"¿Cómo mierda es eso de que eres humano?" preguntaste nerviosa, la comida recién hecha en el sartén había caído al suelo y hasta la cocina se había apagado, no lo podías creer
Si lucia más extraño y no como los primeros días en que lo habías visto, pero jamás te imaginaste que sería humano, ni en el mundo más utópico lo habrías pensado
"Jack acaba de venir" mencionó mirando la comida que estaba repartida por gran parte de el suelo de la cocina "Ha dicho que soy humano hasta nuevo aviso"
Era poco decir que Finn estaba alterado, sus ojos estaban más abiertos de lo normal y parecía estar enojado, y eso te ponía un poco triste. Si él no quería ser un humano podía significar también que no quería estar allí para siempre, y tu querías exactamente eso, que se quedara allí contigo una eternidad, tu eternidad
"¿Cómo se llaman esas cosas que usas sobre la nariz y te ayudan a ver?" preguntó de la nada, mirando un punto fijo
"Gafas"
"Necesitaré de esas" desvío su mirada de la comida y se acercó para comenzar a recogerla y limpiar
No te pusiste mover, estabas en trance, ni siquiera pudiste ayudar al pelinegro a limpiar tu desastre, no podías creerlo, él era humano y sólo Dios y Jack sabían porqué
¿Por qué?
Otra pregunta que rondaba por tu cabeza y no tenía respuesta. Estabas en la mejor etapa de tu vida, bueno no la mejor tal vez, pero habías llegado a estar en un buen momento, estabas perfectamente estable psicológicamente, tus amigas y tú habían comenzado a volver a juntarse como antes y trabajabas en el lugar de tus sueños, y vivías en New York. Pero había llegado él a alterarte con sólo una sonrisa torcida y un par de bromas, nunca habías caído así por un chico, pero él para empezar, no era una persona, por mucho que lo pareciera, en especial ahora
"¿Podemos ir a comprar una de esas cosas?" se quedó callado unos segundos y luego de unos segundos abrió la boca "Ah sí ¡Gafas!"
Lo miraste un momento y sonreiste, si él estaba ahí ahora debías aprovechar, antes de que tuviera que volver a ser la muerte, te daba escalofríos solo pensarlo, pero no porque volvería a ser la muerte, si no porque se tendría que ir
"Vamos, conozco una óptica bastante buena que queda por aquí cerca" caminaste a los percheros que estaban a un lado de la puerta de entrada y tomaste un abrigo negro que llegaba hasta un poco más arriba de tus rodillas, caminaste con rapidez a la habitación y te pusiste unos zapatos
