Capítulo 12

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En la mañana siguiente el malestar de un constante dolor de cabeza hizo que despertará y no pudiera continuar descansando.

Estar un rato en vela la noche anterior más el hecho de casi haber sido secuestrada no ayudó mucho para evitar una sensación de estrés y por consiguiente una jaqueca.

Jade había preparado café para ambas mientras yo buscaba en el refrigerador algo para desayunar.

-Ni te molestes en cocinar para mí. Siento que no podré tolerar algo en mi estomago por más de dos minutos.- Musito mientras se estremecía.

-Creo que consumiste hasta la última gota de alcohol que te pusieron enfrente.- dije girando los ojos mientras sacaba el recipiente de leche.

-Fue una fiesta. Anciana. La pase bien así que vale la pena esta resaca.- Dijo mientras le daba otro sorbo a su café.

Baje la caja de cereal y el paquete de pan tostado mientras me sentaba en silencio frente a ella en la barra de la cocina.

-¿Te encuentras bien, Anne?- Preguntó ella mientras me miraba fijamente.

Deje caer el cereal en mi plato y coloque un poco de mermelada sobre mi pan tostado.

Asentí.

-Creo que comparto tu resaca. La única diferencia es que yo no bebí.- Respondí dándole una mordida a mi rebanada.

Jade frunció el ceño.

-¿Qué sucedió despues de que te fuiste de la fiesta?- Dijo dejando a un lado la taza de café.

Oprimí el escalofrío que me provocaba el recordar lo que había sucedido con Mike.

-Un amigo me trajo a casa...- Dije en voz baja.

Jade cruzó los brazos.

-¿Y después?- Demandó.

-Surgió un problema en su trabajo. Así que tuvo que marcharse. Me quedé sola, hasta que regresaste.- Mentí.

-¿Estas segura, Anne Marin? Por qué  si alguien te hizo daño te aseguro que será lo último que habrá hecho en su vida.- Dijo solemne.

Negué rápidamente con la cabeza.

-No te preocupes. Tyler es un buen chico. Además ayer conocí a su hermano también. Ambos cuidaron de mi así que tranquila.- Dije dándole otra mordida a mi pan.

Cualquier rastro de hambre desapareció de mi cuerpo.

-Esta bien.- Dijo Jade rodeando la barra hasta llegar a mi.- Te amo, iré a ducharme.- Dijo depositando un beso sobre mi cabello.

Después de escuchar la ducha vacíe mi plato con cereal sobre el lavabo y me deshice del resto de mi pan tostado.

Compartía las náuseas de Jade, pero por razones completamente diferentes.

El día estaba nublado así que me puse un pantalón deportivo y una sudadera y salí a correr un poco para distraerme de mis propios pensamientos.

Después de varios minutos sin parar me detuve a tomar un poco de aire en un área verde a varias calles de la casa.

Me acosté sobre el césped y cerré los ojos.

-¿Cómo te encuentras hoy?- Preguntó repentinamente una voz conocida.

Abrí los ojos de golpe mientras me levantaba de un salto.

Era Caleb.

-Carajo. Tienes que dejar de hacer eso.- Dije tratando de controlar mi respiración.

Él sonrió avergonzado.

-¿Hacer qué?-Preguntó.

-Aparecer de la nada. Casi me matas de un susto.- Dije llevándome la mano hacia el pecho.

-Lo siento, solo quería asegurarme de que estas bien después de lo de anoche.-

-Quisiera borrar esa parte de mi memoria. Pero estoy bien, gracias a ti.-

Él sonrió a medias.

-El trabajo de Tyler se prolongó un par de días más así que voy a procurar de que estés a salvo mientras él regresa.-

Escuchar que no vería a Tyler durante unos días me había causado un pinchazo en el corazón.

Quería verlo.
Abrazarlo.
Decirle lo que había ocurrido con Mike.
Quería sentirme protegida y a salvo.

Pero de alguna manera la presencia de Caleb me provocaba calma así que agradecí mentalmente que estuviera aquí aún sin saber absolutamente nada de él.

-No sabía que Tyler tenía un hermano.- Dije mientras me acomodaba sobre el césped.

Caleb se sentó a un lado mío.

-Es algo típico de Tyler. Nunca habla de absolutamente nada con nadie. A excepción de ti. April está fastiada con sólo escuchar tu nombre.-

Abrí los labios para protestar pero solo suspire frustrada.

-No entiendo cuál es su molestia.-

-April teme que nos echen a todos los del equipo por no cumplir con los trabajos. Y cree que Tyler empezará a hacerlo ahora que te conoció.

-Yo no dejaría que Tyler se metería en problemas por mi culpa.-

-Lo sé. Lo puedo notar. Es solo que April es algo intensa.

-Todo esto. Tyler. Ustedes. Lo que son y lo que hacen. Me hace sentir fuera de órbita. Como si estuviera en un lugar totalmente distinto. Es irreal.

-Es normal sentirte confundida. Interactuamos con los humanos pero nunca les compartimos sobre nuestra existencia. Tyler vio algo especial en ti para poder involucrarte en esto.

Sonreí. Saber que yo era especial para él me hacía sentir bien.

-¿Y qué hay de ti? ¿Dónde habías estado todo este tiempo? Sólo había conocido a April y Craig.

-Tyler y yo preferimos no frecuentar. Digamos que nuestras personalidades no son tan compatibles.-

Yo rei en bajo y Caleb frunció el ceño.

-Entiendo. Cosas de hermanos. Me sucede con mi hermana. Algunas veces queremos explotar o simplemente no nos entendemos pero daría todo por ella. Es lo único que tengo y la amo.

-¿Qué sucedió con tus padres?-

-Tuvieron un accidente y no sobrevivieron.-Hice una pausa para tomar aire.- Fue muy duro y todo en casa con nuestros demás familiares se tornó muy complicado. Decidimos mudarnos y comenzar de cero. Ha sido muy difícil. No hay día que no los eche de menos. A veces me siento egoísta por querer no pensar en ello pero duele. Pero se que tengo que avanzar.- De repente me di cuenta que estaba sollozando mientras tocaba con la palma de mis manos la superficie del húmedo césped.

No puedo creer que le haya dicho esto a Caleb. Desde el funeral de mis padres no lloré frente a alguien más y mucho menos toque el tema más de esta manera.

Me sentía fatal.
Era abrir de nuevo mi herida.

Caleb detuvo mi mano sobre el césped.

-Los seres humanos están destinados a cumplir un lapso de tiempo en la tierra, lo importante no es cuanto tiempo estén las personas que amas aquí sino lo que ellos te dieron en su presencia y lo que al marcharse te dejaron. Puedes transformar ese amor de muchas maneras. Ese amor vivirá siempre en ti.-

Las palabras de Caleb habían tocado cada fibra de mi alma pero no dolían, todo lo contrario, me brindaron la tranquilidad que requería.

-Gracias.- Murmure mientras lo miraba con mis pestañas empapadas por mis lágrimas.

Él sonrió amablemente.
Y con el pulgar sobre mis mejillas limpio el resto de lágrimas que habían dejado rastro hasta donde terminaba mi rostro.

De nuevo me salvó, esta vez de una vieja herida.

InexplicableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora