Encendí las luces de la casa y aventé las llaves sobre la mesa.
Me dirigí al sofá mientras Tyler me seguía.
-Bien. ¿Qué quieres saber?- Preguntó detrás mío.
Me dejé caer en el sofá.
-¿Qué tal real es esto?- Pregunté mientras subía mis piernas al sofá y me sentaba sobre ellas.
-Tan real como tú belleza.- Dijo guiñandome un ojo.
Sentí el calor nuevamente subir sobre mis mejillas.
-Creí que esas frases eran clichés para ti.- Dije rodando los ojos.
-Sólo sí salen de la boca de un perdedor.- Sonrió triunfal.
Me crucé de brazos.
-Bien, Tyler. Basta de chistes malos. Quiero saber todo. Comencemos con el día que te conocí.-
-El tren.-
Asentí.
-¿Recuerdas aquél grupo de chicas que íban hacía una fiesta?- Preguntó Tyler aún de pie frente a mi.
Cerré los ojos tratando de recordar y sí, ellas estaban ahí.
Asentí nuevamente.
-Iban por ellas.- Tyler se sentó junto a mi dejando un espacio para poder verme de frente.- Craig esperaba afuera del tren para intervenir en lo que íba a pasar con aquellas chicas.
-¿Quiénes íban por ellas?- Pregunté mientras me erguía sobre el sofá.
-Llevaban semanas siguiendo a dos de ellas y esa noche un grupo de malas personas las estaban esperando.-
-¿No tenían un ángel?-
-El guardián tiene permitido intervenir por un alma, el ángel lo tiene prohibido.-
-No es tan complicado como parece. Sólo evitamos que el desastre suceda.-
-Y que hay de la noche del bar. ¿Por qué intentaron envenarme?
-Así cómo hay guardianes que cuidan las almas, hay espíritus que con la ayuda de un cuerpo humano trabajan para arrebatarlas. Y aquella noche teníamos un llamado para cuidar a un hombre entre April y yo. Uno de los espíritus a quienes llamamos Dimentus puso en alerta a su clan y aprovecharon que estaba contigo para usarte como distracción y que desviaramos la atención sobre el hombre y la pusiéramos en ti. April se encargó de ellos. Yo tuve que llevarte a casa. Al final el hombre se salvó.
Sentí un pequeño escalofríos al recordar aquello y escucharlo ahora de la boca de Tyler.
Respiré profundo y continué.
- Y ¿Qué hay de April? ¿Por qué está tan molesta contigo?- Pregunté preocupada.
Tyler negó con la cabeza riendo.
-April se cree la mamá de todos en el grupo. Sé que cometí un error al llevarte al bar pero jamás imaginé que se trataba de ellos. Sí así fuera no te hubiera puesto en peligro. De todas maneras es algo que April aún no supera. Ella cree que estoy cruzando una línea contigo y que voy a arruinarlo todo.
-¿Existe alguna probabilidad de estar contigo sin meterte en un lío?
-Yo soy un lío. Así que tranquila. Todo estará bien. Además conocerte es la mejor sensación que he experimentado hasta ahora.- Dijo Tyler firmemente mientras miraba hacía mis ojos.
Sentí un hormigueo en todo mi cuerpo.
Estábamos separados solo por escasos centímetros.
-¿Crees que es un error?- Pregunté casi en un susurro.
El silencio reino en la casa de Jade mientras Tyler no apartaba la vista sobre mí.
Él dirigió su mano hacía mi mejilla y paso sus dedos sobre ella mientras dibujaba una línea que terminaba en mi mentón.
-He visto miles de rostros desde que existo pero sin duda el tuyo es el único que puedo recordar cada vez que cierro los ojos. Estoy seguro de que un error no podría sentirse tan bien. Sé que apareciste por coincidencia y las coincidencias están hechas para causar un cambio. Tú acabas de cambiar todo lo que he sentido hasta ahora. Así que para mí esto no es un error.- Respondió mientras sentía como acariciaba mi mentón.
Mi corazón comenzó a acelerarse.
Temía que él pudiera escuchar el sonido de mi corazón latiendo tan fuerte.-¿Puedo besarte?- Preguntó sin apartar su vista de mis labios.
A este punto ni siquiera recordaba cómo hablar.
Él espero unos segundos.
-No tienes tanta suerte.- Murmuré citando las mismas palabras que él me había dicho en el tren la vez que nos conocimos.
-Lo tomaré como un "Sí"- Dijo mientras se acercaba a mi y plasmaba sus delgados labios sobre los míos.
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TYLER
¿Que había sido aquello que sentí al ver a Anne tan cerca de Mike?
¿Qué hubiera pasado sí yo no hubiera interrumpido?
Tenía que descartar esa idea de mi cabeza.
Desde que Anne apareció en mi vida todo estaba cambiando.
He existido el tiempo suficiente en esta tierra para saber que jamás alguien había provocado todo lo que ella estaba causando en mí.
No podía describir aquella sensación, no podía permitirme tener un sentimiento...
Podía sentir y tener lo mismo que cualquier humano menos aquél sentimiento.
Cada vez que ella aparecía en cualquier lugar al que yo fuera solo hacía que mis ganas de buscarla y verla otra vez incrementarán.
Y terminaba haciéndolo. Tal y como está noche.
Ella hablaba y preguntaba sobre cualquier cosa que se le venía a la cabeza.
Sabía que tenía muchas dudas y quería ser honesto con ella.
Jamás había tenido una plática así con algún humano y ella era la primera.
Por lo tanto y debido a que ella estaba confiando en mi yo también tenía que confiar en ella.
Mi único miedo era que todo esto fuera demasiado y ella decidiera alejarse y sí ella optaba por esto yo iba a respetar su decisión.
Así que deje que preguntara todo lo que necesitaba saber de mí, mientras yo recorría cada detalle de su rostro.
Sus pecas se asomaban tímidas por encima de sus mejillas.
Su nariz rojiza por el frío era tan pequeña como sus orejas.
Sus pestañas eran dignas de cubrir aquellos ojos marrones que podían causar un insomnio perfecto.Después de guardar silencio me atreví a acariciar aquellas coloradas mejillas.
Su piel era tan suave como la de un pétalo.
No pude evitar mirar sus labios.
Aquellos labios color cereza.
Anne era hermosa.Al plasmar mis labios sobre los de ella pude sentir su pulso acelerado.
La sensación que causó en mí esto fue indescriptible.
Sus labios eran tan suaves y dulces que sólo cerré mis ojos y disfrute de aquél momento dónde Anne se sentía tan frágil bajo mi beso y yo tan vulnerable ante ella.El sonido de un cristal roto en la parte de afuera de la casa nos hizo terminar con aquél primer beso.
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Inexplicable
FantasyUn viejo tren. Una cámara en mis manos. Él observandome con sus enormes ojos a tráves de la ventanilla. Una sonrisa perversa y arrogante en su rostro. Y claro, un pésimo sentido del humor. Él dijo: "Bienvenida a mi mundo, Anne." || EN PROCESO || 202...