two ☼

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A la primera hora se supone que teníamos clase de ciencia pero la profesora Josephine faltó a la escuela gracias a una cita médica por lo que prácticamente tuvimos una hora libre un tanto aburrida.

Mientras que unos aprovechaban para hacer sus tareas atrasadas, otros hablaban y reían con sus amigos, algunos escuchaban música con los audífonos puestos y yo, pues bueno yo tan solo escribía cada palabra que se me venía a la mente en la ultima hoja de mi libreta.

"aburrimiento" "cansancio" "fatiga"

Pero en un movimiento accidental lancé mi bolígrafo al suelo con mi brazo mientras trataba de estirarme.

Suspiré y me agaché para rejuntarlo. Fue la oportunidad perfecta para poder ver de reojo a Finn y notar lo concentrado que se encontraba dibujando o escribiendo algo en su libreta.

Una pequeña sonrisita se me dibujó en el rostro casi de manera inesperada por lo que tomé mi bolígrafo e instantáneamente volví a escribir en mi libreta palabras distintas.

"Armonía" "Esperanza" "Amor"

En todas las clases Finn se sienta detrás mío, siempre lo hace y jamás cambia de lugar y eso por alguna razón me hace sentir especial a pesar de que a veces él solo me hable para intentar molestarme o simplemente para dedicarse a patear mi asiento con insistencia.

A decir verdad Finn no hablaba con casi nadie y cuando lo hacía solo era para ser sarcástico o para decir algo malo sobre cualquiera. No socializa, apena si levanta la cabeza para mirar a alguien en fin, a veces siento que el solo se sienta detrás mío para reírse de mi.

Igual mi lado masoquista no lo deja de considerar lindo.

Su mejor amigo Wyatt es alguien totalmente desconocido para mi, si no fuese por las veces que los he visto juntos y las repetidas ocasiones en las que Finn lo menciona posiblemente me graduaría sin haber conocido su nombre. Solamente se que él va en otro curso distinto al nuestro y obviamente a Finn le molesta bastante eso; el no tener al que posiblemente es su único amigo a su lado en clases. Tal vez esa es una de las razones por las que está tan ansioso para que el año escolar acabe.

Honestamente yo no quiero que las clases terminen por que me rehuso totalmente a no volver a ver su cara todos los días, a no ver cómo empuja a los chicos que se amontonan en la puerta principal para poder entrar o simplemente a no verle más fumándose un cigarro a escondidas en la cancha del exterior cuando posiblemente necesita tener un poco de paz y tranquilidad.

El timbre suena e instantáneamente todos salen despavoridos del aula con intención de posiblemente ir a la cafetería a comprarse algo antes de que la siguiente clase inicie.

Escucho perfectamente como Finn suelta un pesado suspiro para después levantarse de su asiento colgándose la mochila en la espalda con pereza para así poder salir del salón de una vez

Pasó por mi lado y fui capaz de aspirar por una milésima de segundo el clásico aroma impregnado en su ropa de perfume y un pequeño toque de cigarro. Respiro hondo deseando poder oler aquello por siempre pero en cuanto menos lo esperé él ya se había ido dejándome solo y respirando aire común y corriente otra vez

Se fue y ni siquiera me volteó a ver, justo como todos los días.

Por fin me digné a salir del salón con algunos libros bajo el brazo, observando con insistencia mis pies y casi contando mis pasos hasta que si, una voz capto mi atención haciéndome voltear al frente.

—¿Cuál es tu problema pedazo de maricón?—. Un chico de algún curso mayor tenía acorralado a Finn contra los casilleros con fuerza.

—Ni siquiera te voltee a ver Travis, solo caminaba...—. Noté cómo le murmuró Finn con cierta amargura. Él no veía al chico, no se atrevía a hacerlo, evitaba hacer cualquier contacto visual; era como un cachorrito indefenso encerrado en una perrera, no tenía salida.

El chico tan solo lo volvió a empujar contra los casilleros con tal fuerza que se escuchó perfectamente la dureza del metal chocando con su espalda.

Finn instantáneamente cayó al suelo con una esperada mueca de dolor en su rostro rostro causando un remolino de emociones terribles en mi interior.

Ya está, lo habían vuelto a hacer, Finn estaba vulnerable una vez más dentro de Columbine pero por si fuera poco el chico no quedó satisfecho con haberlo lanzado contra metal firme si no que para terminar con su acto de cobardía se atrevió a pegarle una patada.

Y como si aquello fuese un acto gracioso, Travis se largó de ahí riéndose con sus amigos y dejando a Finn ahí tirado y retorciéndose en el sucio suelo mientras se sujetaba el estómago con fuerza.

Lo más increíble de todo es que todos lo vieron, todos vieron claramente cómo Finn solo caminaba y los idiotas comenzaron a molestarle de la nada.

Chicos pasaban por el mismo pasillo donde Finn se lamentaba de sí mismo y parecía que nadie veía nada, cómo si nada raro y terrible estuviese pasando a pocos metros sobre ello.

Yo tan solo me quedé petrificado ahí, con un enorme nudo en mi garganta que luchaba contra mi mismo por hacerse presente y manifestarse en mis lagrimas.

De pronto su mirada fría se cruzó con la mía y sentí que iba a desfallecer en cualquier momento. Sus ojos rojos y entristecidos combinaban a la perfección con los míos en ese preciso momento.

No me sostuvo la mirada por mucho tiempo, la apartó y se levantó del suelo recogiendo de mala gana sus libros que estaban esparcidos por el suelo y sin más se fue de ahí a paso rápido oprimiéndome el corazón.

Una vez más no hice nada para ayudarle.

Algunas veces la mirada de Finn era tan cruda que me hacía sentir que tramaba algo, siempre estaba atento en todo y con los ojos entrecerrados parecía que te estaba estudiando para un próximo movimiento.

A veces me daba un poco de miedo, solo a veces.

i'm not ashamed | fack ☼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora