Capítulo 8: Interzone

203 12 42
                                    

-Vamos, dime qué pasa -Yuri cerró los ojos con fuerza mientras volteaba hacia Dominic. Lo miraba preocupado y sin entender nada de lo que pasaba.

Se tomó algunos segundos para poder idear otra mentira convincente. Primero Jean, ahora Dom ¿Quién seguía luego?

-Lo siento -dijo para ganar tiempo, en su cabeza terminaba de armar lo que diría.

-¿Lo siento? ¿Y por qué?

-Creo que no podré ir por un helado hoy, en serio lo siento -vió de reojo cómo Otabek se impacientaba, mirando a la nada y dando golpes al suelo con el pie, como tic nervioso.

Dominic se mantuvo en silencio y volvió a ver por sobre su hombro, donde estaba el kazajo. Toda la situación le estaba dando muy mala espina.

A pesar de no ser el novio de Yuri sabía bastante sobre él. Muchos recreos los pasaban juntos, lo había visto competir, conocía a Pichit, a Jean y por supuesto a Guang Hong, e incluso había visitado su casa un par de veces para hacer un trabajo de literatura pero, jamás había oído hablar de alguien como el tipo que esperaba tras el rubio.

La respuesta del ruso tampoco lo había dejado muy tranquilo, se notaba a leguas que no quería contestar, al menos no con sinceridad.

-¿Quién es él? -ignoró la excusa que le había dado.

-¿Él? -el pequeño ruso se giró para buscar ayuda en Otabek, quien rápidamente se hizo el desentendido. Maldito-. Bueno, él es un familiar, digo, es mi cuñado en realidad.

-Eres hijo único, Yuri. Inventa algo mejor.

-Lo sé, pero... -demonios, ya comenzaba a ponerse nervioso. Ni que fuera su madre o poco menos-. Es la pareja de mi prima, no estoy inventando nada.

-Creí que no tenías familia aquí en Detroit -el pelirrojo se cruzó de brazos y tomó una posición más cómoda.

-Sí, sí, no la tengo pero, están de visita por una o dos semanas. Mi padre los invitó -puso cara de desagrado, añadiéndole énfasis a su actuación-. Por eso no voy a poder ir.

-Pero tienes entrenamiento, puedes usar esa excusa.

-Bueno... había olvidado que planearon una especie de cena en casa, más bien quise olvidarme. Ahora no puedo escaparme, especialmente ahora que él está aquí -señaló con el pulgar tras su espalda-. Debieron enviarlo para que me trajera a casa. Mi madre se pondrá furiosa si no llego.

Juzgó el rostro compungido del menor. No podía saber a ciencia cierta si estaba mintiendo o no, quería creer que realmente se había olvidado de sus planes familiares.

El pelirrojo se acercó unos pasos al kazajo, pero el rubio se puso en medio. Sabía que las cosas no terminarían bien para Dom si Otabek se mosqueaba, lo había vivido en carne propia.

-Dominic -puso las manos en su pecho y cambió su expresión neutra a una menos amigable. Entendía que estuviera a la defensiva gracias a su reacción anterior pero, estaba entrando en terreno que no le correspondía-. No me metas en problemas. Hablo enserio.

El Yuri Plisetsky que todos conocían en la escuela estaba volviendo, una mala señal para cualquier situación. Dominic desistió de lo que sea que fuera a hacer exhalando con resignación.

-Está bien. Tienes razón -dijo echándose hacia atrás. Enfocó la figura del moreno y se dirigió a él para hablar-. Es solo que no pareces muy ruso que digamos.

Otabek abrió la boca para responder, pero Yuri se volteó hacia él y le enseñó su peor cara. El entrecejo marcado, los ojos nublados y fijos, los labios curvados, la mandíbula tensa. Sin contar su lenguaje corporal; los puños cerrados, probablemente clavándose las uñas en las palmas.

CRIMINAL [OtaYuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora