Musim(#2 Mc Angele's Kings)

Capitulo 12

CAPITULO EDITADO

MUSIM

Semanas después...

Han pasado dos semanas desde que Erika recibió la carta, desde que las palabras de Hanbal me retumba en mi mente. Debo admitir que me gusta Erika y eso me asusta, pero a la vez me siento aliviado y conforme con la decisión de decirle lo que en verdad siento por ella.

Quiero que algún día sea mi vieja dama. Quiero que ella sea mi novia.

Por otro lado, no supimos más nada del padre de Erika y eso altera un poco a los jefes, no es buena señal porque estará tramando algo, pero la protegeré con mi vida. El no tocará ni un pelo a Erika.

Erika

Semanas más tarde...

Todos los años he estado sufriendo por culpa de ese desgraciado, pero ya no más, sólo quiero acabar con el dolor que me ha dado. No quiero vivir con el miedo de salir a la calle o cualquier lado, necesito hacer mi vida en paz.

Seco mis lágrimas y me acuesto en la cama, abro mis ojos porque comienzan a tocar la puerta desesperadamente

— ¿Qué pasa? — pregunto con un tono entrecortado y soñoliento.

¿Por qué me despiertan de madrugada? ¿Acaso nadie duerme en esta casa?

— Abre la puerta pequeña — suplica Musim y suspiro. Me levanto de la cama, abro la puerta y bostezo.

— ¿Qué paso? — pregunto soñolienta.

— Quería saber cómo estabas — se excusa con nervios mientras entra a mi habitación.

¿El sabe que hora es?

— Estoy bien, gracias Musim — contesto con un tono suave, él se sienta en el borde de la cama igual que yo, bajo la mirada y asiente, empieza a acercarse a mí, levanto mi vista y su rostro está frente mío.

— ¿Qué sucede, Musim? ¿Por qué viniste a estas horas en mi pieza? — interrogo.

— Quiero decirte algo importante — confiesa mirándome a los ojos.

— ¿Qué pasó? ¿Todo está bien? — pregunto preocupada.

— Quiero hacer algo desde hace mucho tiempo y no lo aguanto más — determina, él acerca su rostro y posan sus labios en los míos.

Amo sus labios. Le correspondo el beso, separamos y mis mejillas se tornan rojas, bajo la mirada por la vergüenza.

— No sientas vergüenza — dice con un tono suave mientras tocan sus manos con mi mejilla.

— Musim yo también quiero decirte algo — digo avergonzada.

— Que pasa pequeña? — pregunta con dulzura.

— Tengo miedo — confieso con un tono entrecortado mientras tomo de la mano a Musim y el me mira.

— No te pasará nada, yo te protegeré. Confía en mí, confía en todos los hermanos del club — dice se acerca nuevamente a mí y me besa los labios con suavidad. Él se levanta de la cama e imito su reacción, me acerco a él, beso de nuevo sus labios.

¿Dónde se va? ¿No se quedará conmigo?

— Me tengo que ir. Ya es tarde — susurra entre mis labios.

— Quédate conmigo — suplica mientras agarro de su brazo y el piensa, pero al final accede, nos acostamos en la cama y enseguida nos quedamos dormidos.

Dia siguiente...

Me levanto por la molestia de mis ojos, la luz del Sol llega a mis ojos entonces me doy la vuelta y miro a Musim dormido con un niño pequeño, sus manos están en mi cintura, sonrío y le comienzo a dar besos por toda su cara para que pueda despertar, hace un gruñido y sonríe, pero vuelve a dormir comienzo a ser lo mismo hasta que abre sus ojos, me mira atentamente.

— Buenos días — me saluda con su voz ronca, sonrío.

— Buenos días — susurro mientras que me acerco a él para besarle en los labios, pero él se adelanta, nos besamos. El silencio se hace presente, solo nos limitamos a mirarnos.

Minutos más tarde...

Estamos en la cocina del club haciéndonos el desayuno.

— Quiero que nos vayamos a un lugar — habla de repente y lo observo con curiosidad.

— ¿Qué lugar? — pregunto.

— Es una sorpresa — contesta riendo.

— Me encantan las sorpresas — admito mientras corro hacia la habitación, al estar toda vestida, me dirijo hacia la sala y me encuentro con Musim.

— ¿Vamos? Será nuestra primera cita, cariño — pregunta mientras se acerca y agarra mi mano con una sonrisa.

— Estoy lista — digo sonriente.

Amo que Musim sea tan tierno y detallista a la vez. Nunca nadie me había tratado así, me quiero sentir querida y amada, creo que confiar en Musim valdrá la pena.