«3»

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«Capítulo tres.»

Llegué a la escuela mas nerviosa que nunca, no sabía si era el hecho de que le iba a dar mi respuesta a Daniel o le iba a ver la cara.

En muchos momentos llegue a pensar que esto podría arruinar nuestra amistad y me arrepentía totalmente.

Pero después pensaba mucho en hacerlo entender, que Josefina nunca lo quiso y sólo lo boludeo por mucho tiempo y eso me motiva mucho mas a hacerlo.

Igualmente llegué tarde, por lo que cuando entré al curso él se había sentado con Valentín y yo me tuve que sentar con Gonzalo, un compañero piola que al verme enseguida sacó su mochila del asiento.

— Tarde Darch.—Dijo la profesora de historia, murmure un simple "perdón", y me acomode.

— Gracias Gonza.—Le sonreí a mi compañero de anteojos, él me devolvió la sonrisa.

— De nada Iara, ¿Todo piola?—Preguntó amistosamente, todos en esta escuela ya sabían que Gonza era una de las mejores personas, ya que nunca se metió en problemas y era muy amigable con todos.

— Se, ¿Vos?—Hablé sacando mis útiles y poniéndome a copiar lo que la profesora había escrito en el pizarrón.

Asintió con la cabeza y también se dispuso a copiar, cosa que agradecí ya que no tenía muchas ganas de hablar.

Cuando al fin terminé de copiar me quede mirando a un punto fijo de la pared, pero después miré a Dani, involuntariamente.

Era tan hermoso que hasta concentrado de veía bien, sonreí cuando pasó una mano por su pelo y suspiró, seguramente que se confundió en algo.

Lo observé, cada detalle, cada facción, cada movimiento, todo él me encantaba. Y no entendía como a esta altura nunca me habían dado los huevos para decirle lo que sentía.

Sus ojos negros me miraron, poniéndome nerviosa y quitándome la respiración, Dios odiaba tanto que cuando me encontraba mirándolo me sonría de esa forma, de esa forma que me volvía loca.

Como me esta sonriendo ahora.

Apoyó su codo en el banco y después su cabeza para seguirme mirando, parecía divertirlo ver como me ponía nerviosa, él más que nadie sabia que cuando hacia contactó visual con una persona por mucho tiempo me ponía nerviosa; muy nerviosa.

— Ribba le estoy hablando.—Escuchamos a la profesora, y por suerte el tuvo que quitar su vista de mi para mirarla a ella.

— ¿Qué?—Preguntó sin entender, aunque yo tampoco entendía.

— ¿Si ya terminó de copiar lo que había en él pizarrón?—Con cara de muy pocos amigos habló: y es que no entiendo, ¿Por qué se enojaba tanto?

— Ah eso...—Dijo y negó con la cabeza, su compañero de banco largo una carcajada.—No, pero se lo pido a Valentín.

— ¿Señor Oliva, usted termino de copiar?—Esta vez dirigió su mirada a Valentín, quien al escuchar la voz de la profesora se puso serio.

— Yo tampoco terminé de copiar.—Habló, con un poco de queja en su voz.—Es mucho.

La profesora lo miró muy mal, haciendo que Valentí y Dani se traguen las palabras.

— ¿Alguien terminó de copiar para pasarle la hoja a sus compañeros?—Preguntó en un grito.

Levanté la mano inconscientemente, causando que la profesora me mirará y sonriera un poco.

— Muy bien señorita Darch, ¿Le puede prestar la hoja?—Preguntó, y todas las miradas recayeron en mi.

— Em, si.—Sonreí.

Dios, son muchas miradas.

🏵🏵🏵

— Iara.—Escuché atrás mio, causando que pegué un salto en el banco y me saque un auricular.

— Eras vos, la puta madre Daniel me asustaste.—Dije empujándolo un poco cuando se puso en frente mio.

Se río y me dio un beso en la mejilla.

— Perdón, es que estabas dibujando y pensé que no me ibas a presentar atención.—Habló sentándose en la silla de en frente, quedando mirando para acá.

— Pensaste bien.—Sonreí y seguí con lo mío, pero el me quitó la hoja y miró el dibujo.

— ¿Qué es?

— ¿Qué te importa? Dame.—Le saqué la hoja y la guardé en mi carpeta, nunca nadie había visto mis dibujos y él no iba a ser la excepción.

Sonrió.

— ¿Por qué no salís al recreo?—Preguntó sacandome la capucha de mi campera y acomodandome el pelo.

Traté de no ponerme nerviosa, traté, pero no pude.

— P-porque no vino Aylen ni Avril.—Dije tragando saliva.

Sonrió y giró los ojos.

— Vamos entonces, estoy yo.—Me arrastro del brazo hasta sacarme de mi lugar, largue un suspiró y con mis pies arrastrándolos empecé a caminar.

Parecía divertirle arrastrarme por toda la escuela, ya que de reía y lo seguía haciendo.

— Ay basta.—Me queje cuándo llegamos a un lugar con mucha gente.

— Que aburrida sos.—Giró los ojos.

Nos quedamos un rato en silencio, él mirando a las personas pasar, con comida ya que estábamos cerca del quiosco y yo mirándolo a él.

Por un momento me pareció que todo lo que ayer habíamos hablando se había olvidado, pero se ve que no, porque cuando lo vi rascarse la nuca intranquilo y mirarme, me empecé a desesperar.

— Che ¿Lo pensaste?—Preguntó mirándome nervioso, al menos yo no era la única.

— ¿Qué cosa?—Me hice la boluda, pero sabía que tarde o temprano le tenía que responder.

— Lo que te pedí ayer ¿Te acordas?

Mordí mi labio y asentí con la cabeza.

— ¿Y?

— Ah, que si.—Respondí sin dar muchas explicaciones.

— ¿Qué si que cosa Iara? No entiendo si no me explicas bien.—Habló llevándose la mano a la boca y mordiendo su uña.

— Que si te voy a ayudar, pelotudo.—Dije, sonrió feliz y me abrazó contento.

— ¿En serio?—Preguntó y yo asentí con la cabeza.—Gracias Iaru, te amo tanto, gracias.—Repetí, me reí y me separé de su abrazo.

— Bue, pero primero hay que poner reglas.—Hablé acomodando su pelo, que sin querer se lo había desacomodado.

Asintió con la cabeza.

— Pero antes...—Habló y se acercó a mi, tomándome de la cintura y pegandome más a él.—Hay que besarnos.

Frunci el ceño y me largue a reír.

— ¿Qué decís Dan...—No me dejó terminar, que sus labios ya se movían arriba de los mios.

Mi cuerpo no respondía, sentía que estaba en una especie de trance. Hasta que pude reaccionar y se lo seguí poniendo mis manos en su nuca para intensificar el beso.

Había esperado tanto para esto que no me importaba si era verdadero o falso, yo solo quería demostrar mis sentimientos a través de un beso.

Y no me daba cuenta; ahí estaba el problema.












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matenme :(




Trato ; Daniel RibbaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora