CASARSE A LOS VEINTIUNO/JK/YOU/TH

LA NOCHE MAS FRIA

—Concéntrate— Advirtió Ross a Annalisa —Así no lograras nada, las artes marciales requieren concentración extrema.

—Eso intento, ¿No ves? Pero me duele todo el cuerpo— Se quejó la peliroja.

Era sábado por la mañana, Jungkook miraba desde la enorme ventana de su habitación a las dos mujeres que estaban entrenando en el patio trasero, apenas hace algunos días había visto los enormes senos de su compañera de clase, pero ahora quería tocar los de Noona, esos que ahora mismo podía ver aun a través de la ligera tela que los cubría, se movían suavemente cada que Annalisa cambiaba de posición para su entrenamiento, que glorioso día.

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—Vamos Jungkook, seguro hay algo que quieres por haber culminado tu graduación—
Animó Nam Joon al menor mientras comían la cena.

Jungkook sonrió tímidamente —No hay nada que en realidad desee— dijo mientras miraba a la esposa de su hermano.

—Yo tengo algo perfecto para ti— Comentó Taehyung— Te he notado muy extraño últimamente y hay algo en especial que quiero pedirte, pero eso será después. Por ahora, un montón de obsequios para mi hermanito Jeon están por llegar, provenientes de muchas partes del mundo, te encantaran— Aseguro dibujando una linda sonrisa en su rostro, en verdad apreciaba a su hermanastro.

La cena se extendió llena de halagos para el menor de los hermanos.

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—No tienes por que mentirme, se que no tenias dinero para venir al colegio y eso me molesta.

Jimin solo escuchaba el regaño de su mejor amigo, sus gruesos labios se mantenían secos, estaba demasiado nervioso, supo que tenia que hablar, tenía que decir algo, pero no podía...

—No es eso...

—¿Entonces que es? ¿Esos tipos te amenazaron?— Preguntó Jungkook.

Jimin negó con la cabeza. ¿Debería de decirlo? No, ahora no.

En espera de una respuesta, Jungkook se estaba impacientado, el no solía ser así, pero era evidente que desde hace algunos días su actitud y sus modos estaban cambiando, pero ni el mismo se había percatado de eso.

—¿Puedo verte hoy en el bosque? Necesito hablar contigo— Preguntó finalmente Jimin.

—Por supuesto, si te parece bien, estaré ahí por el atardecer.

Jungkook y Jimin solían ir al bosque a caminar y platicar de sus problemas, a recolectar animales y plantas que Jungkook después estudiaba, su amistad era así. No había salidas a bares clandestinos que admitían a menores de edad, o fiestas a las que iban sus compañeros de clase. El bosque era testigo de una amistad bien forjada, una amistad pura, bonita en verdad.

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—Bien, dime ¿De que debemos de hablar?— Preguntó Jungkook una vez que ya habían avanzado varios metros adentrándose en el bosque, el sol ya había caído y la tarde noche estaba pintada por colores a escala de verdes y azules oscuros, pronto anochecería.

—Bien... —Jimin jamás había estado tan nervioso en su vida, pero debía de hablar, era ahora o nunca —La razón por la que no había ido los últimos días al colegio, no era por falta de dinero, extrañamente mi padre ascendió de puesto y ahora el dinero es un poco mas en casa, pero... había algo que me preocupaba y al mismo tiempo me aterraba...

—¿La colegiatura de la universidad?— Interrumpió Jungkook.

Jimin caminó un poco mas lento —Te pido que me dejes hablar, esto ya es muy difícil para mi...

—De acuerdo— Señaló Jungkook metiendo ambas manos en los bolsillos de su gabardina.

El bosque estaba un poco húmedo, las sombras de la oscuridad se hacían presentes entre los arboles, un ambiente frío anunciaba que en los próximos días llovería.

Apretando un poco el puño para darse valor, Jimin retomó el uso de la palabra —Me preocupa la cercanía que estas teniendo con la esposa de tu hermano Taehyung, sobre todo que tu te enamores de ella seriamente, eso no podría ser... de ninguna manera, estarías en problemas con tus hermanos. Y sobre todo, me aterraba la reacción de Taehyung, es una persona amable y bondadosa, pero cuando se trata del enemigo... bueno, tu lo sabes mejor que yo.

