Reencarnados: La villana quiere venganza y el Duque quiere pelirojas.

Casa.

El Duque Snorri Wolfhunds era su padre el màs temible, cruel y poderoso hombre que en solo 3 generaciones habian creado el Ducado màs poderoso del Imperio, sus ejercitos se encontraban repartidos en el Imperio y eran una parte cada ves màs importante dentro del Imperio, sus ejercitos eran eficientes guerreros que podrian pelear solos o en grupos, era un nivel de habilidad,coordinaciòn y confianza que habian creado un ejercito tan temible.

Grizeila se encontraba en ese momento muy nerviosa, realmente tambien sonriente pero asustada, era complicado, Snorri, era 2 personas...por eso era tan complicado su reuniòn actual.

El hombre llamado Snorri era 2 personas, era el Duque un hombre cruel, calculador, astuto y un asesino, alguien que veia ante todo el beneficio y miraba las personas como instrumentos para alcanzar el poder, un hombre al que le temia.

Pero tambien era Snorri su padre, el hombre sensible, calmado, sonriente y calido, alguie que desdeñaba el poder y la riqueza y protegeria asu familia y a los suyos hasta la ultima gota de su hombre, ese era al padre que amaba.

Snorri era un hombre de 2 caras, en un universo basto y peligroso, a veces eran necesarios 2 rostros, como el Duque su padre, un hombre que amaba y temia, era increible esa contradicciòn, pero era una realidad.

Vestia pantalones, y una chamarra, al final se puso encima una capa de oso negro, era muy calidad, constamente enviando calor con los calentadores incluidos, el planeta Geri siempre habia sido muy frio, y ahora realmente sentia su cuerpo llenarse de un sudor frio, estaba nerviosa...recordo en su vida pasada cuando bajo de la nave.

Salio cabizbaja antes de avanzar y encontrar a su padre que le consolaria...pero en ves de eso, encontro al Duque, que le lanzo una cachetada y luego silencio el incomodo silencio. Lo sabia lo habia arruinado, debio hacer lo que fuera pata mantener esa uniòn con el principe por los medios que fueran...pero eso era imposible, y ahora solo se conviritio en una observadora...de una guerra que sumio al Ducado de Geri contra el impeiro sus hermanos y hermanas muertas y ella llevada aun planeta paraiso a pasar el resto de la guerra y luego el envejecer mientras el imperio se fragmentaba en pequeños reinos y naciones cavando una era y surgiendo la edad de los Reinos combatientes.

Tal ves en un futuro uno de ellos recrearia un nuevo Imperio pero ahora era la guerra todos contra todos...

Miro a las guardias...todas clones de esa mujer...fue ingenua al confiarse, habia todo un sistema social y extructuras propias que se encontraban alrededor del Duque Krall, por lo que fue ingenua al confiarse demasiado...se medio arreglo y al menos tuvieron la bondad de señalarle la ropa con calentadores.

La puerta se abrio, el miedo y la idea de volver a sentir esa cachetada la hizo retroceder un paso detras, su mirada fue al suelo, "fue cuando todo se fue a la mierda, ¿antes o en ese momento?" podria rememorar ese golpe como si acabara de ocurrir y tal ves...estaba a volverse repetidamente, ahora seria nitido y doloroso...muy doloroso.

Ahi alto de 2 metros, recubierto en tela de lobo, un lobo gigante que asesino con sus manos en su juventud, a diferencia de ella, los guardias de su padre y su padre no necesitaban calentadores, ellos estaba acostumbrados a esa temperatura, incluso recordando de su niñez ella podria ir una camisa sin necesidad de chamarras, era verdad la maxima de los Gerianos: "la civilizaciòn debilita, Geri fortalece"

Ella se habia debilitado...se acerco, realmente los copos y el aire eran crueles...pensar que antes podria sentirse en sus anchas en un clima tan extremo, ahora era una extraña.

Su padre se acerco con su paso tan poderoso...ya lo estaba esperando, apreto la quijada, la fuerza de su padre era superior a la de muchos gerianos, cerro los ojos,

Pero fue extraño...fue abrazada de manera gentil...abrio los ojos, esto no era lo que habia pasado, se encontraba en los brazos de su padre.

-Bienvenida a casa- fueron las palabras sencillas de su padre pero calentaron su corazòn.

-Si padre...he vuelto a casa-