Cuando las clases dan inicio casi todos estamos dentro, con dos únicas excepciones, una ausencia que me perturba y la otra que es tan usual que no llegaría a pasar un instante antes de que su persona se haga presente.
Así es como la puerta se abre, y en un acto ensayado a la perfección, la pequeña figura finalmente se muestra.
Desprolija, como siempre a esa hora de la mañana, con parte de la camisa de su uniforme fuera de lugar y la corbata sin atar, pero aún con todo su esfuerzo no puede ocultar la belleza intrínseca de su ser. Su estatura por debajo del promedio y su ternura natural la preceden, Jung Eunbi.
Reprime sus deseos de contestar al profesor el inmaduro e innecesario comentario, y en silencio se acomoda en su asiento. Es entonces cuando comienza a acomodar su corbata, una delgada franja roja al rededor de su pequeño y delicado cuello, ese blanquecino cuello que emanaba una fragancia con la que yo únicamente podía soñar. El olor de un Omega, que era como una minúscula isla paradisíaca en medio de un apestoso mar de Betas.
A decir verdad el numero de Omegas fue decreciendo notablemente con los años, y, aunque no al nivel de los Alfas, la suma de estas dos facciones no darían el mismo numero de Betas que en la actualidad habitan la Tierra. Públicamente se cree que ese es el camino a seguir, hasta la desaparición de Alfas e, indirectamente, de los Omegas. Que esto sería una clase de selección natural que nos llevaría a un mejor e igualitario futuro.
Al darme cuenta de que me había perdido en mis pensamientos quité apresuradamente mi vista de su cuello, aunque esto iba contra mi voluntad, sería difícil de explicar mi conducta sin causar espanto y lo que menos necesitaba eran malentendidos. Así fue como mi mirada se mantuvo en movimiento desde el pizarrón a la puerta, perturbada por la segunda ausencia, mi amiga aun no llegaba.Las primeras horas pasaron sin noticias, nada más extraño de lo normal, miradas incriminatorias y comentarios hostiles, pero nada inusual.
Hasta que mi amiga llegó, suspiré algo mas tranquila al verla bien, exaltada y desprolija, pero tan bien como las posibilidades lo permitían. Y cuando nuestras miradas se cruzaron, por un breve momento me sentí en paz. Hasta reparar la razón por la cual habíamos tenido que separarnos.
-Lo siento-musité mientras buscaba entre mis cosas.
-Solo siéntelo cuando tengas la culpa- La sorprendente Choi Yuna me sonreía, siempre admiré su capacidad de mostrar felicidad por este tipo de cosas- Y gracias por traer cada carpeta, pero se ve que solo necesitaré la de biología.
Verla reír de su propia broma me fortalecía y debilitaba a la vez, aunque, definitivamente me alegraba, ella merecía reír.
Fue entonces cuando todas mis alertas internas se encendieron, en el momento exacto en el que la puerta al ser cerrada resonó en cada rincón del salón. Me había distraído, ahora ya era tarde.
¿Por que si había Omegas lideres y crueles nadie lograra entender que había Alfas que podían no serlo?
Mis disculpas por lo breve de los capitulos, es por mantener bien definidos a los narradores (Los impares Eunha y los pares Sowon), hasta ahora todo es a modo de introducción, no quiero que sea algo forzado entre los personajes, pero, por favor avísenme si el ritmo no les parece apropiado, no quiero ir al extremo de convertirlo en algo demasiado estático.
Toda crítica constructiva es bien recibida.
-Alixta
ESTÁS LEYENDO
Mi Otra Mitad-WonHa (Omegaverse)
FanfictionLuego de ya muchos años de angustia y sufrimiento, la unión de los Betas y Omegas lograron anteponerse a la tiranía de los alfas, pero, el precio para que esto sucediese fue mucho mas grande de lo que ellos pudieron comprender. La interpretación que...