Jungkook solo caminaba sin dejar de mirar las hojas que eran aplastadas por sus botas de piel y por supuesto, también escuchaba a su compañero.

—Aun antes que eso, yo... estaba sintiendo tristeza— Jimin remojo sus labios y por primera vez deseo no estar cerca de Jungkook —Mi tristeza correspondía a la resignación de que tu no podrías amarme, ahora que una chica estaba entrando en tu vida y corazón.

Jungkook se detuvo de golpe, sus pupilas se dilataron, una extraña sensación en la barriga le estaba atormentando al mismo tiempo que en su cabeza rezonaban las palabras de Jimin "Tu no podrias amarme".

—¿Estas insinuando... que me amas como se ama a la persona con la que deseas casarte?— Sus labios respondían con torpeza a las mil y unas cosas que estaban pasando por su mente.

Jimin tragó saliva, pero respondió firmemente —¿Aun lo ignoras? No, te amo cómo a la persona con la que deseas pasar el resto de la vida, a la que deseas que te acompañe ante cualquier circunstancia, te amo cómo se ama a alguien con quien deseas morir y vivir al mismo tiempo. En verdad te amo.

Un ligero viento helado golpeaba el rostro de ambos chicos y se sentía cual navajas cortando la piel. Todo eso no pintaba muy bien. La mirada de Jungkook había cambiado, no había amor, tampoco odio, quizá un poco de remordimiento y culpa. —Tú amas solo una idea, de lo que soy y ves. Lo lamento, pero yo no puedo darte lo que quieres.

No había respuesta negativa que Jimin no esperara, pero en verdad estaba doliendo demasiado, tanto que las lágrimas se acumularon en sus ojos, se negaba a dejarlas salir, pero estaban ahí, a punto de deslizarse por su hermoso rostro.

Sin siquiera imaginarlo, el primero en soltar las primeras lagrimas fue Jungkook ¿Acaso ya había perdido a su mejor amigo? —Te quiero demasiado, pero no puedo amarte cómo lo deseas, ahora yo... se que será una mujer a la persona que yo pueda amar de la manera en la que tu me amas a mi. Lamento decirte esto, pero no creo que debamos seguir viéndonos, no es que me moleste tu amor hacia mi, pero no quiero que te aferres mas a ese sentimiento, que claramente no puede ser mutuo. Debemos alejarnos.

Jimin, limpió las lagrimas de sus ojos antes de que salieran, y asintiendo con la cabeza le daba la razón a su amigo, al amor de su vida.
—Lo sé, ya lo sabia— Era verdad, Jimin supo que una vez que hablara con Jungkook debería de alejarse de el, pero en el fondo de su alma tan pura tenia la esperanza de que el pudiera sentir algo siquiera similar por el —Solo, por favor... déjame hacer algo y te prometo, olvidarme de ti.

—¿Qué es?

Jimin no respondió, se acercó un poco a Jungkook, era obvio lo que seguía, así que este ultimo solo cerró los ojos. Esperando un beso en los labios, pero en lugar de eso, recibió un beso en su mejilla, los dulces labios de Jimin impregnaron en ese beso todo el amor que sentía por el, ese sentimiento era turbio, único y verdadero, que al instante una lagrima rodo por el rostro de Jungkook hasta perderse a la mitad de su mejilla.

—Puedes irte.

Jimin dio un paso hacia atrás, quizá seria la última vez que saldría con Jungkook, quizá era la ultima vez que podría dirigirle la palabra, pero una promesa, es una promesa.

Con pasos lentos y pesados, Jungkook se alejaba de Jimin, dejando atrás los buenos momentos y recuerdos, apartándose de su vista, perdiéndose en el sendero por que el que había llegado hasta ese lugar, un lugar alto del bosque donde se podía apreciar las luces lejanas de la ciudad. La noche estaba llegando y cubría la tristeza de Jimin que llegaba hasta las raíces de los arboles mas profundos. La noche más fría que había tenido en toda su vida.