"Ellos no saben que yo te amo." [Maruigi.]

♡;; 9.

Mario:

Leí todo... Y quedé mudo.

— Toad, ¿Por qué tienes hojas que hablan sobre los sueños húmedos de la princesa? — El me quitó las cosas inmediatamente.

Toad:

— ¿Q-QUÉ? — por algún motivo me sonrojé, había agarrado las hojas equivocadas dejando las reales encima de anda a saber dónde, tal vez era algo del destino que no era momento de que Mario supiera la verdad, así que sólo me quedó fingir ser un degenerado que gustaba de... Peach, ay Dios. — Eh... ¡Sí! ¿N-No sería genial cumplir los sueños sexuales de Peach? —

— No... Realmente no. — El me miraba confundido y sólo reía. — Bueno amiguito, te dejo, tengo que hacer algunas cosas. —

— ¿Estarás en tu habitación? — Le dije ocultando mi nerviosismo.

— Sí, ¿Por? —

— ¡P-Por nada! Jeje — Debía buscar esas hojas antes de que alguien más las tuviera.

Luigi:

Quería darle una linda sorpresa a Mario, así que me digne en ir al reino donde el tiene su habitación o algo así, traía un poco de nervios por la patética chica que debería de llamar "princesa" pero yo a alguien que no hace nada por su propia cuenta no le podría tener ni una pizca de respeto.

Toqué la gran puerta del castillo.

— ¿Sí? — me abrió un tierno habitante de amarillo. — ¡Hola! ¿Viene a recorrer el castillo? — me dijo muy amablemente.

— Oh, nonono... Jeje, vengo a ver a Mario, ¿Si se puede? — Le sonreí.

— ¡Oh, sisisi! ¡Adelante! Su habitación está arriba, la vas a reconocer de inmediato. —

— ¡Muchas gracias! — Entre con una sonrisa y con nervios en mi interior.

Mientras subía las escaleras admiraba el gran castillo, y los lindos y grandes cuadros que había en el, y cada que había uno de Mario me detenía a admirarlo ya que su belleza era inigualable.
Pasé por la habitación de la princesa... Lo cual estaba abierta su puerta, me traía algo de curiosidad ver qué tal era...

Entré aunque sentía algo de culpa, yo no soy de estar en una habitación ajena y sin permiso alguno.
Algo que llamó mi atención era una gran carpeta que estaba ahí encima... Traía el nombre de mis padres.

— ¿P-Por qué ella tendría esto acá? — me estaba asustando un poco.

Decidí leer que clase de información traía la carpeta y...
Vamos, quedé helado con todo, lo leí todo tan detalladamente que mi corazón lo sentía adolorido.

— Mario es mi hermano...... — dije en un susurro.

La carpeta no sólo tenía información de mis padres y de mi... Sino que de mis VERDADEROS padres, y pequeños fragmentos de los padres de Mario.
Ahora todo tenía sentido con lo que Mario me había contado...
Su papá la engañó con mi verdadera madre, y sabían que sí todos se enteraban de la verdad todo se arruinaría así que decidieron olvidar todo y darme con otra familia...
Y la madre de Mario tuvo que haberse enterado.

Yo no paraba de pensar en todo, en mi triste realidad, en que ni con Mario podré ser feliz, no paraba de llorar en silencio hasta que sentí que alguien entró.

— ¿Quién eres tu? —

Yo me exalte demasiado y me paré rápidamente. — P-Perdóname, perdón, soy Luigi... Eh... — pero el chico contrario me interrumpió.