Capítulo 6 : cobarde, cobarde, cobarde, cobarde.

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Simon ya nos estaba esperando en el hotel, y Paul dijo que entremos directamente y rápido porque el lugar estaba a punto de colmarse de fans y paparazis. Entré con los chicos y seguían mirándome raro. Tenía unas ganas de llorar terribles y ellos no dejaban de verme!

Simon nos esperaba en recepción, sentado en uno de tantos sillones que se encontraban ahí. Las paredes de aquella habitación se me hicieron familiares. La habitación de mis padres en Oxford, estaban pintadas en ese mismo tono carmín, al igual que el suelo. A lo lejos divise una mesa de Pool, y frente a ella, detrás de un escritorio se encontraba una pelirroja de gafas que supuse que era la recepcionista del hotel.

Simon- Chicos! Cómo estuvo el viaje?

Liam- Muy bien Simon…-nos acomodamos en los sillones junto a él y me froté las sienes. No veía la hora de huir como una cobarde de allí y echarme a llorar encerrada en un baño o en mi propia habitación.

Simon- Genial. Me alegro… Dentro de veinte minutos tienen un Meet and Greet, que no creo que dure más de cuarenta minutos-miró su reloj.- son ocho y media. Luego de eso, se dan una ducha y nos vamos al estadio, entendido?- todos asentimos.- bien –sacó seis tarjetas magnéticas de su bolsillo.-, sus habitaciones. Acomódense rápido y bajen cuando estén listos. Paul los esperará en la puerta con la camioneta. Piso cinco, chicos.

Nos subimos al ascensor y un silencio incomodo se apoderó del ambiente. Maldecí por lo bajo, rogando llegar rápido a nuestro piso. Creo que estaba tan concentrada en salir corriendo de ahí, que olvidé por completo el hecho de estar encerrada entre cuatro paredes sumamente estrechas, a juzgar que soy claustrofóbica. 

Las puertas se abrieron, causando un pequeño y sonoro ruidito al abrirse, y un poco más y salía corriendo para encontrar mi puerta. Pase la tarjeta por la cerradura y entré. Cerré casi de un portazo y me tiré en una cama de dos plazas perfectamente acomodada. Me desaté la bandana y las marcas seguían allí. *Cómo si se fueran a borrar con tan solo taparlas con un trapo negro con lindos detallitos en blanco* me dije a mi mis. Ya se me habían ido las ganas de llorar, pero las lágrimas seguían haciendo que mi vista sea borrosa. Fui hasta el baño y me lave la cara. Me arreglé el delineador negro y tocaron la puerta. Sabía que eran los chicos. Suspiré. Me los tenía que enfrentar. Y si no era ahora, iba a ser después. Y después iba a ser peor, porque me conozco, y sé que soy lo suficientemente cobarde como para evadir el tema hasta que logren olvidarse de lo que se tratase. Pero con los chicos era diferente, nunca se olvidaban, y me conocían a la perfección, por mi muy mala suerte.

Abrí la puerta, y corrí a la cama, a meterme debajo de las frazadas como si fuera una niña indefensa y pequeña que juega con su padre. Zayn me destapó hasta descubrir mi rostro y corrió un mechón de mi cabello. Me senté en la cama, y ellos alrededor mío. ¿Sería como una especie de interrogatorio en donde todos se repartirían preguntas para torturarme lentamente?

Liam- Creo que nos debes una explicación.

- De qué? Ya vieron mis muñecas, no hay mucho que explicar. A menos que quieran que les enseñe a hacerse un buen corte.

Zayn- No es divertido, pequeña. Nos preocupas.-suspiré.

Niall- Porqué haces eso, princesa? –agaché la cabeza.

- Es la única manera que tengo de descargarme con facilidad. Odio todo de mí, y cuando empiezo, no logro parar.-jugué con mis manos, conteniendo lágrimas y Louis me apretó una, entrelazando sus dedos con los míos.

Louis- No te vamos a juzgar, pero tampoco te vamos a dar nuestro apoyo para que lo sigas haciendo.

Zayn- Sé que no soy el indicado para decirte esto pero… no lastimes tu cuerpo de esa forma, preciosa.- Zayn fuma. A eso se refiere con “no soy el indicado para hablar”. Para mi mala suerte, al suspirar, las lágrimas empaparon mis mejillas.

La Sexta Integrante.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora