Capitulo 8

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(POV) Kirito

Hice mi máximo esfuerzo por mantener mi cara de póker en todo momento, no solo para parecer que estaba totalmente tranquilo, sino que yo mismo ser capaz de tranquilizarme.

La muerte en si misma era algo con la que ya había tenido contacto anteriormente, durante dos años en SAO en las líneas delanteras y en ese último tramo de mi aventura en el hospital.

Sin embargo, en ninguna de esas ocasiones había tenido que estar presente o siquiera ver el cadáver después del suceso que lo llevo a estar en camino a la putrefacción.

Por ese motivo, mis nervios me estaban torturando con cada paso que daba.

El bastardo de Kikuoka a mi lado caminaba con una expresión seria en su rostro, expresión que realmente no me sorprendía tomando en cuenta nuestra situación.

Debido a varios sucesos distintos solo nosotros 2 nos habíamos dirigido hacia la morgue y para mi mala o buena suerte ambos íbamos a entrar.

Inconscientemente aprete un poco mis puños y mi mandíbula con fuerza, siendo aun incapaz de calmarme.

Mi corazón por alguna extraña razón latía con fuerza en mi pecho, como si este se quisiera salir de mi cuerpo.

La sensación no era para nada cómoda y solamente servía para incomodarme aún más de lo que ya estaba.

Finalmente, y para mi profundo pesar, llegamos justo a la puerta que buscábamos.

Kikuoka toco con su mano suavemente la puerta, y casi de inmediato escuchamos una respuesta.

- adelante –

Y con esa respuesta Kikuoka no dudo ni un segundo en abrir la puerta y entrar.

Sin dejar expuestas ninguna de mis preocupaciones entre atrás de él y una vez que Kikuoka se quitó de mi vista lo primero que fui capaz de ver fue una camilla de una persona en mitad de la habitación de color blanco, en la cual era capaz de ver una leve variedad de aparatos que no comprendía en su totalidad.

En el extremo derecho de la habitación se encontraba un hombre algo grande que tenía puesta bata blanca, pantalón gris y zapatos negros, su cabeza había perdido algo de cabello justo en el centro y el poco que quedaba ya era de un color canoso.

El hombre tenía puesto unos lentes muy parecidos a los de Kikuoka.

Y obviamente, lo más resaltante en la habitación.

Un cuerpo bastante pálido de un hombre peli-castaño con cabello lacio, una barba y bigotes mal rasurados, sus ojos y boca estaban totalmente cerrados y una manta semi transparente cubría el resto del cuerpo.

Fui incapaz de apartar mis ojos de ese hombre hasta que escuché a Kikuoka hablarme.

- bien Kazuto-kun, él es el médico forense Okayama Yuu, Okayama-sensei el es Kirigaya Kazuto-kun el miembro más reciente de la división virtual – nos presentó.

Inmediatamente salude al doctor Okayama, aun con mi rostro de póker presente.

- un gusto conocerlo doctor Okayama –

- el gusto es mío Kirigaya-san – fue su respuesta.

Una vez dados los saludos el rostro pasible de Okayama igualmente se llenó de seriedad.

- supongo que debemos empezar – fueron sus palabras.

Con eso dicho los 3 nos acercamos al cadáver en la habitación.

- supongo que tenemos que iniciar – fue lo único que dijo el Okayama.

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