- Bájate de mi auto - musité y él solo rió
- ¡QUE TE BAJES!
- Cálmate un poco - se defendió.
- No sabes nada de mi vida
- Se mas de lo que crees
- ¡NO LO HACES!
- ¿Ah no?
- ¡NO! AHORA BÁJATE DE MI AUTO -
exigí.
- ¿Dime, que harás en cuanto yo me valla
y tu auto no se arregle? - me quedé
callada; la verdad es que no tenía
solución alguna. Él rió, se bajó del auto
y se alejó bajo la lluvia. Me desesperé
un poco para ser sincera. De repente su
figura apareció nuevamente con unas
cosas en sus manos.
- ¡Abre el capó! - obedecí y así lo hice,
busqué una linterna en el asiento
trasero del auto y me bajé a su lado. No
sin antes sacarme los tacones.
- Eres más petiza de lo que creí
- La magia de los tacones - sonreí e
iluminé toda la zona por la que estaba
trabajando.
- Lindura, hace cuanto compraste esta
chatarra?
- suspiré molesta, odiaba que me llamara
así - Hace... 3 años? Era de mi padre -
me encogí de hombros.
- rió - ¿Hace cuanto no cambias la
batería?
- 3 años? - sonreí excusante.
- Con una sonrisa compradora no
conseguirás ninguna batería nueva por
aquí...
- Cierra la boca - fruncí el ceño y miré
mis pies, estaban mojados y fríos.
- Cierra tu auto, te llevaré.
- Pero... - suspiré frustrada y obedecí,
tomé mis tacones entre mis manos y mi
bolso en el brazo, caminamos hacia su
moto y me subí tras él.
- Agárrate fuerte - me sostuve miedosa a
su cadera y la moto arrancó, largué un
chillido y Michael rió.
El viaje a casa fue bastante corto, sin
embargo por alguna razón no quería que
terminara.
Llegamos al barrio privado en el que se
encontraba mi casa y el guardia miró
receloso a Michael, este lo miró mal y
poco más no lo deja pasar. Solo que yo
di mi identificación y lo hizo.
En cuanto llegamos, Michael ya había
frenado y yo seguía agarrada a él.
- Ya llegamos, lindura.
- DEJA DE LLAMARME ASÍ
- rió - como sea, bájate
- Oh si, claro - me solté y me bajé - Eh,
gracias
- Adiós
Me adentré en mi casa y subí las
escaleras, me cambié la ropa mojada por
una seca y volví a bajar; allí estaba mi
madre. Y no se veía de buen humor...
Bueno, nunca lo estaba.
- ¿Quién era ese chico ______?
- Un compañero de la escuela - dije sin
darle importancia.
- ¡______! - me paré en seco - ¿CÓMO
PUEDES SI QUIERA DEJAR ENTRAR AL
BARRIO A UNA PERSONA COMO ÉL? -
comenzó a gritar.
- ¿Qué tiene de malo? - me excusé.
- No tiene buena pinta.
- Es mi decisión con quien me junto,
mamá.
Comenzare a subir caps 3 veces a la semana.
Recomiendela por favor significa mucho para mi
las quiero.Mel