El planetario

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Lance

Cuando salí de casa de Keith, tomé uno de los supresores que tenía en la chaqueta. Había sacado uno nada más llegar al departamento del pelinegro, pero él había impedido que lo tomara al instante.

-Estúpido Mullet- dije entre dientes mientras tomaba la pastilla sin agua y con mucha dificultad.

Esperé un poco para que hiciera efecto el medicamento, en cuanto deje de sentir ese calor tomé un taxi. Tenía suficiente dinero para llegar a mi destino.

-Al museo de la costa- pedí. El chófer arrancó y yo miré por la ventana. Tal vez hoy no llovería, pero una parte de mí lo deseaba.

Llegué a mi destino y le pagué al chófer, miré el museo con cierta pena. Pagué mi entrada y comencé a caminar por los cuartos de exposiciones. Había una temporal sobre mitología y leyendas bastante interesante. Pasé por aquella exposición y me detuve.

Ahí frente a un cuadro de Afrodita estaba el profesor Shirogane. Me tensé, aún estaba en celo y, aunque tomé el supresor, los efectos hacían de las suyas en mi.

Me acerqué a admirar el cuadro. Pude ver de reojo como me miraba con asombro.

-Recuerdo que cuando era pequeño me gustaba leer libros sobre mitología- dije con una leve sonrisa.

-Pensé que a los chicos de tu edad no venían al museo más que por obligación-, el profesor ya no estaba tenso y el ambiente era bastante relajado.

-Me gusta venir aquí, especialmente al planetario.

-¿Te gusta el espacio?

-Me encanta, quisiera ser astronauta-, por fin me digné a verlo de frente. Él me miraba de vuelta con una leve sonrisa, se le veía bastante tranquilo. No traía sus gafas puestas y su saco había desaparecido.

-¿No deberías estar en casa?- preguntó con una ceja arqueada, su sonrisa pasó a ser una divertida.

-Tome supresores, espero que me deje reponer clase.

-Por supuesto.

-¿Viene seguido aquí?- me atreví a indagar. Él volvió su mirada al cuadro y suspiró. Cerró sus ojos y ví su cuerpo nuevamente tenso, esto hacia ver sus músculos más marcados.

-No, solamente vengo cuando tengo tiempo y necesito despejarme.

-Ugh, ¿Mal día?

El profesor me miró y yo ví su cara, estaba rojo. Tenía sudor en su frente y ví como tragaba fuertemente. Sus ojos irradiaban con un brillo que no pude distinguir.

-Algo...-carraspeó-, algo así.

-Ya veo-, mi mirada se dirigió al suelo-. Solemos tener días así.

-¿Lo dices por tu...celo?

-Mas o menos- dije-, bueno. Será mejor que me retire.

A mi mente volvió las palabras de Keith. Cómo yo no merecía mucho...lo sabía, así solían tratarme todos. Sé que no soy gran cosa, por eso soy como soy... Yo...desearía ser merecedor de alguien como Keith, o como Takashi.

Míos. •Voltron Au•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora