four ☼

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Pasaron varios días y honestamente todo seguía igual.

Finn me evitaba, ni siquiera me miraba y dejó de comunicarse conmigo.

En las clases sólo sabía que él seguía ahí por qué seguía haciendo lo único que lo mantenía conectado a mi, patear con insistencia mi asiento.

Pero yo ya no me molestaba en girarme para pedirle que parara puesto que ya no sabía cómo hacerlo.

Fotos y videos suyos siendo golpeado siempre se hacían vírales en las páginas de la escuela y honestamente yo ya estaba harto de tener que ver cosas así de inhumanas en alguien tan especial como lo era Finn para mi corazón.

Los golpes en su rostro en vez de sanar siempre eran acompañados por otros nuevos que los de último año le hacían, su mirada perdida y sus lágrimas escapándose a escondidas de sus ojos tristemente ya eran parte de él.

El timbre de la ultima clase sonó y entre mis cosas todavía tenía guardado el papel que Finn olvidó en el baño cuando traté de consolarle en un claro intento fallido.

Como era de costumbre él salió disparado del salón mientras que yo me apresuraba a guardar mis cosas para poder alcanzarle y entregárselo.

Lo del papelito había pasado hace varios días atrás, fácil pude habérselo dado desde antes o simplemente dejarlo así ya que él parecía no tener interés en recuperarlo pero no, simplemente llevaba varios días sin hablarle y necesitaba al menos dedicarle un simple "ten, hace unos días recogí esto por ti pero se me olvidaba entregártelo".

No me importaba si él me lo arrebataba y se iba sin siquiera mirarme, no me importaba que me fuese a gritar "entrometido" con todas sus fuerzas, no me importaba que me maltratase ya que por alguna triste razón mi corazón le quería más a él que a mi mismo.

Me colgué solamente una de las correas de mi mochila en el hombro ya que salí con rapidez empujando a los chicos que se amontonaban en los pasillos para poder alcanzar aquellas largas piernas que siempre me robaban ventaja.

No pude guardar todas mis cosas con comodidad, tuve que llevarme bajo el brazo la pequeña biblia que siempre llevaba a la escuela por lo decidí abrirla en una página al azar y meter el pequeño trozo de papel que pertenecía a Finn para evitar que se me perdiera en el camino.

Literalmente corrí hasta la salida mientras volteaba hacia todos lados intentando divisar su alborotada cabellera rizada hasta que por fin lo vi de pie en el estacionamiento como si estuviese esperando a alguien.

Esperaba a alguien que obviamente jamás sería yo.

Su cara al verme acercarme fue una clara mezcla de confusión con ligero fastidio que ignoré totalmente siguiendo mi camino hacia donde se encontraba, tratando de mantenerme igual de firme cuando me encontraba cada vez más cerca suya.

—Hey...—. Dije nada más llegar notando como él no tardó nada en cruzarse de brazos viéndome con una de sus cejas alzadas.

—¿Qué quieres Jack? Hoy no estoy de humor para tus palabrerías—. Soltó con su clásica amargura.

Suspiré pesadamente tratando de recuperar un poco el aire que perdí corriendo aquel tramo para alcanzarle.

—Solo quería entregarte esto...—. Murmuré mientras tomaba la pequeña biblia que llevaba entre mis manos para poder abrirla y sacar la hoja pero él me interrumpió abruptamente.

—Que ni se te ocurra querer hablarme de Dios, Grazer...—. Alzó una ceja viéndome un tanto mal.

Traté de ignorar sus palabras y continué con lo mío buscando dentro del libro aquella pequeña hoja doblada hasta que la encontré y se la tendí notando como mi mano había comenzado a temblar suavemente.

i'm not ashamed | fack ☼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora