Capítulo 5: Sing Along

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«5 Meses Después»

Llevaba al menos doce minutos viendo al mismo punto muerto en la pared, dando golpecitos en la mesa con ambos extremos del bolígrafo.

Quedaba poco tiempo para acabar el bloque y en su intento por rellenar algunas alternativas en blanco, leyó seis veces la misma pregunta.

'¿Qué simboliza la virginidad de María dentro del catolicismo?'

Intentó por todos los medios recordar algo de las clases pasadas, pero le fue imposible.

Religión era su hora favorita para hacer cualquier otra cosa que no fuera prestar atención a la señora de pie al frente, que pretendía predicar al señor pero acababa llorando y quejándose de "los jóvenes de hoy en día".

Entendía todas las políticas internas que establecían que la escuela era católica, y que por ende impartía asignaturas acorde al proyecto educativo. Pero ni el 50% de alumnos estaban ahí por una religión, sino por los resultados de las pruebas de admisión universitarias.

Para colmo de males, el director del colegio había convocado a un mini ejército de mocosos cristianos, que alentados por las recompensas del señor, le hacían la vida imposible a los de preparatoria.

Ya varios "corderitos de Dios" lo habían chocado en el patio, y como buen ruso, no desaprovechaba oportunidad de soltar un par de insultos. El problema venía cuando lo citaban a dirección para comunicarle que algún alumno de grado menor lo había delatado. Y ese era el momento en donde llevaban a todos los infractores a la capilla para restaurar la energía del cosmos.

¿No bastaba ser bueno con el prójimo? No es que Yuri lo fuera, de cualquier manera.

Cómo odiaba las clases de religión. Todas esas mierdas sacadas de la biblia que establecían lo bueno y lo malo. Quiénes debían ser castigados. La recompensa del cielo a los bienaventurados y por sobre todo, la divinidad ante la cual todos debían arrodillarse y hacer garganta profunda.

En eso que marcaba la letra que más le convencía, escuchó la voz del castaño.

-Yuri... -un susurro no muy bien disimulado hizo que viera hacia el pupitre de la derecha, donde Guang Hong batallaba con su exámen algo arrugado en las esquinas.

'¿Qué?' el rubio solo movió los labios, sin emitir ningún sonido más que el de su exhalar.

-Me faltan 4 preguntas -comunicó levantando un poco la hoja de papel, para que su amigo echara un vistazo a su evaluación. Vió unos cuantos garabatos con formas de animales y borrones. El ruso tomó provecho y alcanzó a copiar algunas respuestas en su prueba.

-¿Y qué quieres que haga yo? -lo interrogó conteniendo su propia desesperación. Su exámen tampoco iba de maravillas.

-¡Ayúdame, idiota! -lo reprendió, alzando un poco la voz.

La profesora se puso en pie y estiró su arrugado cuello por sobre la pila de libros que había dejado en su escritorio. Acomodó sus horribles lentes caramelo en el arco de su nariz y fijó su vista en el asiático.

-¡Guang Hong! -chilló atrayendo la atención de todos los alumnos en el aula. Algunos soltaron risitas contenidas-. Será mejor que no hable durante el exámen o tendré que reprobarlo.

-Lo siento -el castaño frunció el seño mientras mordía el extremo de su corbata rojo tinto.

-Y usted, Plisetsky. No intente ayudar a su compañero -dió una mirada de desdén al chino y agregó con voz nasal-. La pereza es la madre de todos los vicios.

CRIMINAL [OtaYuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora