"¿____?" escuchaste como Finn llamaba
Moviste la cabeza algo aturdida y miraste al pecoso quien te miraba fijamente con el ceño fruncido pero con una sonrisa torcida en sus labios, había sido tu imaginación
"¿Qué?" preguntaste como si nada, él soltó una carcajada y beso tu mejilla
"Deja de tener pensamientos sucios sobre mí" habló burlesco y rodaste los ojos, te dejaste caer a su lado, pero el mantuvo su brazo en tu cintura acercándote a su cuerpo, apoyaste la cabeza en su pecho y suspiraste "Así que esto es el Central Park"
"¿Qué te pareció?"
"Es un lugar agradable, imagino que en verano se debe ver más colorido" sonrió y te miró "Pero nada superará a mi preciosa mujer"
"Ella es la mejor, definitivamente " le respondiste "Ya deberíamos irnos, se va a hacer tarde"
•••
"¿Por qué no tienes un hacha plateada junto contigo?" preguntaste confundida, él suspiró y soltó una carcajada
"No debes creer todo lo que te dicen"
Hiciste una mueca y te recostaste en el sofá, Finn te miró desde el pasillo y camino lentamente hacia ti, con delicadeza abrió tus piernas, no quitaba sus ojos de los tuyos, y se recostó sobre tu cuerpo, con su cabeza sobre tus pechos. Abrazó tu cintura con sus largos y hábiles brazos y acomodó bien su cabeza.
Sentías su respiración suave y como su pecho subía y bajaba lentamente sobre el calor de tu cuerpo, casi te derretiste cuando caminó hacia ti de esa manera. Suavemente posicionaste una mano en su nuca y la otra un poco más arriba, un suspiro largo salió de sus labios seguido de un gemido
"Sigue haciendo eso" volvió a gemir "Me gusta"
"A mí me gusta tu cabello, es oscuro y rizado" reiste, sentiste como sonrió
"Es mejor que el de Jack ¿Verdad?" preguntó divertido y levantó su cabeza para mirarte y afirmaste mirándolo divertida, suspiraste miraste a otro lado "¿Qué sucede?"
Exactamente ¿Qué sucedía? Definitivamente no era normal tener a la muerte en tu departamento coqueteandote todos los días, no era un hombre por mucho que lo pareciera y eso te frustraba. ¿Qué iba a pasar el día en que tuviera que volver al infierno? No sabías la respuesta de eso porque ni siquiera sabías si podrías volver a vivir como antes sin él, había marcado tu vida en tan poco tiempo que querías saltar desde el último piso del edificio para que fuera a buscarte y se fueran para siempre, juntos. Cada vez que lo veías tu corazón se aceleraba y las piernas te temblaban, inevitablemente sonreías como tonta y te dejabas caer en sus brazos. Era el primero hombre en el que confiabas, que además no era un ser humano, era parte del infierno