Finn llevaba media hora quemando su brazo con la punta de su dedo, aburrido y abatido por no tener nada que hacer, la vida hoy en día estaba más bien que nunca, y eso le molestaba, porque así él se mantenía sin diversión y trabajo
"¡Hey!" gritó Jack con los ojos rojizos y el cabello flameando un poco, de a poco este fue volviendo a la normalidad y apuntó fuego al pálido brazo de Finn con fuego, este gruñó "Solo yo puedo quemarte el brazo" carcajeo el pecoso sentándose junto al azabache en el sofá color rojo intenso "¿Qué sucede?" preguntó dudoso mirando a su hermano
"Estoy aburrido" confesó volviendo a quemar, pero esta vez la palma de su mano izquierda, Jack frunció el ceño
"¿No tienes nada de trabajo?" preguntó mirando fijamente como la palma de Finn se volvia roja
"No" suspiró profundamente "Los niños se están encargando de mi trabajo, ya sabes, tienen caras adorables" se encogió de hombros "Y suavizan el momento"
"Ya veo" murmuró el ruloso asintiendo y en un movimiento brusco hizo su cabeza hacia atrás
Finn lo miró sin expresión y realizó la misma acción que su hermano. Ambos pecosos miraban el techo de la amplia casa como si fuera lo más entretenido que hayan tenido ante sus ojos
El azabache suspiró profundamente y tomó la botella de agua junto a él para beber de ella. Hace días se sentía así, aburrido y algo inútil, como si faltara una parte importante de su cuerpo; y era bastante extraño que le pasará eso después de tantos años
"Ya sé qué puedes hacer" habló Jack después de unos minutos, Finn lo miró desconcertado, estaba completamente sumergido en sus pensamientos "Irás al mundo de los mortales" una maliciosa sonrisa se asomó por los rosados labios del pecoso
Finn alzó sus cejas mirando a su hermano con confusión ¿El mundo de los mortales? ¿Qué tenía de entretenido eso?
"¡Oh vamos!" exclamó el castaño sentándose bien en el rojo sofá "Sabes a lo que me refiero, fiestas, cerveza, vodka" gritó emocionado, causando que las llamas volvieran a aparecer en su cabello y sus ojos se pusieran rojizos de nuevo
Había algo que enloquecía por completo a Jack, su nombre es vodka
"No lo sé" suspiró Finn, el ruloso a su lado rodó los ojos y sus llamas de inmediato se apagaron "¿Qué haré allí?" cuestionó con una mueca
"¿Qué no me escuchaste?" preguntó Jack con la nariz fruncida
"Sabes que no subo a menos que sea por trabajo" recordó el azabache mirando fijamente a su hermano "La última vez que lo hice fue hace muchos años"
Jack volvió a girar sus ojos, odiaba cuando Finn criticaba las cosas antes de siquiera probarlas, había notado su bajón de humor hace semanas, solo quería hacer algo para ayudarlo, además era aburrido no tener a su hermano bromista y sarcástico con él. De pronto una idea pasó por su cabeza, sabía que Finn querría experimentar con aquello
"Conocerás chicas" sugirió moviendo las cejas de arriba a abajo rápidamente, el azabache lo miró divertido
"¿Chicas?" preguntó con una sonrisa torcida en los labios "Eso suena interesante" soltó pensativo
Nunca había convivido con una chica más que Sadie, pero la pelirroja era su hermana y la trataba de una manera fraternal, al igual que a Jack
"Irás ahora, creo que ya es de noche allá arriba, así que ya lárgate" soltó Jack prendiendo el televisor frente a él sin mirar a su hermano, Finn soltó una carcajada y revolvió el cabello del pecoso mientras se ponía de pie
"Gracias por la idea"
"Ya vete de aquí antes de que cambie de opinión con esto de dejarte ir allá arriba" murmuró Jack mirando la televisión, aunque sabía que aquello no era verdad, dejaría que Finn se fuera un año entero si así lo quisiera
"Nos vemos" el azabache se quedó pensando "Cuando quiera volver" se encogió de hombros y en un abrir y cerrar de ojos ya no se encontraba en la habitación de la sala
•••
La ciudad de Nueva York era una de las favoritas de Finn, las pantallas, el café, gente estresada, el Times Squares y su gigantesca estatua de la libertad era oro para los ojos del pelinegro; le encantaba aquel lugar desde que Sadie lo había llevado una vez en 1996, hace bastante tiempo, pero a pesar de que la ciudad obviamente había cambiado, al igual que su gente, seguía siendo su lugar favorito.
Caminó por las largas y frías calles, agradecía haber cambiado su ropa en el camino ya que en su ciudad favorita estaba a dos grados de nevar. Estaba atardeciendo y el sol llegaba directamente a sus párpados, estaba disfrutando de su viaje y solo llevaba cinco minutos ahí. Sacó una cajetilla del bolsillo de su chaqueta de cuero y lo encendió, rápidamente el humo le relajó, sin duda el segundo mejor invento de los mortales. Siguió caminando por la calle, personas pasaban rápidamente a su lado y otras con lentitud y tranquilidad. Finn no podía evitar fijarse en sus porcentajes de vida, después de todo para eso había nacido, sintió algo de pena cuando un hombre mayor pasó junto a él con una mujer mayor también, por lo menos habían sido felices, se encogió de hombros y dejó de ver a las personas para dirigirse directamente a un lugar donde pudiera ver su cosa favorita de Nueva York desde aunque sea un poco más cerca
La estatua de la libertad era sin duda su favorita, le parecía una cosa tan sencilla y esplendida, este era el mejor invento de los mortales a su parecer, Jack decía que era el vodka, pero luego discutirán sobre eso
Se puso a pensar mientras veía como el sol desparecia detrás de su amada color verde; jamás había conversado con un chica, aparte de Sadie obviamente, pero, no sabría cómo hacerlo, sí bien había venido a Nueva York a conocer mujeres, sin haber hablado con una en toda su vida, bueno, había hablado con mujeres mortales antes, pero era por trabajo, sin una intención por detrás. De pronto sintió como alguien lo chocó y lo hizo tambalear un poco, se giró dispuesto a reclamar pero quién lo había empujado ya iba lejos y gritó un '¡Lo siento!' bastante avergonzado a su parecer, era una chica. Algo llamó inmediatamente la atención de Finn, no podía ver su porcentaje de vida, eso le extrañó completamente y luego dirigió su vista al suelo, al parecer a la torpe chica se le había caído la billetera