Capitulo 2

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Después de estar en casa de Fabiola pasaron varios días, ese día me quede platicando un rato más con Matias hasta que ellas volvieron. Siempre me sentí bien con las pláticas que tenía con él.

Ese día yo estaba en la escuela y recuerdo que Jean me pidió que le ayudara con un proyecto que él no lograba entender, él nunca fue bueno en la escuela, así que acepte. Cuando les conté a Fabiola, Maia y Mabel lo que había pasado con Matias casi colapsaron. Siempre colapsaban con cualquier cosa que pasaba entre Matias y yo.

Por ese tiempo comencé a notar que Fabiola se comportaba raro cada que mencionaba a Matias, no le tome mucha importancia porque pensaba que solamente era porque él era familiar de ella. Realmente era bastante tonta por no notar las señales que me daba.

Al salir de la escuela Jean me pregunto en donde haríamos el proyecto a lo que le respondí que sería en mi casa, note la mirada rara de Fabiola, pero no dije nada. Unos minutos después llego Matias sonriendo al igual que siempre. Cuando me hablo entendí la mirada rara de Fabiola, Matias me había mandado un mensaje preguntado si podíamos salir ese día, no le respondí, era una persona bastante olvidadiza. Aun así, cuando me lo pregunto en persona le dije que sí, pensando que no tardaría mucho con el proyecto.

Pero claramente me equivoque y demasiado, no me imagine que a Jean realmente le costara concentrarse en el tema que intentábamos hacer. Sin darme cuenta el tiempo paso muy rápido y Matias termino llegando a mi casa. Se puso algo raro cuando vio a Jean, pero Jean siendo la persona más amable que siempre ha sido; lo único que hizo fue presentarse y explicar que era lo que estábamos haciendo.

Matias al darse cuenta que realmente no lográbamos avanzar se ofreció a ayudarnos e intentar que Jean entendiera lo que tratábamos de hacer y después de casi dos horas logramos terminar el trabajo, Jean se despidió de nosotros.

Y esa fue nuestra primera cita, realmente no logro recordar que hicimos, pero él siempre me hizo notar lo mucho que le interesaba que me sintiera bien y cómoda.

Recuerdo muy bien que en ese año comencé a tener muchos problemas con Harley, la novia de Jean. Realmente no entiendo que es lo que esa chica tenía conmigo, bueno, después de una larga platica si logre entender, pero ella termino haciéndose ideas equivocadas de mí, entre ellas; pensaba que yo en cualquier momento le quitaría a Jean. Y si, Jean me gustaba mucho, pero siempre me dije que nunca iba a interferir en su relación, iba a hacer mi papel como mejor amiga y quedarme a su lado solo como eso.

Jean era demasiado idiota y se la pasaba metiéndose en peleas a cada nada, y ahí esta yo, para ayudarle a limpiar las heridas o para regañarlo cada que hacía alguna estupidez. Nuestra amistad siempre se basó en cuidarnos mutuamente, pero hubo algún tiempo en el que el olvido esto.

Aunque el muchas veces se disculpó conmigo por lo que Harley me decía, es que esa chica realmente era una pesada. Pero yo siempre supe que él nunca fue el culpable de la enemistad que Harley tena conmigo, aunque una vez el decidió terminar con ella porque se pasó con los comentarios que hizo hacia mí.

Ese mismo día Matias me invito a salir, no me dijo a donde íbamos, tan solo hizo que subiera a un autobús y yo siempre confié ciegamente en él; así que lo seguí a donde sea que el me llevara.

El camino no fue muy largo, a lo mucho tardamos menos de media hora. Me llevo a una pequeña casa, la fachada no era la más bonita que yo había visto, pero al momento de entrar era realmente impresionante lo bonita y cuidada que estaba.

La casa era de él, me conto que en un principio también era de Dante y Fabiola, pero ellos terminaron dejándosela a el porque la casa estaba muy descuidad y no les interesaba tenerla. Entonces Matias comenzó a remodelarla.

— ¿Qué te parece? — me pregunto.

— Es un lugar muy bonito— dije mientras veía cada detalle de la casa— Te esforzaste mucho.

— Así es, quería la opinión de alguien más.

— Es un lugar bonito— reafirmo y él me sonrió.

— Por cierto, hay un juego de llaves escondidas en la entrada— dijo y yo no había entendió por qué— ¿Quieres algo de comer?

— Si, mi gran chef.

Después de ese día, mis encuentros con Matias se hicieron más constante, muchas veces iba por mí a la escuela o a mi casa, me ayudaba con mis tareas y me invitaba a salir o a comer.

En uno de esos encuentros note que el tenía un golpe en el labio, me preocupe mucho por él, pero él nunca me explico él porque estaba de esa forma.

En una de esas salidas nos encontramos con una chica, yo ya sabía perfectamente quien era.

Su nombre es Roxana, la ex novia de Matias; en su momento su relación era una muy sana, ambos se amaban demasiado, pero con el tiempo las cosas fueron cambiando llegando a un punto en el que solo estaban juntos por costumbre, hasta que Matias tomo la decisión de terminar la relación. Creo que cuando recién conocí a Matias el aun sentía algo por ella, pero hasta cierto punto yo logré entender eso.

Ese mismo día descubrí que Matias hablaba otro idioma, me impresiono lo fácil que me explicaba cómo fue que lo aprendió, creo que desde ese momento me dieron ganas de aprender el mismo idioma.

Hubo unos días en los que hacia todo lo posible por evitar a Jean, y es que la verdad es porque mis sentimientos por el comenzaron a cambiar, se me hizo un poco difícil aceptarlo porque pensaba que aquel chico me gustaría toda la vida, claramente estaba equivocada.

Y de igual forma comencé a evitar a Matias, me daba miedo que me gustara.

— ¿Por qué te daba miedo? — me pregunta la chica que tengo enfrente mío.

— Porque nunca me había sentido así por alguien más.

—  Porque nunca me había sentido así por alguien más

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Ven Conmigo [Recuerdos Fugaces #1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora