Auxilio

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   La tensión del momento se sentía en el aire ¿Cómo fui tan descuidada como para no notarlo? Nos habían acorralado con tanta facilidad que me di vergüenza.

  -No queremos problemas-Dijo Yuna tomando mi mano, con el objetivo de buscar una fuente de tranquilidad y, al mismo tiempo, intentando infundir el mismo sentimiento en mi. Respiró profundamente y retomó la palabra lo más calmada que la ocasión le permitía-Con permiso.

   Con nuestras manos entrelazadas, dimos dos pasos en dirección a la puerta, quizás si actuábamos con normalidad y sin provocarlos, nos dejarían en paz.

   No se que causó más gracia a todos los presentes, nuestras palabras o el intento de partir como si nada. Grave error, solo conseguimos encontrarnos rodeadas. Despojadas de la seguridad de una firme pared detrás nuestro.

   -Sabía que las Alfas eran lentas, pero no me imaginé que tanto-Rió la otra Omega del salón, esa que no merecía formar parte de aquella bella facción- Ya están en problemas.

   Sé a la perfección a lo que se refiere, en mi caso estaba en problemas desde los trece, en el de Yuna desde los nueve. Esas fueron nuestras edades exactas cuando algo nos declaró Alfas, arrasando con toda posibilidad de llevar una vida libre de predicamentos. Y sin haber tenido la opción de escoger, ahora lo estábamos pagando.

   -Seis vidas tarde- Mencionó uno de los Betas, claramente enojado.

   El veneno de sus palabras y el odio que emanaba fue percibido por todos mis sentidos. No puedo conectar la razón de tan remarcada ira con el Beta, hasta que finalmente un detalle viene a mi mente, su apellido, es el mismo que el de uno de los asesinados la tarde del sábado, el había perdido a alguien ese día.

   -Mi hermano-No tardó en confirmar mi sospecha- ¡El no les hizo nada!

Nosotras tampoco, pensé, pero no estaba en posición de dar mi opinión.

   -Son bestias Kwan-Nuevamente la Omega tomó la palabra-¿Que esperas? Solo ladran, y luego muerden. No se puede esperar nada más de las bestias.

   Sus ojos estaban sobre nosotras, acusándonos de todos los delitos habidos y por haber en el planeta. Mientras nosotras solo buscar una vía de escape, pero nos era imposible, estábamos completamente rodeadas, un perfecto circulo se ceñía acorralándonos, cada vez más cerca, a cada segundo más sofocante.

   Cualquiera sabría que este no era el modo de proceder ante un Alfa, acorralar a la facción con más espíritu animal no es para nada sensato. Para nadie. Pero aquellos Betas, y sobre todo aquella Omega, sabían que estaban en superioridad de condiciones. Mientras nosotras únicamente podíamos repetir una y otra vez las maniobras para mantener la calma que nos había enseñado la encargada de nuestro territorio.

   No era la primera vez que esto pasaba, tampoco sería la última. Solo debíamos resistir, no dejar que nos afecte hasta que terminen de repetir aquel acto mil veces ensayado.

   Fue entonces cuando todos mis sentidos me alertaron de que esta vez no sería como las anteriores, me lo confirmó un remarcado movimiento que la Omega hizo alzando su muñeca y trazando con su mano el camino hacia ella. Ella no era capaz. No. Aunque mi expresión me delataba, traté de tranquilizarme, solo era una amenaza. No pasaría nada, me repetía con insistencia, ella no era capaz.

   -¿Que pasa Alfas?-Entonó con sorna-¿No toleran que los Omegas tengamos el control?

   Todos rieron de su torpe juego de palabras, pero mis sentimientos no podían estar mas alejados de la risa. Ahí fue cuando lo noté, yo no estaba tan afectada como mi compañera de facción. Su mano se aferraba a la mía con tanta fuerza que ya no podía sentir mis dedos. Su respiración comenzó a desestabilizarse, hasta ir convirtiéndose en una desesperada lucha para no ahogarse.

Mi Otra Mitad-WonHa (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora