Tu Aroma

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Tenía los ojos cerrados y aun así sentía como si el mundo dejando de girar se hubiera detenido solo por ellos, todo había perdido importancia sus reservas y su timidez  habían quedado atrás, dando paso a los latidos intensos de su corazón, lo amaba y acababa de probar sus labios, sin pudor ella lo había besado primero porque simplemente no deseaba aplacar sus impulsos, deseaba sentir el calor de sus besos.

Temblaba en sus brazos, vibraba tanto como su corazón se agitaba en su pecho, y lo amaba, en verdad lo amaba aun sin conocer las facciones de su rostro, o el color de su cabello, no le importaba si el hermoso  color verde de sus ojos cambiara por un sutil negro u otro cualquiera, porque simplemente amaba su interior y su esencia, y así pudiera ser poco atractivo o agraciado él era todo lo que quería.

Pero sintió una punzada fuerte en su pecho cuando recordó un varonil rostro y unos ojos grises como el mercurio liquido, de repente se sintió traicionera al recordarlo y saber que esos labios que había besado segundos antes no eran de él.

La inquietud se apodero de ella cuando se dio cuenta que a pesar de amar a Dante no podía dejar de pensar en Draco y eso acrecentó el dolor que se agitaba con ímpetu en su interior porque sabía que no debía amarlos a ambos.  

Draco por su parte abrazaba a su Dana con miedo, con inseguridad, porque esos mismos pensamientos que atormentaban a la chica lo acorralaban de igual manera a el, porque justo mientras  probaba esos suaves y cálidos labios la imagen de la castaña inundo su mente y sus pensamientos, y al igual que ella sintió remordimientos de anhelar esos besos y no poder desprenderse del deseo que la dueña de esa boca pudiera ser otra.

-Lo haremos juntos a la cuenta de tres.

Comenzarían a contar para abrir los ojos y conocer por fin a la persona que se escondía en el misterio del anonimato, adquiriría un cuerpo y un rostro esas voces que los habían acompañado en interminables platicas y discusiones.

-Uno…

Quizas era cobardia pero ambos dudaba, tenían miedo de lo que verían al abrir los ojos.

-Dos…

Se abrazaron con mayor fuerza y Hermione enterró su rostro en el pecho fornido de Draco, respirando con fuerza para llenar sus pulmones de aire en un intento de calmarse y justo entonces lo noto, el aroma varonil que despedía Dante le resultaba demasiado conocido, podría juran incluso que sabia a quien pertenecía, y eso le hizo tranquilizarse un poco al tiempo que se decía que tenía que ser una coincidencia. Draco pensó lo mismo cuando tuvo a su alcance el cabello de Dana y advirtió el sutil aroma que desprendía, se estremeció al igual que ella al notar la familiar esencia de la chica y recordar a quien pertenecía.

Ambos se reprendieron mentalmente creyéndose locos, sus sentidos les estaban jugando una mala pasada, anhelaban tanto que esa persona que tenían abrazada fuera en verdad otra muy diferente que su confusión les estaba haciendo creer que en verdad se trataba de otra persona.

-Tres. -Dijo el muchacho.

Abrieron con suma lentitud los ojos, estaba abrazado tan estrechamente que no se podían ver estado en esa posición, rompieron con extrema delicadeza el abrazo.

Hermione siendo más baja de estatura que Draco tenía la vista fija  en su hombro y el a su vez observaba fijamente el cabello rizado de la chica sin atreverse aun a bajar la vista para encontrarse con el rostro de la dueña de esa abundante melena castaña.

Se tomaron de la mano para darse valor y el contacto de esas cálidas manos los hizo sobresaltarse  y en un solo instante como en cámara lenta unos cálidos ojos del color del caramelo se encontraron con una mirada gris acero que lucía anhelante por primera vez en su vida.

-Tú. -Dijeron a la vez con los ojos sumamente abiertos y con incredulidad las comisuras de sus labios comenzaron a arquearse para formar unas sonrisas llenas de alivio.

-Creo que no podía ser de otra manera. -Se atrevió Draco a decir después de largos minutos de estar en silencio contemplándose mutuamente con embeleso y acariciar con delicadeza el rostro de Hermione, volviendo a repasar esas tiernas facciones y admirar cada detalle.

Se acariciaban con pasmosidad como intentando graban con el tacto cada línea de sus rostros, Hermione sonreía dulcemente y sus ojos derramaron un par de lagrimas de emoción, no podía ser más perfecto todo aquello. El rubio borro con sus labios esas lagrimas antes fundirse de nuevo en un largo y  deseoso beso.

Cuando se separaron por la falta de aire se estrecharon de nuevo en un abrazo y el la levanto como una pluma para comenzar a girar mientras reían a carcajadas.

-Ahora entiendo muchas cosas. -Le dijo al oído la castaña.

-Te amo. -No lo pensó, solo lo dijo, pero que eso era lo que sentía en ese momento y ya se había cansado de ser el mismo cobarde que nunca expresaba sus sentimientos ya fuera porque no sabia hacerlo o porque no deseaba mostrar sus debilidades.

-Yo también te amo. -Contesto sintiendo como su corazón latía con más intensidad y lo beso de nuevo, pero de una manera muy distinta, se apodero de sus labios sin reserva y exploro cada parte de ella, saboreando y mordiendo sus labios y acariciando de forma bastante atrevida el pecho y espalda del rubio.

Esa era la pasión que despertaba en ella Draco y no iba a ser tan cerrada para privarse de hacer lo que deseara, no después de haber aprendido que sus prejuicios y reservas le impedían disfrutar del amor que estaba sintiendo por ese chico.

Sintonia De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora