Kyüseishuu

Forever

Okey aquí vienen ciertas explicaciones sobre la relación de Katsu e Izu, teniendo en cuenta la diferencia entre sus "especies" n.n

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Dos semanas y media. Ese es el tiempo que ha transcurrido desde que llegué a esta mansión. Ocho días desde que decidí quedarme con el testarudo rubio y mismo tiempo desde que sus padres están aquí. Al igual que con mi vampiro, acostumbrarme a su madre no fue tan difícil como imaginé en un comienzo. Siendo ambas personalidades tan parecidas resultaba fácil saber qué haría estallar a uno y a otro. Masaru-san al tener una actitud más amanerada fue relativamente sencillo llevarme bien con su persona. La mayoría de estos días ambos estuvimos leyendo uno junto al otro en la enorme biblioteca que ocupa gran parte de la mansión. El ambiente entre nosotros era calmado y ameno, cosa que agradecí pues los demás ocupantes del lugar son demasiado animados en la mayoría de situaciones.

Mientras madre e hijo se ocupaban de todos los asuntos concernientes al territorio, yo me dediqué a estudiar más sobre plantas con Chiyo-san. Aunque si tengo que ser completamente sincero conmigo mismo, reconozco que hecho de menos al rubio explosivo. Durante los primero días de mi estadía, este no se separó de mi lado excepto para lo imprescindible, y ahora a penas y dormimos juntos en la cama. No puedo creer que en tan poco tiempo ya se haya convertido en una parte tan importante de mi vida y día a día. Si no le tengo abrazándome por la cintura desde atrás mientras con acurrucamos en la cama, es como que no duermo igual de bien.

Suspiro por quien sabe qué vez y eso llama la atención del hombre sentado a mi derecha, quien me mira con ojos preocupados.

- ¿Estás bien? - su pregunta me saca de mis pensamientos. Le miro con una ceja alzada sin comprender y él solo me sonríe levemente. - Llevas un buen rato suspirando casi sin parar. - comenta algo divertido. Yo me sonrojo de sobremanera ante ello. No puedo creer que me haya quedado soñando despierto junto a mi suegro.

- Lo siento yo... - no sé como continuar pues no quiero reconocer la razón por la cual me encuentro tan desanimado y metido en mi propio mundo.

- Si es por Katsuki... te aseguro que pronto estará libre para poder pasar más tiempo contigo. - aseguró y no tardó mucho en reír divertido al notar como si sonrojo aumentaba hasta niveles insospechados.

- ¿Có-cómo lo...? - tartamudeo no siendo capaz de terminar la oración de lo nervioso y avergonzado que me encuentro.

- Tranquilo, es algo muy común. Cuando el vínculo de pareja todavía no se ha formado, el estar alejado de esta puede resultar incómodo y hasta cierto punto doloroso. Sentirse solo es muy normal. - explicó tranquila y calmadamente mirándome con comprensión. Yo me sentí bastante confundido por sus palabras.

- ¿Qué significa eso de que el vínculo no está formado todavía? - cuestioné con voz floja y algo nervioso. No quería que pensara que no sabía nada de sus costumbres porque no me interesaban.

- Katsuki no te ha contado nada. - no fue una pregunta sino más bien una afirmación, pero yo asentí de todas formas. - Verás... cuando encontramos a nuestra pareja se requiere cierto ritual para formar el vínculo completo que nos unirá para toda la vida. La forma más simple es que ambos beban la sangre del otro, pero eso solo es posible cuando ambos son vampiros. - explicó mirándome seriamente.

- ¿Hay otra forma entonces? - pregunté interesado mientras me mordía ligeramente el labio inferior. Intenté contener mi emoción por aprender algo nuevo de los vampiros.

- Así es. Los casos en que un vampiro está destinado a tener como pareja un humano no son insólitos. Más bien, diría que es bastante difícil encontrar a un vampiro completamente puro. - comentó pensativo, pero pronto volvió a mirarme con seriedad. - Bueno, el caso es que hay ciertas cosas a llevar a cabo primero. Los humanos celebran una ceremonia parecida ¿verdad? - murmuró para si y yo tardé unos segundos en comprender a lo que se refería.