El viaje de un par de horas se estaba volviendo eterno.
Caleb se detuvo un momento en una gasolinera que contaba con un mini súper para comprar algo de provisiones para el camino.
Me bajé con él del auto.
Necesitaba estirar un poco las piernas.-Puedes tomar lo que quieras.- Dijo Caleb mientras abría la puerta y me dejaba pasar primero.
-Intentas comprarme con golosinas por secuestrarme un par de días. Muy generoso de tu parte.- Dije encogiéndome de hombros.
-Es lo menos que puedo hacer por ti.- Respondió él guiñándome un ojo.
Negué con la cabeza mientras reía y buscaba entre los estantes.
Tomé unos panecillos glaseados, un paquete de galletas, y entre otras chucherías mientras me dirigí a el área de las bebidas.
Un yogurt, un par de jugos, una leche de sabor y para mi estrés una cerveza en lata.
Caleb abrió los ojos como plato cuando vio lo que cargaba.
-Creo que perderé mi empleo por ausentarme estos días así que necesito regresar bien alimentada a casa por sí quedo desempleada.- Bromee mientras depositaba las cosas encima del mostrador.
Caleb rió en voz baja.
-No perderás tu empleo. Lo prometo. Y puedes llevarte toda la tienda si quieres.- Dijo volteando hacía la chica de la caja esperando la cuenta.
La chica de la caja no le había quitado la vista a Caleb desde que habíamos entrado al lugar.
Pude observar como a través de las gafas que colgaban sobre su rostro hubo un destello cuando él se dirigió hacía ella y en cuanto él la saludó cordialmente sus mejillas se sonrojaron levemente.
Yo sonreí para mi misma preguntándome si de esa manera me veía al observar al Tyler.
Este par de hermanos conquistaban corazones con tal solo un "¡Qué tengas un lindo día!
Salimos del local y le di un codazo a Caleb.
-Creo que le gustaste a alguien.- Dije echando mi cabeza en dirección al local.- Era muy bonita.
Caleb rió entre dientes.
-Sí, lo era.- Dijo mientras subíamos al carro nuevamente.
-¿Y? Mínimo le hubieras pedido su número.- Dije rodando los ojos mientras me colocaba el cinturón de seguridad.
-¿Te recuerdo lo qué somos?- Murmuró encendiendo el motor.
Bufé.
-Eso no impide que puedas sentir amor en algún momento de tu existencia.- Insisti mientras abría el empaque de panecillos.
-Creo que te falta conocer mucho sobre nosotros. No es cómo que podamos elegir a alguien para enamorarnos y pasar juntos toda la eternidad. Eso no va acorde a nuestra naturaleza. No estamos en este mundo para eso. El amor existe. Lo sé. Y tampoco somos inmunes a que nos suceda. Existen muchos casos. Así como el de Tyler. Pero todo conlleva una consecuencia. Y eso lo tenemos claro.-
El nudo en mi garganta me impidió tragar así que guarde mi panecillo de nuevo.
Caleb me echó una mirada rápida.
-Oh no, no, no.- Se apresuró a decir.- No era mi intención hacerte sentir mal con mis palabras. Sólo quería ser honesto. Al final de cuentas no es tan malo que tener, hmmm ¿Cómo llaman los humanos a las parejas de sus hermanos?- Guardó silencio un momento pensativo y luego exclamó: ¡Cuñada! No es tan malo tener una cuñada.
Yo sonreí un poco.
-Lo siento por hacer que tu cabeza de vueltas un poco. Pero así como para ti, todo esto es nuevo para nosotros.- Dijo Caleb tratando de sonar un poco más sutil que antes.
-¿Ninguno de ustedes había tenido algún tipo de acercamiento como éste con un humano?- Pregunté mientras abría de nuevo mi paquete de panecillos y le daba una mordida a uno.
Caleb negó con la cabeza.
-De nuestro grupo, no. He escuchado historias. Pero nadie cercano a mí. Más que la persona que iremos a ver justo ahorita.-
Frunci el ceño.
-¿Qué sucede con él?-
-Se enamoró de una humana.-
-¿Era un guardián, como ustedes?- Pregunté aún mas intrigada.
-No. Era el Ángel de la chica. Renunció a ser un Ángel para estar con la chica aquí en la tierra. Al final no pudo estar con ella. Y él se quedó en un cuerpo humano viviendo como tal.-
Suspiré frustrada.
-Y así como él he escuchado de otros seres que han hecho lo mismo por un humano. Las cosas no acaban bien a veces. Por eso no debemos de olvidar lo que somos y a que hemos venido a esta tierra.
-¿Alguna vez crees que eso te suceda a ti?- Pregunté mientras bajaba el cristal de mi ventana para sentir el aire golpear sobre mi rostro.
-No.-Dijo rotundamente.- Aunque no descartó que exista la más mínima posibilidad de que eso pueda ocurrir. A estas alturas ya no se en que creer.
-Opino lo mismo que tú.- Dije guardando los panecillos y optando por abrir la cerveza en lata.
Necesitaba relajarme un poco.
-¿Y por qué iremos a buscar a este chico?- Pregunté mientras le daba un sorbo a mi bebida.
-El nos puede ayudar sobre el Dimentu con el que está ahora Mike. Tiene información sobre él.- Respondió Caleb sin perder de vista la carretera.
En este momento no le temía a Mike. Solo quería darle lo que merecía.
Quería patear su trasero.
Bebí al fondo mi cerveza mientras aplastaba la lata entre mis manos.
Quería olvidarme un poco de todo.
Estos días habían sido un total caos.
Encendí la radio del auto y le subí volumen mientras recostaba mi cabeza en el respaldo del asiento.
Deje que el viento jugara con mi cabello suelto mientras cerraba los ojos.
Escuché como Caleb le subía un poco más a la radio.
Mientras sonaba Hold on de Overstreet de fondo poco a poco comencé a quedarme dormida el tiempo suficiente antes de que Caleb moviera delicadamente mi hombro para decirme que habíamos llegado a nuestro destino.
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Inexplicable
FantasyUn viejo tren. Una cámara en mis manos. Él observandome con sus enormes ojos a tráves de la ventanilla. Una sonrisa perversa y arrogante en su rostro. Y claro, un pésimo sentido del humor. Él dijo: "Bienvenida a mi mundo, Anne." || EN PROCESO || 202...