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«Capítulo dos.»

— ¿Qué vas a pedir Iaru?—Preguntó cuando yo me senté en una de las mesas, todavía estaba en el aire.

— Lo que vos pidas.—Dije sin mirarlo, con mi vista fija en la mesa.

Se paró y fue a pedir algo para comer.

Y cuando llegó parecía que había pasado tan poco tiempo que me tuve que fijar la hora: las nueve y media de la noche.

Parecía que volaba y cuando pestañeaba su voz sonaba en mi cabeza dejándome mas aturdida de lo que estaba.

"Ella es mi novia".

— ¿Vas a comer?—Preguntó pasando una mano por adelante mio.

Sacudí mi cabeza y lo miré.

— ¿Tu novia? ¿En serio Daniel?—Dije cuando salí de mi trance. Hizo una mueca y dio otra mordida a su hamburguesa.

Parecía no preocuparle como a mi.

— Si, fue lo único que se me ocurrió.—Habló mirando mi reacción, abrí mi boca y después la cerré.

— ¿Sos joda?—Pregunté enojada.—Nunca en tu vida dijiste eso y hora que ella te vio conmigo lo decís ¿Para qué? ¿Para darle celos?—Volví a dejar la hamburguesa de lado que no se en que momento la había agarrado.

Mordió su labio, señal de que estaba nervioso y arrepentido, me dio mucha pena verlo bajar la mirada, por eso es que bajé dos cambios y lo mire.

— Perdón Dani.—Murmure a lo que él asintió con la cabeza.

Dejó su hamburguesa de lado y se corrió en el sillón de un cuerpo para acercarse a mi y abrazarme, en forma de disculpas.

— Perdóname vos a mi, creo que me re fui a la mierda.—Dejó un beso en mi frente, claro, él nunca me iba a ver como algo más, siempre como una hermanita.

— 'Ta bien.—Hablé, él sonrió y me miró.—¿Por qué lo hiciste?—Volví a preguntar.

Me soltó y mordió sus uñas nervioso, buscando como explicarme, yo la verdad es que no entiendo como Josefina no podía ver lo lindo, tierno y amoroso que es, estando un ratito nomas te das cuenta al toque.

— Es que la quería poner celosa, vos viste como nos vio y por algún motivó me salió eso.—Dijo un poco bajito, con cuidado de que nadie se entere.

Asentí con la cabeza un poco insegura y traté de seguir comiendo, pero él me agarró la mano después de un rato provocando que lo mire a sus ojos oscuros.

— ¿Te hago una pregunta?—Dijo a lo que yo asentí sin sacarle los ojos de encima.—¿Me ayudas en algo?

Giré los ojos.

— Sabes que me va re mal en la escuela Dani, no entiendo si a vos te va súper bi...—Me interrumpió negando con la cabeza.

— Podes ser mi novia si querés.—Soltó llevándose un dedo a su mejilla y después haciendo presión para morderse la carnecita.

Me reí un poco.

— Sos tonto eh.

— En serio te digo Iara, podemos fingir ser novios para que ella me mire con... otros ojos.—Terminó un poco dudoso, frunci el ceño y negué.

— ¿Me querés usar?

— No Iara, pero quiero tu ayuda.—Suspiró, cada vez me confundía más.—Ella va al colegio y podemos fingir ser novios mientras este cerca nuestro para darle un poco de celos, solo para ver si siente algo por mi.—Dijo, esta vez un poco desesperado.

— Ella terminó con vos Dani, ¿No crees que si sintiera algo te lo habría dicho?—Hablé un poco obvia, pensó un poco.

— Puedo hacer que se enamore de mi otra vez.—Me miró, su cara lo decía todo, todavía la amaba.

— No se Dani...—No le iba a decir que su ex novia nunca lo quiso y lo boludeo como a los mejores, porque no quería verlo mal.

— Por favor Iara, es solo intentarlo y si no funciona dejamos todo eso.—Sus ojos pedían piedad y que por favor lo ayude.

Pero no estaba segura, sabía que si actuábamos como novios me iba a enganchar más con él y era lo que menos quería, porque yo sufría viéndolo enamorado de otra y que no se de cuenta de que yo también puedo hacerlo feliz.

— Lo voy a pensar ¿Si?—Dije a lo que él asintió frenéticamente, me sonrió y me abrazó.

🏵🏵🏵

— ¿Y que vas a hacer?—Preguntó Avril del otro lado de la pantalla, Aylen se dejó de pintar las uñas para mirarme.

Estábamos haciendo una vídeo llamada para que ayuden a entender el lío que se me armó en la cabeza.

— ¡No se!—Dije asustada, mi corazón se volvía loco con el solo hecho de pensar en ser la novia falsa de Dani.

— Si estás así de enganchada ahora que son amigos te recomiendo que no lo hagas.—Habló Aylen soplándose las uñas para que se le seque el esmalte.

Mordí mis uñas y suspire.

— Yo diría que si, onda, así aprovechas a chapartelo.—Esta vez Avril dio su opinión, moviendo las cejas y sacándome una risa.

— No le hagas caso a esta pelotuda, no sabe nada.—Se quejó la morena.—Podes terminal mal, Iaru.

Dos consejos diferentes para una sola persona, no podía estar mas confundida.

— ¿Que me decís pelotuda? Forra.

— Te digo todo lo que quiero wacha tonta.—Y ahí estaban otra vez, mis dos mejores amigas peleando como unas nenas.

Se llevaban bien, pero eso no impedía pelearse cuando quisieran. Las personas de afuera siempre me preguntaban a mi si eran amigas, y cuando yo le respondía con un "si" las quedaban mirando raramente.

— Anda a garcharte a Damian mejor.—Acotó Aylen, la rubia inmediatamente se puso colorada y se tapó la cara.

— Eso está de más.—Hizo puchero, nosotras nos reímos a carcajadas.

— Aylen 1, Avril 0.—Recordó haciéndose la que anotaba en una libreta.

— Yo no digo nada cuando Mauro te la mete en mi baño Aylen.—Habló esta vez sacándose las manos de la cara y sonriendo con malicia, ahora los papeles se invirtieron.

Nos reímos con Avril.

— ¡Solo fue una vez!—Gritó la morena, colorada.

— Bueno basta, era para que me ayuden, no para que se bardeen.—Interrumpí su discusión, si no lo hacía iban a seguir toda la noche.

— Ya te dije gorda, hacelo.—Acotó Avril hundiéndose de hombros.—O seguí el consejo de Aylen que es re choto.

— ¡Hey!—Se quejó la recién nombrada.

— Bueno, veo que hago.—Dije dudosa.

Y eso hice, no dormí ni en toda la noche pensando en que podía hacer.

Hasta que me decidí.





Trato ; Daniel RibbaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora