¿Quieres saber quién soy? | (Saga Sueños)

Prólogo

Dos personas caminan en la misma acera, pero en direcciones contrarias.

Ella iba súper apurada; debía regresar a la escuela, ya que olvidó su proyecto... El proyecto que debía terminar para el día siguiente. Trataba de concentrarse por donde caminaba y al mismo tiempo hablaba con su padre por teléfono... O bueno, escuchaba sus regaños.

Por otra parte, estaba él. Vigilando a su hermana, quien estaba en una cita... Era su primera cita y, a pesar, que estaba siendo vigilada por su guardaespaldas... Él no se fiaba de nada, así que decidió tomar un "atajo" a casa de sus abuelos. El dichoso atajo lo haría caminar más, pero él quería echarle un vistazo a la cita.

Ambos chocan.
Él la mira. - ¡Hey! - ella rueda los ojos y sigue con su camino. No se quedaría a escuchar más reclamos... Y mucho menos de un riquillo engreído.

Bueno, para ella todos los ricachones son engreídos.
¿Cómo sabe que es una persona de dinero? Pues todos los que están en esa calle, la mayoría del tiempo, son ricachones. Ella solo pasa por ahí gracias a una razón... Hace su camino más largo, pero ella teme por su bienestar.

- ¡Abue! - Él logra llegar a casa de sus abuelos.

- Hola, cariño. - saluda su abuela. - Siento informarte que tu abuelo se acaba de ir.

- Bueno, yo venía a dejarle su retrato.

- ¡Oh!... ¡¿Puedo verlo?! - pregunta emocionada.

- Pues ya lo estás abriendo, así que creo que sí. - Sonríe nervioso.

- ¡Es hermoso!... Realmente amo como dibujas, cariño.

- Gracias. - ella sonríe y deja el retrato cerca del piano de la sala.

- Cariño, voy de salida. - toma una caja. - Puedes quedarte si quieres...

- ¿A dónde vas?

- Voy a casa de mis padres. Hoy irán a limpiarla y quería dejar estas cosas de tus tíos y tu padre.

- Deberían vender esa casa. - toma la caja y acompaña a su abuela al auto. - Lo usan más como depósito.

- Lo sé, pero mis padres no quieren venderla. Ellos ahora viven en una casa frente al mar y esta casa solo la usan por días. - rueda los ojos. Una acción característica en ella.

- Te acompaño.

- Está bien. Vamos. - Él sube en el asiento del conductor y van a la casa de sus bisabuelos.

Por otro lado...

- No puede ser. Solo tengo diez minutos para llegar. - Ella opta por llevar su proyecto a su trabajo del día, mientras pide a todos los dioses que la dueña tenga compasión de verla llegar con su proyecto.

Muerde su dedo nerviosa y toca el timbre.

Se sorprende al ver que es una casa antigua, pero bonita.

«Saben cuidar de este lugar.» - Piensa.

Un chico abre la puerta y, justo en ese momento, a ella se le escapa un bostezo. - Lo siento. - dice arrepentida. Ella no pudo controlar el bostezo, quién sabe cuántos días lleva desvelándose.

- No solo chocas conmigo, también bostezas frente a mí, en casa de mi abuela. - Ella frunce el ceño confundida.

Ella nunca se detuvo a ver quién era el chico con el que chocó hace un par de horas. Y sí, es el mismo que está parado frente a ella.

- ¿Quién es, Aus...?

- Izhan. - corrige él antes de que su abuela terminara de decir su nombre... Su verdadero nombre. - Creo que vende galletas o algo por el estilo. - Ella lo mira con odio.

«Típico engreído.» - piensa ella.

- Vengo a hacer la limpieza. - corrige ella tratando de mantener la calma.

- Oh, sí, pasa. - Él se hace un lado y ella entra con su proyecto en manos.

- Disculpe. - dice tímidamente. - ¿Puedo dejar esto en un lugar seguro? - pregunta. - Es de la escuela.

- Sí, claro. Acompáñame. - Ella acompaña a Camille... Y no solo ella, también Austin o como a él le gusta que lo llamen: Izhan. - Puedes dejarlo aquí. - señala la encimera. - En ese cuarto está todo lo que necesitas. - señala una puerta. - Estaré arriba organizando unas cosas.

- Está bien.

- Disculpa, ¿cuál es tu nombre? - pregunta antes de salir de la cocina.

- Sofía.

- Bonito nombre. - ella sonríe. Esta señora no es tan odiosa como otras. - Bueno, Sofía, puedes empezar. - Mira a su nieto. - Izhan, acompáñame.

- Ahora subo, abuela. Tomaré un poco de agua. - Ella asiente y sale de la cocina.

Izhan se queda de brazos cruzados mirándola, ella solo lo ignora y va por todo lo necesario para limpiar la casa.

Cruza frente a él y la detiene tomándola del brazo. - Me conformo con unas disculpas.

- ¿Por qué debería disculparme? - se zafa de su agarre. - Por favor, solo quiero hacer mi trabajo tranquila. - Sale de la cocina.

- ¡Lindo tatuaje! - dice él pasando junto a ella y subiendo las escaleras.

«¿Cómo pudo verlo?» - piensa tocando el lado de sus costillas en donde tiene el tatuaje. Ella queda aún más confundida cuando ve que su playera lo cubre.

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4° Temporada... No puedo creer que esté escribiendo la cuarta temporada de la saga ¿?.

¿Cómo llaman ustedes a la saga? ¿Saga signo de interrogación? ¿Saga pregunta?...

Escrito: 22/07/2019
Editado: 15/03/2020

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