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Había sido un tanto incómodo volver el lunes a clase

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Había sido un tanto incómodo volver el lunes a clase. Había hablado solo con Hyunjin por mensaje de texto el domingo, disculpándose por su "terrible comportamiento" con Chris. Estaba seguro que el pelinegro se sentía fatal, le había dicho la palabra "perdón" como unas diez veces, y a este no le quedó otra que recurrir a una mentira piadosa con el objetivo de que se callara y se tranquilizara. Hyunjin a veces podía llegar a ser la persona  más dramática del mundo.

—Ya te lo dije, Hyunjin. Chris no está enojado contigo, y mucho menos quiere golpearte. Son cosas que pasan.

Geografía era una materia, tal vez la única, que Minho jamás había tenido problema en cursarla. Le parecía demasiado sencilla y, al ser en su mayoría teórica, aprobaba con facilidad. Por esa razón continuaba secreteándose con Hwang sin que este le diera un codazo.

—Iremos hoy a la casa de Woojin a buscar tu auto, y si tanto quieres disculparte con Chris, ahí estará.

Muy en el fondo, Minho tampoco se sentía de lo más cómodo yendo a ver a Chris, pero, por otro lado, esa podía ser su segunda oportunidad para concretar lo que el mayor y él tenían pendiente.

En mitad de la clase, su profesor, de improvisto, comienza a caminar banco por banco, chequeando que todos los alumnos tengan su propio libro sobre la mesa. Minho tira la cabeza hacia atrás, maldiciendo la pequeña planilla que, en instantes, su nombre en color rojo se haría presente.

Frente a él, Jisung estaba discutiendo con su novio, pasándose el libro de un lado a otro. Para cuando el docente a cargo llegó a su lugar, el libro estaba sobre el banco de Hyunjin y Minho, al asomar su cabeza, vio el nombre de Jisung anotado con rojo arriba del suyo.

Las horas de clases se habían acabado para todo el alumnado, siendo dos chicos la excepción, encontrándose aún en el aula de siempre. Mientras Jisung barría los papeles del piso, Minho ordenaba los bancos. Tenía la necesidad de hablar sobre lo ocurrido en la fiesta del sábado, y estaba seguro que Jisung lo mandaría a la mierda. Pero como de Lee Minho se trataba, decidió ir al punto de todos modos.

—Jisung...

—No —le cortó, sin darle tiempo a explicar nada.

El mayor tenía sus dudas, cabía la posibilidad de que Han no se acordara de nada, pero fue descartada al instante.

—¿No? Jisung, ¿no vas a dirigirme la palabra nunca? ¿No vamos a hablar de todo lo que pasó entre nosotros?

Minho había dejado de hacer ruido con los bancos pero Jisung en ningún momento detuvo su tarea.

Soltó una risita sarcástica.

—¿Nosotros? No hay un nosotros.

No quería admitirlo, pero en el fondo, muy en el fondo, le dolió oír eso. Para Minho, Jisung siempre formó parte de su vida, no como todas las demás personas con las que alguna vez tuvo algún tipo de relación. Y es que Han Jisung no era un chico fácil de olvidar; mucho menos con todo lo que habían hecho en el verano, cosas que Minho nunca olvidaba, y sabía a la perfección que nunca olvidaría.

—Entonces explícame tu compartimiento del sábado, porque cuando te tiraste encima mío en el baño parecías muy interesado en tener algo conmigo.

Sí, Minho disfrutaba discutir con cualquier persona que se le cruzara, pero esta situación le sacaba un poco de quicio. Han Jisung le sacaba de quicio al no poder comprenderlo. ¿Era tan difícil de aceptar que le gustaba? Solo por la parte sexual, claro está.

—Había tomado de más y... —dice mirando al suelo con papeles y alguna que otra lapicera que Minho aún no había juntado.

