This is so much...

547 71 17
                                    

Buenos días n.n aquí dejo el cap. 4. ¿Qué pasará entre nuestro querido par?

________________________________

Después de la clara promesa o, más bien, declaración de guerra del rubio. Fui arrastrado hasta el primer piso, hacia, concretamente, el enorme comedor del lugar. Me maravilló la decoración tanto de los pasillos como de aquella estancia en particular. Finas telas decoraban las paredes junto a enormes y bellos cuadros; candelabros de plata reposaban sobre la gran mesa de caoba acompañados de algunos jarrones adornados de varios arreglos florales que me dejaron sin aliento ante su belleza; dos grandes ventanales dejaban entrar la luz del sol y se podía observar a través de ellos el espléndido paisaje, repleto de árboles, el cielo y el jardín que era simplemente maravilloso. Aquello llamó mi atención. ¿No se supone que los vampiros no pueden exponerse a la luz del sol? Miré mejor a mi alrededor y los tres jóvenes que me acompañaban... ¿se puede decir jóvenes cuando sé que su apariencia externa y edad no coinciden para nada?... bueno, el caso es que ellos parecían estar completamente bien.

Sintiendo mi mirada el ojirubí giró a verme, sonrisa ladeada ya colocada en su cara... ¡cómo quiero borrársela! A ser posible con mis labios... ¡NO! ¡Para! ¡Hay que alejar ese tipo de pensamientos! Frunzo el ceño en respuesta a su fija mirada en mí, intentando ignorar con todas mis fuerzas la reacción tan vergonzosa de mi cuerpo ante ella. Estúpidas piernas. ¡Dejad de temblar!

- ¿Vas a quedarte ahí de pie todo el día o vas a sentarte? - preguntó el rubio, haciéndome saltar por la sorpresa de oírle justo sobre mi oído. Solté un pequeño chillido, debo de reconocer que para nada masculino, y me alejé lo más que pude de él. Su sonrisa solo aumentó ante mi reacción cosa que me hizo hacer un puchero enojado. Se nota claramente que el contrario está disfrutando de mi forma de actuar ante su persona y odio que me vea como un juguete con el que puede divertirse un rato.

Le giro la cabeza y me cruzo de brazos en señal que no tengo la mas mínima intención de responderle, pero es en ese momento que Denki salta sobre mi y me arrastra hasta una de las sillas.

- ¡Midori, siéntate aquí! - exclama al mismo tiempo en que me deja caer sobre la silla, una realmente cómoda y bella, el terciopelo rojo realmente queda espectacular con el color chocolate de la madera.

- ¿Eres así de animado siempre o solo es que hoy te dio un subidón de azúcar? - piqué divertido cosa que le hizo hacer un puchero. Reí levemente pues de cierta forma los dos nos parecíamos mucho.

- ¡Woah woah woah! - escucho un grito desde la puerta y al girar hacia allí veo a una pelirosa de ojos negros señalar acusadoramente al rubio sentado a mi lado. - ¡¿Por qué Denki se lleva tan bien con él?! - demandó saber mirando al resto de los presentes.

- Quien sabe... por alguna razón parecen llevarse de maravilla. - gruñó el pelirrojo. Contrario a lo que pensé al verle la primera vez, creo que al haber pasado tanto tiempo con ese amargado ojirubí se le debe de haber pegado parte de su actitud, sobretodo por que antes parecía bastante amable y animado. No se si es por mi o simplemente es que el chico es así de celoso. Miro de reojo al mencionado rubio quien me mira con una sonrisa algo nerviosa y es entonces que comprendo lo que sucede.

Al parecer hay algo que no le ha confesado a su novio y eso le está incomodando. Comprendo muy bien como se siente por que yo soy igual. Sinceramente no es algo que me gusta hablar con cualquiera o, más bien, nadie. Nunca he encontrado a alguien con quien pudiera ser completamente sincero y, de alguna forma, a Denki le pasa lo mismo. O al menos en cierta medida, por que al ver como mira al pelirrojo puedo decir sin temor a equivocarme que él si que quiere confesárselo todo, pero está asustado. No quiere que le miren de forma distinta a la que está acostumbrado, de seguro por algo que sucedió en el pasado, y yo suspiro ante la situación en la cual me he visto envuelto sin quererlo.

KyüseishuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora