Capítulo 4: Trata de no ilusionarte, aunque sea difícil.

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Me desperté jadeante, con el corazón latiendo a mil y mis ojos a punto de salirse de sus órbitas.
Me sorprendí de mi misma de tener ese tipo de pensamientos. Porque, de los pensamientos y deseos surgen los sueños. Ese beso con Louis lo había sentido tan real, aún sentía sus labios sobre los míos… ¿Él se había quedado conmigo anoche, o fue parte del sueño? Efectivamente, la respuesta a aquella pregunta, se removía a mi lado. Louis estaba despertando. Adormilado y bostezando, abrió los ojos con pereza.
Louis- Buen día, linda.- «Linda» Le dediqué una sonrisa nerviosa, y le besé la frente. Me levanté a dirigirme hacía el armario y sacar unas toallas. Necesitaba una ducha urgente. Estaba demasiado confundida.
- Voy a tomar una ducha, Lou. Son las dos de la tarde! Paul ya debe de estar por venir a buscarnos.
Louis- Wow, tan tarde? –Rió y le sonreí.- Está bien. Cuando termines, me puedo duchar en tu baño? Es que Liam prometió arreglar el grifo de mi ducha y como siempre, se hizo el boludo… y te digo la verdad, me da mucha paja levantarme e ir al cuarto de alguno de los chicos.- solté una risita. Era tan hermoso… lindo… digo, dulce. Tierno. Yo… bueno, entendieron.
Acomodó sus brazos debajo de su cabeza y cerró los ojos.
- Sí Lou… no tardo.- él asintió y entré al baño cerrando la puerta detrás de mí.
Observé mi rostro mojado en el espejo después de cepillarme los dientes. ¿Y si me estaba empezando a enamorar del oji azul?… «¿Y Harry?» me recordó una parte irracional de mi cerebro y la maldecí en voz baja. Mi corazón estaba hecho un revoltijo. Sabía que me estaban empezando a gustar los dos, de alguna forma, pero había dos cosas (o pensamientos) que no me dejaban admitirlo por completo. Esa era una, no querer admitirlo y la segunda, es que yo había jurado jamás enamorarme de ningún chico de la banda. Más allá de que éramos mejores amigos, casi como hermanos, si yo mantenía una relación con alguno de los chicos y esta misma no funcionaba, ¿Cómo podía mirarle a los ojos después? Y debía hacerlo. Más fácil sería esconderme de él, y olvidarlo por completo. Pero tenía que convivir, prácticamente, con los chicos. Sería imposible.
Siempre me dijeron que a veces había promesas y juramentos que no se podían cumplir. En este momento no sabía que pensar. Me estaba ilusionando e imaginándome cosas que quizás nunca pasaran, quizás… ¿Y si pasaba algo con alguno de los dos?
- Ya deja de pensar en eso.- me susurré a mí misma y me metí en la ducha.
Darme un buen baño de agua fría siempre me relajaba. No importa si hacia cero grados bajo cero, yo siempre me duchaba con agua tibia o fría. Los chicos decían que soy rara… miren quienes me lo dicen, ¿no?
Me envolví el cabello en una toalla y con otra, mi cuerpo. Me sequé el rostro y me delinee los ojos con negro. Cepille mi pelo y lo alboroté un poco. Al salir del baño, Louis estaba mirando televisión. Sonreí.
- Ya terminé Lou, puedes bañarte.- me miro y sonrió.
Louis- genial, iré a buscar una toalla a mi…-saqué una de mi armario y se la tiré en la cama.- Hey!
- Ve a bañarte o será tarde y vendrá Paul! Corre!- se dirigió al baño y al hacerlo, le apreté el trasero. Él se rió. Era una joda que nos hacíamos entre todos. A veces sentía que los chicos se zarpaban tocándome el culo a mí en los conciertos. Generalmente les pegaba en el brazo, pero nunca me hacían caso. Son unos pervertidos los cinco. Menos Liam. Aunque yo no me quedaba atrás, también me aprovechaba de aquello. Era una pervertida más.
Estaba buscando algo en mis cajones algo para ponerme. Aún seguía envuelta en la toalla, nomás que ya me había puesto mi ropa interior. Color negro. Sentí que se abría la puerta del baño. Voltee y Louis salía en bóxer, y agitando en su mano un corpiño rojo. Enrojecí, pero a la vez solté una carcajada. 
- Deja eso Louis! Dame! –corrí hasta el, y Louis estiró su brazo hacia arriba.- Lou, no me hagas esto! Dámelo!
Louis- Atrápalo, enana!
- No me llames así, Tomlinson! –empezamos a correr por toda la habitación. Yo no dejaba de reír, y eso no me daba mucha ventaja que digamos. 