—¿Y qué? ¿Solo vas a dejarme tratarte cuando el alcohol afecte tu conciencia? Porque si es de esa manera prefiero que sea Hyunjin el que-

—¡Deja de nombrarlo! No tienes idea de como me siento por haberle hecho eso en la fiesta, no tienes idea de lo terrible que se siente porque al parecer tu no respetas ni a tu mejor amigo.

—No me vengas a hablar a mí de códigos cuando tú eras el que ansiaba que mi pene te de lo que tu novio no hacía.

Jisung se acercó a Minho, listo para darle una bofetada, pero se contuvo. Sus ojos brillaban, casi con lágrimas formadas y su rostro estaba un tanto más rojo.

—¿No puedes entenderlo, verdad? — comenzó hablándole con su vista fija en sus ojos—. Tu y yo nunca vamos a estar juntos porque yo amo a Hyunjin, él es mi novio, y todo esto fue solo un gran error.

Abandonó el salón con silencio. Minho se quedó duro como una roca, nunca lo había visto tan cerca de las lágrimas, y dolía. Dolía verlo así pero dolían aún más sus filosas palabras. ¿Se había quedado solo?

Su ánimo continuaba por el subsuelo aún cuando se dirigían hacia la casa de Woojin. Hyunjin conversaba nervioso con su preciado novio, como bien le había remarcado Jisung. Estaban tomados de las manos, mirándose con cariño y compartiendo algún que otro beso en el recorrido. "Qué patético", pensó Minho.

Antes de tocar la puerta, se alegraron de que el auto de Hyunjin estuviera sano y salvo estacionado donde lo habían dejado días atrás. Cuando llegaron, Chris les abrió la puerta, observando a Minho con una sonrisa cuando este le guiñó un ojo al pasar por al lado.

—Woojin fue a comprar unas cervezas, le puedo decir que compre de más si quieren quedarse.

Minho quiso echarse a reír viendo el rostro serio de Jisung y las manos sudorosas de Hyunjin.

—No hace falta, veníamos por el auto y porque él quería decirte algo —dijo señalando al pelinegro.

Chris lo observó de pies a cabeza, le parecía un nerd de primera clase.

—Yo... Quería disculparme por... lo que hice... —soltó en un tono bajo y hasta tartamudeando al elegir las palabras.

—¿Y tú eres?

Minho contuvo su risa.

—Hwang Hyunjin, soy... el que... mhh...

Chris lo estaba matando con la mirada y el pobre chico no sabía como llevar el asunto. Así que Minho decidió terminar pronto con su sufrimiento, ya se había divertido bastante.

—Él es el que vomitó tus zapatos.

Hwang lo miró con los ojos enormes y luego bajó la mirada.

—Oh, ya lo había olvidado. ¿Eso era todo? —dice el más grande, despreocupado.

—Sí, sí. Y también venía por mi auto.

—Bueno, ahí lo tienes —Hyunjin le sonrió a Jisung, incrédulo por haber sido tan fácil haber recuperado su vehículo. Por otro lado, Chris se acercó más a Minho, rozándole el hombro por la cercanía —¿Ya te tienes que ir? —le dijo solo a Minho, pero con un tono de voz que los tres presentes también oyeron.

—No lo sé, ¿Qué tienes planeado hacer? —fingió no saberlo.

—Ven conmigo a mi cuarto y lo averiguas.

No le importaba que Hyunjin y Jisung hubieran estado presentes, es más, quería que el rubio sepa muy bien lo que estaba por hacer, que deseaba tanto a Chris como a nadie y que sus palabras en el salón de clases no le habían herido para nada.

Esa era una vil mentira y Minho quiso engañarse a sí mismo fingiendo que él ya no le importaba, pero cuando Han lo vio por última vez antes de cerrar la puerta de la casa de la casa de Woojin, con esos ojos de perrito mojado y ya no de ardillita, su ardillita, entendió que él jamás fue suyo.

Camp || Minsung - SeungjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora