?...
Y bueno, otra vez pasó lo que debió pasar. Lo hicimos muchas veces y cuando ya estábamos completamente candados decidimos acostarnos en la cama, Peach se quedó dormida... Yo miré el techo y de golpe recordé que debía juntarme con Luigi, me levanté de golpe y ví la hora... Eran las 8:35 p.m, era demasiado tarde, miré mi celular y tenía muchas llamadas perdidas de Luigi, de verdad quería que el mundo me tragara. Me vestí rápidamente y salí corriendo, nisiquiera esperé un Taxi ya que no quería seguir perdiendo tiempo. Al final de todo llegué... Pero, Luigi ya no estaba. Agarré mi celular y marqué a Luigi pero no contestaba para nada, así que recordé que su casa quedaba cerca, así que me digne a ir hacía allá, al fin afuera de su casa... Lo llamé como un borracho desesperado.

— LUIGI, LUIGI, POR FAVOR... BAJA! PERDÓNAME, TENGO UNA BUENA EXPLICACIÓN. — Grité con todas mis fuerzas, pero aún así el no salía. — Está bien.... Me iré, perdóname. —

No tenía nada más que hacer ahí, aseguraba con mi vida que Luigi estaba furioso conmigo. Jamás pensé en dejarlo plantado, ya llegando al castillo fui a mi habitación, Peach ya no estaba pero realmente no me importaba, así que sólo me acosté a dormir.

Luigi:

El no llegó porque no le importas.
Era la frase que retumbaba en mi cabeza a cada rato, simplemente me sentía demasiado mal... Trataba de pensar en algo como: tuvo algún conflicto... Y no pudo llegar. Pero siempre he sido de mente negativa, así que sólo se me venía a la cabeza que el no fue porque se le dió la gana de dejarme plantado. Empecé a recibir llamadas telefónicas de Mario pero no le iba a contestar, de verdad que estaba enojado, triste y algo decepcionado, tenía tanta ilusión de pasar un buen momento con el... ¿Lo peor? Es que tenía un presentimiento horrible, pero no quería hacerle caso ya que de todos modos con Mario sólo nos conocemos de un día. De todos modos el miedo no me dejaba en paz, tenía tantos nervios y mil emociones revueltas que me dolía demasiado el estómago y la cabeza, así que decidí dormir.

Ya al día siguiente desperté aún con dolor de cabeza, así que me levanté a tomarme alguna pastilla... Me fijé que mis padres no estaban así que tuve que prepararme desayuno yo solo. Mientras preparaba algo tocaron la puerta y como estaba solo tenía muchas dudas si abrir o no, ya que... Nunca nadie viene a casa, ¿Por qué ahora sí y eso que estoy solo?... Traté de no pensar negativo y pensar que sólo es alguien x así que me digne a abrir.

— ¿Sí? ¿Quién...? — Detrás de la puerta estaba Mario, con un ramo de flores y una carta, otra vez volvió ese nerviosismo a mi.

— Luigi, de verdad perdóname, no pude llegar a la hora porque tuve un compromiso de golpe con mi familia. De verdad que apenas terminé salí corriendo a buscarte pero ya no estabas, me costó muchísimo dormir porque no paraba de pensar en ti. — Me dijo entregandome las flores y la carta. — Por favor, perdóname. —

— W-Woah... — Recibí las flores y la carta y lo miré de una forma linda. — Está bien Mario... No te preocupes por nada, supongo que lo que te pasó fue más importante, de verdad tranquilo. —

Mario:

Supongo que lo que te pasó fue más importante”
Sentí un temor recorrer todo mi cuerpo, no dejaba de sentir culpa... ¿Cómo le voy a decir a la persona que amo que no llegué a tiempo porque me acosté con alguien más? Sólo tuve que fingir que no se preocupara porque todo estaba bien, aunque fuera una vil mentira...

— Ahora que me perdonaste me siento muchísimo más tranquilo. Y pues, me tengo que ir... Me arranqué de casa sólo para verte a ti. — Le dije mientras rascaba mi nuca sonrojado.

— Oh... No quiero meterte en problemas... Mejor ve, tal vez nos juntamos algún otro día y por lo tanto hablemos por teléfono, ¿Sí? — Me dijo de una forma comprensiva para luego darme un beso. — Te amo. —

— Yo también te amo Luigi.... —  Le dije para luego darme media vuelta en irme.

En el camino no paraba de pensar en la inocencia de Luigi, de verdad que lo ha pasado estos días es demasiado loco... Tuve un amor a primera vista con un chico con el cual ese mismo día me acosté, luego cancele la boda con mi novia para luego acostarme con ella dejando plantado a Luigi... Literalmente que la culpa me devoraba, debía escoger entre los dos y era más que obvio que escogería a Luigi pero no sé cómo decírselo a Peach, me imagino que sí Luigi fuera mujer se me haría un poco más fácil decirlo ¡PERO ES UN HOMBRE! me enamoré de un hombre... Siempre he sido alguien que le ha importado muchísimo la opinión de los demás y está más que claro que ahora no sería la excepción, tenía que terminar con Peach lo antes posible porque no quiero que esto se salga de control.

— Tengo que terminar con Peach hoy mismo. — Dije en voz alta para luego apresurarme a llegar al castillo.

Apenas llegué al castillo le pregunté a los demás si habían visto a Peach y me dijeron que estaba en mi habitación esperándome con una "sorpresa", pude notar como ponían una cara picaron, yo obviamente pensé en lo que cualquiera pensaría con ese tono de voz y esa "indirecta", así que subí corriendo a mi habitación y rezando que mis hormonas no me vencieran.
Apenas entré ví a Peach con una bata y pude notar que llevaba alguna clase de lencería, yo hacía lo posible por controlarme pero de verdad que ese cuerpo mataba a cualquiera, ella se abalanzó hacia mí y me empezó a besar el cuello. Yo sólo me dejaba llevar, ella se estaba quitando la bata de apoco sin dejar de besarme. Hasta que dije lo más... Vergonzoso que pude haber dicho.

— Nngh... Luigi me encantas... — Dije en medio de mis jadeos y apenas comprendí lo que dije me exalte y pude sentir como Peach se separaba de golpe de mi.

— ¿Cómo... Me... Dijiste....? — Me dijo ella en un tono frío y algo asqueada. Como deseaba que el mundo me tragara en esos momentos.

Xoxo♡¡!

"Ellos no saben que yo te amo."  [Maruigi.]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora