Yo se que me amarás

Capitulo 48- Desiciones

-Esperame aquí, yo te aviso cuando entres -le susurré a Gis. Ella asintió y me adentré en el estudio de papá.

-Ya llegamos papá -solté en cuanto entré. Mi padre estaba leyendo algunos papeles que tenía sobre el escritorio. Anne estaba del otro lado haciendo apuntes en la agenda. Al verme entrar levantaron la mirada.

-Hola Anne, no sabía que estabas aquí.

-Hola cielo -me saludó Anne con amabilidad.

-Solo terminamos de checar estas facturas y...vamos a la sala a que vean lo que les hemos traído. Además...les tenemos una sorpresa -dijo mi palá lanzandole una mirada de complicidad a Anne. Yo sonreí y me acerqué a ellos.

-En realidad... lo de su sorpesa y lo demás tendrá que esperar un poco...Tengo que presentarles a alguien -dije enfatizando el •Tengo que• -Y...creanme -proseguí -que es mas importante que esas facturas y cualquier otra cosa.

Mi papá intercambió una mirada con Anne y después posó sus ojos en mí.

-Me estás asustando Ana Isabella. ¿De qué hablas? -preguntó alarmado. Anne se situó a su lado y me miró atónita.

-El domingo recibí una carta - comencé a explicar cautelosamente-No tenía remitente, ni estampillas...pero tenía escrito mi nombre. Firmaba una chica: Giselle White...-Al escuchar este apeído papá se puso pálido. -Me reuní con ella ayer por la tarde...y...me di cuenta de algo totalmente sorprendente que ni siquiera creía posible -Al termino de la frase mi voz se entrecortó.

Giré sobre mis talones y salí del estudio. Mi hermana estaba sentada en una esquina con las piernas contra el pecho. Le tendí la mano y la levanté.

-Ven..-susurré y ella me siguió. Al entrar al estudio papá estaba recargado en el escritorio dándo la espalda a la puerta y Anne sentada en el sofá de cuero negro con el rostro entre las manos.

-Papá...Anne -llamé y ellos me miraron al instante. -Les presento a Giselle White... -Le hice una seña para que entrara.

Caminó a paso lento y entró jugueteando con sus manos y con la cabeza gacha.

-Ella es mi hermana -dije en voz baja pero lo suficientemente alta para que todos me escucharan. Gis levantó la cabeza y los ojos de papá y ella se encontraron.

Papá se quedó atónito y Anne se puso de pie y abrió la boca totalmente sorprendida.

Volví a mirar a papá, tenía los ojos llenos de lagrimas. Pero noté que estaba haciendo un esfuerzo por no llorar.

-¿Có...cómo es posible? -articuló papá con un hilo de voz apenas perceptible.

-Esa mujer...-susurró Anne despectivamente.

-Eres mi hija...-le dijo papá a Gis mientras se iba acercando lentamente a ella.

Gis asintió lentamente y repentinamente papá la estrechó con fuerza contra su pecho.

-Dios...tengo otra hija... -Yo sonreí y me limpié las lagrimas que salieron de mis ojos. Papá soltó a Gis con un brazo y me jaló a mi para quedar enseguida de mi hermana, ambas abrazadas por nuestro padre.

-Tengo dos princesas...-Dijo y sonrió. Nos dió un beso en el cabello a ambas y luego nos soltó para mirarnos.

-Tienes los ojos marrones, no son iguales a los de Isabella...-sonríe incrédulo. No pensé que fuera a reaccionar de esta forma. Estoy feliz, enserio.

-Tienes que explicarme muchas cosas Giselle...-le pide papá en tono serio.

-Si...eh..¿pa...papá? -yo sonrió y la abrazo.

-Si Gis...papá. Nuestro papá

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Después de una larga charla con papá logró entender porque la madre de Gis no la trajo también a ella, pero no nos lo quiso decir.

Acabábamos de dejar a mi hermana en su casa y papá y yo ibamos llegando a la nuestra. Ambos nos sumimos en nuestros pensamientos sin decir nada en todo el trayecto a casa.

Bajamos del coche y caminamos juntos hacia la planta principal.

-¿Estas bien, princesa? -me preguntó mi papá preocupado.

-Si, si...pero no me gusta estar acostumbrada a estar separada de Gis...

-No te preocupes...pronto no estaremos separados de ella... -dijo mi papá con una sonrisa extraña en su rostro.

Ladee la cabeza en señal de no entender a que se refería. Me mordí el labio inferior y crucé los brazos mientras seguía caminando.

Papá se paró al pie de la escalera y me miró.

-Voy a demandar a Ánnabelle -dijo sin más...¿Ánnabelle?

-¿Quién...es..eh..Ánnabelle? -Pregunté timidamente porque creía saber la respuesta. El me seguía mirando impasible, dió un largo suspiró desviando sus ojos de los míos...

-Tu madre...-respondió aun sin mirarme. Yo me pasé una mano por el cabello y asentí...

-Ah...bien -dije despreocupadamente. Aunque en realidad no estaba tan despreocupada debido a que nunca había querido saber el nombre de esa mujer...o más bien, papá nunca me lo había dicho.

-¿Y con que motivó la vas a demandar? -pregunté decidida

-Negligencia, falta de cuidados, ceder la custodia de su hija ilegalmente...Te sorprendería la cantidad de cosas con las que puedo demandarla. Legalmente ella tiene la custodia de Giselle, me cedió la tuya al traerte aquí, pero Giselle ha vivído con Jessica desde que era un bebe. Jessica ha sido su madre, con toda esa información y con testigos... me será muy facil quitarle a tu hermana...

-¿Enserio?...

-Si...-dijo y se sacó su iPhone

-¿A quien llamas? -pregunté un poco nerviosa

-A mi abogado...el mejor de los Estados Unidos...Alexander Wainwrithe -Respondió y marcó. Seguido de esto se llevó el celular a la oreja.

-Alexander...Andrew O'Learie...si asi es...necesito tus servicios...lamento no hacer una cita...oh..gracias, si si...fue improvisto...muy bien. Si aquí me encuentro...Perfecto...Te espero. -y colgó.

-Viene para acá. -anunció. -Quiero que estes presente ¿de acuerdo?...es importante -me pidió. Asentí y suspiré.

-Iré a quitarme los zapatos. Necesito algo mas de aire. -le dije a papá. El me abrazó.

-Todo saldrá bien princesa -dijo para tranquilizarme y me besó el cabello. -En quince minutos ve a mi estudio por favor. Alexander no tarda en llegar, su despacho no está muy lejos.

-De acuerdo. Ahorita regreso. -dije y subí la escalera a toda prisa.