twelve ☼

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Era jueves y la hora de salida ya había sido anunciada por el timbre hacia unos cuantos minutos atrás más sin embargo yo aún no podía marcharme a casa.

El director me había programado una sesión con la consejera escolar para hablar acerca de mi desempeño en las clases por que según él los demás maestros mis calificaciones habían bajado un poco.

¡Qué va! Todos son unos exagerados, no niego que en algunas clases si habré bajado de promedio pero tampoco era algo alarmante.

Mis impecables dieces habían sido remplazados por nueves u ochos pero realmente no era mi culpa, llevaba semanas con la mente ocupada en lo evidente. Finn también tenía sentimientos por mi.

Los profesores y el director probablemente jamás lo entenderían, dudaba que entendieran la emoción que tu cuerpo emana cuando te enteras de que a tu platónico le gustas también.

Pero hablando de Finn, ya casi no lo he visto. Ha faltado mucho a clases como de costumbre pero ahora excusándose con que está enfermo aunque evidentemente no tenga nada y casi todos lo sepan pero simplemente callan y lo dejan pasar como si no importara.

Es como si a todos se les olvidara su presencia excepto yo. Todos pasaban de él y daban a notar que no les hacía falta, que él solo era un rechazado más y que no les afectaba si estaba o no por qué los rechazados en Columbine éramos docenas y con nosotros les bastaba para divertirse.

Extraño mucho a Finn más sin embargo agradezco bastante que ya no venga tan seguido a la escuela por qué eso significa que está en su casa a salvo de Travis y de todos sus maltratos.

Aunque, ¿que tanto podrá hacer en su casa? Debe tener planeada una excusa gigante para cuando vuelva pueda graduarse al igual que los demás del curso.

Tal vez solo debe estar meditando en casa y planeando algo para cuando llegue su entrada triunfal a la escuela una vez más.

Él merece ser feliz y libre, al igual que su amigo Wyatt, al igual que Sophia, que Jaeden y al igual que yo.

Que ganas de que al final de toda esta etapa escolar y lejos de todo el infierno de Columbine, Finn salga de su burbuja de negatividad y quiera intentar algo conmigo.

Igual lo dudo muchísimo viniendo de alguien tan indeciso como él.

Caminaba con algo de pereza dirigiéndome hacia la oficina de la señorita Evans al fondo del pasillo. Pocas veces he tenido contacto con ella pero parecía ser una mujer amable puesto que es de esas personas que en todo momento andan diciendo "buenos días/tardes/noches" a cualquier persona que se cruce por delante.

Ojalá realmente sea tan amable y buena persona como parece ser en los pasillos ya que esta va a ser mi primera sesión con ella y no sabía muy bien que esperar.

Cuando llegué tan solo me dediqué a suspirar y a darle tres golpes firmes a la puerta de mármol.

Casi instantáneamente escuché su voz diciéndome que pasara y así lo hice.

—Buenas tardes señorita Evans...—. Le saludé con una media sonrisa que ella me devolvió al instante.

—Hola Jack, toma asiento...—. Me saludó apuntándome a las sillas que habían frente a ella.

Le obedecí y me senté dejando mi mochila en la silla vacía que estaba a mi lado.

—Bueno...—. Comenzó diciendo y cerrando el cuaderno donde anteriormente escribía para ponerme total atención a mi. —¿Cómo te encuentras hoy Jack? ¿Alguna novedad? ¿Algo que quieras comentar antes de pasar al tema inicial de esta sesión?

i'm not ashamed | fack ☼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora