LOS JEON KILLERS LLEGAN COREA

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Era casi media noche cuando Jungkook llegó a casa, estaba bastante ebrio, uno de sus escoltas lo apoyaba para que no cayera al piso, estaba casi dormido, totalmente intoxicado. Apenas escucharon los pesados pasos de los recién llegados, Nam Joon y Taehyung se levantaron de los sofás, habían estado esperando por horas el regreso de su hermano menor.

—¿Cómo es que pudieron dejar que esto pasara?— Reclamó Nam Joon a los escoltas.

—Lo lamentamos, señor, pero el joven Jungkook nos amenazó si no obedecíamos y lo metíamos de contrabando a un bar.

La preciosa peliroja bajo en bata —¿Qué ocurre?— Al mirar a Jungkook se dirigió hacia el —Oh no, Jungkook ¿Qué has hecho?

El chico no respondió solo tenia unas tremendas ganas de vomitar, pero no lo haría frente a sus hermanos y los empleados.
—Llévenlo a su habitación, por favor— Ordenó Annalisa.

—¡No! Ese muchachito nos va a escuchar ahora mismo— Exigió Taehyung.

—¡Basta! ¿No ves que esta bastante mal?, tu regaño ahora no significara nada. Deja que yo me haga cargo de el, mañana ya hablaras con el— Diciendo esto la peliroja acompañó a los escoltas hasta la habitación de Jungkook.

Nam Joon y Taehyung estaban impresionados por el modo en el que Annalisa le reprendió, mas que eso, a Taehyung le parecía que su esposa era una mujer cada vez mas asombrosa.

Una vez que los escoltas dejaron tumbado a Jungkook en la cama, Annalisa entrecerró la puerta, echo una vistazo al chico que se retorcía en la cama, parecía no estar cómodo, además tenia malestares y mareos que se sentían como un verdadero castigo, y tal vez lo merecía por abandonar a Jimin, pero también sabia que el no podría amarlo.

—Deja que te quite las botas, Jungkook— la chica se acercó y cuidadosamente empezó a desvestir a Jungkook, empezando por su calzado y terminando con su pesada gabardina, aunque Jungkook lucia hermoso aun estando ebrio, Annalisa supo que esa no era la situación en la que quería aprovechar para intimar con el, así que cuando estuvo dispuesta a desabrochar únicamente el cinturón de Jungkook e irse, el la tomó del brazo y con una fuerza torpe la acercó a el, su aliento apestaba a alcohol barato, lo que desagrado totalmente a la chica.

—No te vayas, duerme conmigo, te necesito Noona.

—Eso no puede ser, tu hermano se molestaría mucho si paso la noche contigo— Intentó separarse de Jungkook y su fétido aliento.

—Entonces, acércate... —Invitó Jungkook, pero no recibió respuesta positiva de su acompañante, por lo que aplicó mas fuerza hasta hacer que Annalisa cayera en su regazo, el chico estaba bastante ebrio, pero sabia perfectamente lo que quería y hacia, su visión era borrosa, pero fijó mirada en el pecho de la peliroja, sus pezones se marcaban en la bata de seda azul que tenia puesta, aun sin traer sostén su pecho lucia firme y Jungkook lo confirmó cuando con ambas manos descubrió el pecho de Annalisa, era mejor de lo que imaginaba, si bien, su senos no eran tan grandes como los de Kossett, eran bonitos, excitantes. Sus rozados pezones incitaron a Jungkook a manosearlos, tocarlos con las yemas de sus dedos.

—Noona, me encantas.

Annalisa observaba como Jungkook se endiosaba con sus senos, eso le excito demasiado, quería ofrecérselos para que los lamiera y mordiera, pero claro esta que por esa noche, Jungkook no podría satisfacerla del todo. Antes de que el siguiera estimulando sus pezones ella se cubrió nuevamente y se alejó de la cama.

—¿Qué? ¿No quieres que te haga mía Noona?— Las palabras de Jungkook eran incitadoras, provocativas, que mas daría Annalisa por dejar caer su bata y ser penetrada por el, pero no, eso no podría ser ahora mismo.

CASARSE A LOS VEINTIUNO/JK/YOU/THDonde viven las historias. Descúbrelo ahora