- Nunca sabes cuando la necesitaras.
- No confías ni en tu propia sombra.
- Con el tiempo he aprendido a no hacerlo lindura – guiño un ojo – vamos o la profesora se enojara – nos dirigimos al cuarto de castigos en el que no puedes hablar por nada en el mundo.
- Mi madre me matará – susurré.
- ¿Enserio? o sea que tu vida se transforma en oscura cuando te castigan?
- No idiota, se pone paranoica por todo – suspiré - pero no es algo que te interese –dije poniéndome dura otra vez.
- Michael rió - como digas, lindura.
- ¡Deja de llamarme así! – dije irritada.
- ¿Te molesta? –rió.
- Sí.
- ¿Y si te lo dice Travis?
- Claro que no, estúpido – esbocé molesta - es mi novio.
La conversación término allí, se había enojado con lo último que dije. Al parecer herí su ego cuando lo llamé estúpido.
En la sala de castigos se encontraban: Troy, un amigo de Travis, Lauren una chica de la pandilla de Michael pero que no pasaban mucho tiempo juntos. Y por último, estaba Ayrton. No era un chico malo, gustaba de mí desde octavo grado pero quedamos como amigos. Lo saludé con una leve sonrisa y nos sentamos.
Las 2 horas se pasaron lentísimas. En cuanto salí pegada a Michael, apareció Travis.
- ¿Qué haces con ella idiota?
- Que te importa inútil – esbozó Michael molesto.
- Es mi novia, por supuesto que me importa.
- Cuanta falta de confianza eh – dijo divertido.
- No desconfío.
- ¿Entonces por qué no le preguntas a ella que hace conmigo? – guiñó un ojo triunfante y se largó de allí dejándome a solas con Travis.
- ¿Qué hacías con el preciosa? – me tomó de la cintura pero yo me solté.
- ¿Por qué preguntas? – fruncí el ceño- ¿acaso crees que te engañaría?
- Claro que no bonita - rascó su cabeza.
- Como sea – dije algo molesta - mi madre te invita a cenar hoy - dije olvidando mi enojo y sonriendo.
- ¿Tu madre? – dijo con una mueca de disgusto y yo asentí.
- ¿Qué tiene de malo?
- No, es solo que… - suspiró - tengo que ir a otro lado.
- ¿Por qué nunca quieres venir? – dije molesta, ya sabía la respuesta.
- No es que no quiero, no puedo amor…
- Como sea – me solté de su agarre y caminé rápidamente para mi auto. Travis no se molestó en seguirme, nunca lo hacía. El muy estúpido piensa que no me doy cuenta de cómo son las cosas. Ya es frustrante que todos piensen que soy una idiota por el simple hecho de que tengo dinero.
Me subí al auto y lo arranqué, o al menos eso intenté. No se molestó en prender. Volví a intentar reiteradas veces, pero parecía no funcionar en lo más mínimo. Golpeé frustrada el volante y me apoyé completamente contra el respaldo. Estaba oscureciendo rápidamente, ya que ese día se suponía que salíamos a las 4:30pm que se transformaron en las 6:30pm por la detención. Travis se encontraba allí porque tenía práctica. Y aún estaba en la escuela pero no me molesté en pedirle ayuda. Seguía enojada. Cerré mis ojos con fuerza y creí estar dormida hasta que una voz conocida me sobresaltó.
- ¿Problemas, lindura? – preguntó Michael.
- Sí – musité molesta.
- rió - Sé que no es un BMW pero si quieres te alcanzo en mi moto.
- No creo que quieras.
- Sí quiero.
- ¿Y Carmen?
- Me importas tú..Mel x