Louis ya me estaba alcanzando cuando tropecé, mi toalla se resbaló de mi cuerpo, caí en la cama y Louis arriba mío. Sus brazos se acomodaban a cada lado de mi cabeza y ambos respirábamos con dificultad. No me importaba estar en ropa interior frente a él. Louis es el único de los chicos que me vio así más de una vez, y por alguna extraña razón, nunca sentía vergüenza. Si alguno de los otros chicos me veía en ropa interior, moriría de vergüenza. Pero con el oji azul, todo era distinto. Muy distinto.
Empezamos a reír otra vez, a carcajadas. Lo abrasé por los hombros y el hundió su rostro en mi cuello. Nos miramos, aun sonrientes, y no sé cómo fue, pero… nuestros rostros estaban tan cerca. Su nariz rozaba la mía. Esas extrañas sensaciones se apoderaron de mi cuerpo una vez más… su respiración la sentía entrecortada cada vez que chocaba contra mis labios. La puerta se abrió, dejando ver a un Harry arreglado, con sus rulitos mojados. Una hilera de sus perfectos dientes blancos se asomaba en su sonrisa, marcando aquellos divertidos pocitos en sus mejillas.
Harry- Chicos, Paul dijo que… oh, están… ocupados.
- No! Claro que no. –empujé a Louis y este me tiró la toalla para que cubriera mi cuerpo. Louis sabía que no tenía la misma confianza con él, que con los chicos.
Harry- Yo… creo que interrumpí… solo venía a decir que Paul dijo que en cuarenta minutos llegaba…-el ambiente era tenso. Aun respiraba con dificultad, y Harry estaba repentinamente serio. Nuestras miradas se cruzaron, pero él la esquivo rapidamente.- lamento interrumpir.- dicho esto se fue.
Louis- Qué bicho le abra picado al Edward? Bue, me voy a bañar, no llego…-besó mi frente y cerré los ojos.- no tardo ____... ah, y toma.-me lanzó la ropa de encaje roja y me reí.
Él entró al baño y quedé en shock. Mi mente se llenó de repentinos pensamientos y preguntas sin respuestas. Ilusiones. ¿Qué hubiera pasado si Harry no hubiera interrumpido? Porque, sería estúpida aquella persona que no se hubiera dado cuenta de que esa posición en la que estábamos era jodidamente perfecta para un beso. ¿Me hubiera atrevido a besarlo? Soy demasiado cobarde, y la verdad es que no quería que se alejara de mí. Mierda, no podía enamorarme de ellos. De ninguno de los chicos. ¿Por qué me sentí tan mal cuando Harry nos vio? ¿Por qué el humor del ruloso cambio tan repentinamente al vernos? 
Suspiré. Me levanté nuevamente al armario y saqué ropa cómoda para el viaje. Un buzo que arremangué hasta los codos, un jean entubado negro y botitas marrones. El buzo me hacía acordar a Harry. Él tenía uno igual, pero en vez de tener una Minie como el mío, tenía un Mickey. (http://weheartit.com/entry/29206797 ).
Até a mi muñeca la típica bandana negra que usaba siempre, cubriendo aquellos cortes de los cuales, nadie sabía de su existencia. Pasé mi bolso por mis hombros, tomé el IPod, los auriculares y bajé. Paul ya nos esperaba abajo, y aún faltaban Zayn que seguramente se estaba arreglando, y Louis. Liam, Niall y Harry estaban sentados en el sillón. El rubio comía, como siempre, Payne conversaba alegremente con Paul y Harry miraba hacia la nada, serio, perdido. Hundido en sus pensamientos. Saludé a Paul con un abrazo y me puse de puntitas para besar su mejilla. 
No me gustaba para nada que Harry sea así de serio. A mí me gustaba su sonrisa. Me senté en sus piernas y me miró sorprendido. Después, sus brazos rodearon mi cintura y le sonreí.
- Qué te pasa Harold?
Harry- Nada princesa, no te preocupes.- «Princesa» 
- No te creo.- le acaricié la nuca.
Harry- no te preocupes, no es nada, en serio.- sonrió, más o menos.
- Sigo sin creerte, pero bueno. Nos sentamos juntos en el avión? –ahora sí, una sonrisa de verdad se formó en la comisura de sus labios.
Harry- Me encantaría, sí.- besé su mejilla y lo abrasé. Él correspondió ese abrazo y Louis y Zayn bajaron juntos con una mochila y sus celulares en la mano, como yo.
Paul- Si están listos, ya vámonos. Sus maletas ya están en el avión.
Louis- Waaw, eso es velocidad Higgins! 
Paul- Se. Ya, vamos.-todos reímos. Me levanté de las piernas de Hazza, y le estiré mi mano.
- Vamos? –asintió y sonriendo, entrelazó sus dedos con los míos para salir.

La Sexta Integrante.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora