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El bolígrafo estaba encima de la hoja. Las palabras iban a tardar en salir, pero yo ya estaba preparada para plasmarlas en el momento en el que comenzasen a aparecer por mi cabeza. Un momento que se retrasó, debido al irritante sonido del timbre de mi puerta, chirriando incansablemente una y otra vez. Recordé que estaba sola en casa, lo que implicaba que tendría que bajar a abrir la puerta. Solté el bolígrafo en la mesa e intenté secarme los ojos con la manga de la sudadera mientras bajaba las escaleras. El timbre seguía chirriando. La persona que se escondía detrás de esa puerta, sin duda, no iba a desistir.
Cuando la abrí, para mí sorpresa, no encontré a nadie esperado. Taehyung se encontraba en frente de la puerta, todavía aporreando el timbre, cuando abrí.

- ____! - gritó mi nombre como si la vida le fuera en ello. - por favor, tienes que volver. Dime que lo que le decías a Jungkook no era cierto...

- Sí, lo es, Taehyung. Quiero dejar de ser un incordio. Lo mejor será que desaparezca un tiempo. Namjoon se acostumbrará a estar sin mi, ya lo verás. No tardará demasiado. Y dejaré de molestar a Jungkook, y al staff, y a vuestros jefes, y en general, a todos vosotros. - dije, con la voz algo rota. Era difícil admitir lo que llevaba pensando tanto tiempo.

- No lo entiendes. Namjoon es un chico muy sensible. Si te vas, no va a estar bien. En serio, ¿no te das cuenta?

- De qué?

- Jóder, no me lo puedo creer. Namjoon no ha estado tan feliz como en estas últimas semanas. Quizá practica menos, sí, pero está muy motivado. Llega todos los días sonriente. Hacía mucho que no lo veíamos así. El debut le estaba consumiendo, pero ahora, contigo, se sentía mejor.

Me quedé en silencio, pero noté como mis ojos se humedecían.

- Os tiene a vosotros. No tardará en olvidarse de mi. - le dije, y acto seguido cerré la puerta, casi en sus narices. No creía del todo en lo que había dicho, aunque por una parte sí. A veces me costaba entender que yo pudiera ser tan importante para alguien. Que alguien pudiera ser más feliz gracias a mi.

Taehyung empezó a aporrear la puerta con las manos, pero, quizá porque se había cansado, o quizá porque se dio cuenta de que no serviría de nada, de pronto dejó de hacerlo y la casa se quedó en un silencio sepulcral otra vez. Aprovechando eso, decidí meterme a la cama y dejar la carta. Ni siquiera sabía si debía escribirla. Solo dormí, esperando encontrar alguna respuesta mientras descansaba.

A la mañana siguiente, aunque tenía las ideas algo más claras, no había encontrado ninguna respuesta mágica en mis sueños. Es más, mis sueños habían sido hasta más complicados. Solo aparecía con Namjoon, siendo felices en mis sueños, ignorando la cruda realidad. Esa realidad con la que me encontré cuando desbloqueé mi móvil y vi que tenía 7 llamadas perdidas de Namjoon. Decidí ignorarlas, y quedarme en la cama mirando al techo mientras me replanteaba qué es lo que pretendía hacer con mi vida. Y eso es lo que estuve haciendo durante un buen rato, hasta que, como de costumbre cuando hago cualquier cosa que requiera un esfuerzo mental, fui interrumpida. Por el timbre de la puerta, chirriando una y otra vez de una forma extremadamente irritante. Estaba pensando seriamente en decirles a mis padres que igual debían cambiar ese timbre.

Cuando abrí la puerta y vi a quien se escondía detrás, hice el amago de volver a cerrarla inmediatamente, pero los brazos fuertes del chico lo impidieron.

- Namjoon, creo que es mejor que te vayas.





*nota de la autora*

¡Hola! Siento mucho no haber escrito desde hace tiempo. He estado fuera y bastante ocupada, pero ya he vuelto a la carga. Tenía muchísimas ganas de escribir, de verdad. Creo que tengo bastantes ideas para continuar la historia de rayita y Nam, jeje. Espero que os esté gustando, y gracias a todxs los que estáis leyéndome! ❤️

¿Cosa Del Destino? /NAMJOON Y TÚ - TERMINADA 💜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora