Sus labios se amoldaban de manera perfecta, era excitante sentir su lengua juguetear con la suya sacando chispas de deseo mientras sus manos la recorren palmo a palmo en interminables caricias. En algún momento la ropa había estorbado y con lentitud la habia despojado de cada prenda, dejándola desnuda.
Con su boca, con eso labios que queman como brazas ardientes va tatuado capa pedacito de su piel desnuda. Siente la ausencia en sus labios de esa tentadora maquina de besos, pero se equivoca no se ha ido a ningún lado, solo desea saborear su dorada piel, pone su atención primero en su largo cuello y baja con una lentitud torturante por su clavícula, deteniéndose en el nacimiento de sus senos ahora libres del molesto sujetador. Sigue su labor de manera meticulosa pasando su lengua por esos des montes erguido y los besa sin prisas con detenimiento, con tal devoción como si de eso dependiera su vida, y después, solo después de haberlos explorado lo suficiente continua descendiendo por un vientre plano que se agita y tiembla por la respiración agitada de la chica, que gime y suspira de placer por cada contacto.
Esta enloqueciendo con cada caria, todo su cuerpo arde como si se estuviera quemando, pero no es algo doloroso, es un calor satisfactorio, un suplicio sublime, pero quiere mas y su cordura está en juego, arquea la espalda cuando lo siente tocar partes sensibles, territorios vírgenes, y con todo un explorador experto es precavido y lento, solo besa, solo toca y acaricia arrebatando mas suspiros, mas gemidos de placer, y por momentos siente que va a reventar su corazón que late con todas sus fuerzas.
Su cuerpo caldo perlado de sudor parece brillar y se endereza sobre sus codos, se levanta un poco de aquel lecho de sabanas de seda negra, e intenta ver su rostro, pero parece imposible porque el no abandona su posición sigue en su trabajo concentrado, sin inmutarse, y ella se debate entre querer ver el rostro de aquel hombre que le está haciendo tocar el cielo o solo dejarse llevar y seguir sintiendo la gloría entre sus piernas.
No puede más la curiosidad la mata y lo jala hacia arriba para admirar el rostro del hombre, su hombre que con su boca esta tatuándola como suya. Pero no logra verlo porque a penas lo hace un sobresalto la invade y despierta.
-¡Por Merlín! Que sueño -Exclama agitada aun con aquel cosquilleo en su estomago y ese ardor en su piel, había sido un sueño tan vivido que frustraba darse cuenta que solo había sido eso un sueño, uno muy candente pero al fin solo un sueño.
Ve el reloj de pared de su cuarto, y entra en pánico se ha quedado dormida, de no darse prisa llegara tarde al trabajo y Hermione Granger nunca llega tarde. Maldijo por lo bajo, solo a ella se le ocurría desvelarse por estar hablando con un desconocido hasta entrada la madrugada, ahora corria de un lado a otro a toda prisa arreglándose, sabía que se tendría que saltar el desayuno con tal de llegar a tiempo y eso le molestaba pero no había remedio.
En tiempo record estaba lista, su cabello meticulosamente peinado al igual que su maquillaje y su vestido impecable, bajo corriendo las escalera con el abrigo y la bolsa en mano y apenas salió al pórtico desapareció.
Más al norte otra persona despertaba adolorido de la espalda, se quedo dormido sentado frente al escritorio y por muy cómoda que fuera la silla la posición en la que quedo le tenía los huesos molidos, ni que decir de la fuerte resaca que tenia después de terminarse dos botellas completas de Whisky de fuego. La luz que se filtraba por la ventana del despacho le pego de lleno en la cara haciendo que maldijera, pero al segundo se cayó, su propia voz hacia que le retumbara aun más la cabeza.
Necesitaba reforestarse y tomar alguna poción que le quitara los horribles síntomas, fue al botiquín del baño y encontró lo que buscaba, después de todo eso pasaba con bastante frecuencia por lo que siempre tenía a la mano aquel remedio que bebió de un solo trago, el sabor era amargo pero no le importaba con tal de dejar de sentir que su cabeza se partiría en dos y que pasar también el malestar en su estomago.
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Sintonia De Amor
FanfictionNo recordaba desde cuando se había hecho aficionada a ese programa de radio en especial, pero sin importar ese pequeño detalle había descubierto que en esas dos horas en las que una melodiosa y animada voz dirigía el programa, le resultaban reconfor...