CAPITULO 22

257 13 1
                                    

Narras Tú:

Me levanté por dos cosas esta mañana. Los molestos rayos del sol y el delicioso aroma del desayuno de mi amiga. ¿Qué hora es que ya esta despierta y haciendo desayuno? Mire mi reloj y era casi el medio día. Toqué mi cabeza y ya no dolía. Duré diez segundos en pararme, así que me dirigí al baño a hacer mis necesidades y a cepillar mis dientes. Me miré en el espejo y arreglé un poco mi cabello. Seamos realistas. Nadie despierta de un buen modo en las mañanas. Me dirigí a la cocina y me encontré a mi amiga. Al parecer iba para algún lado.

-¿Qué es lo que huele tan rico? –Hice notar mi presencia mientras me acercaba a ella para besar su mejilla.

-Algo de avena con canela, tostadas con mermelada, frutas, y jugo de naranja o café. –Sonrió.

-¿A qué hora te levantaste? –Cogí una tostada y le di un mordisco.

-Hace una hora. –Dijo mirando su reloj.

-¿Por qué tan temprano? –Dije sirviendo café en una taza.

-¿Ansias? ¿Nervios? ¿Algún chico? –Dijo sonriente.

-¿Qué escondes, señorita? –Dije tomando asiento en una pequeña mesita.

-Harry me invitó a salir. –Sonrió y puso en la mesa un plato con una pequeña porción de avena con canela.

-¡Mírate! –Dije divertida. Me alegraba que estuviera feliz. Aunque admito que me dio algo de celos. – ¿Pasó algo ayer?

-No. Nada que ver. –Rodó los ojos.

-¿Y donde quedó la niña mala? –Dije dándole a mí tostada otro mordisco y un sorbo a mi café.

-Sigue aquí. –Beso mi mejilla. –Ya me voy.

-¿Primer día y ya me dejas sola? ¡Qué mala amiga eres! –Dije sarcástica.

-¡Te amo! –Gritó y se fue.

Narra Niall:

-Un café con azúcar y leche, por favor. –Le pedí a la señorita. 

-Aquí tiene, señor. –Sonrió y me lo entregó. 

-Gracias. –Lo cogí y le di un sorbo. Me dirigí a mi auto y tomé asiento. Solté mi café un momento y cogí aquel mapa que me mostraba toda la ciudad. Busqué mi marcador y taché el hotel anterior. Esto quería decir que tampoco estaba allí. Así que me dirigí al próximo.

-Disculpe, señor. Quiero saber si mi novia se está quedando aquí. –Dije en la recepción.

-¿Cuál es su nombre? –Preguntó.

-¿El mío o el de ella? –Pregunté.

-El de ella. –Contestó.

-______ ______ (Tn & Ta) –El señor buscó en su computadora y luego me observó.

-No hay nadie registrado aquí con ese nombre, disculpe. –Dijo.

-¡M¡erda! –Susurré para mí mismo. –Gracias. –Le dije y me fui. Al llegar a mi auto, taché el hotel donde me encontraba y de un cantazo me terminé mi café. Comencé a conducir. Solo debía seguir preguntando en los hoteles. “No señor, lo sentimos”. “Disculpe, señor. No está”. “Lo siento, no hay nadie aquí con ese nombre”. Fue lo único que escuche por tres horas seguidas.

Narras Tú:

No me quedaré aquí aburrida. Iré a retratar esta hermosa ciudad.

Narra Harry:

Me encontraba en un hermoso museo con Valentina. Llevábamos tres horas recorriendo la ciudad. Ella era fantástica. Simpática, divertida, sociable, incluso atrevida. Se atrevió a decirle a un señor mayor que se había hecho encima. Es muy graciosa, me hace sentir muy bien. Su mirada es como ir al paraíso. Viajar en el tiempo y no volver jamás. Para ______ siempre habrá un lugar, pero Val me hace sentir diferente. Es muy hermosa, y al conectar nuestras miradas, me regala una perfecta sonrisa. No puedo evitar reír. Es realmente hermosa.

-¿Quieres ir a comprar algo? Creo que no me gusta estar en museos. –Dije deteniéndonos mientras caminábamos.

-Sí, creo que no me agrada ver Historia a mí tampoco. –Rió. – ¿Qué quieres comprar? 

-Espérame aquí. –La deje en la entrada del museo. Crucé la calle y me acerque a una señora que vendía ramos de flores.

-Buenas Tardes, jovencito. ¿Qué se le ofrece? –Preguntó amablemente la señora.

-Me gustaría una de esas rosas, por favor. –Señalé un ramo de flores rojos, con pétalos como la sangre.

-¿Solo una? –Preguntó.

-Si, por favor. –Respondí.

-Entonces, llévatela gratis. Debes ser un niño muy amable y tierno. Cuando un chico regala una rosa como esta, sola, quiere decir que siente algo por la persona que la recibirá. –Sonrió y me la entregó.

-Gracias, señora. Es usted muy amable. –Sonreí de vuelta.

-Suerte, jovencito. Gracias a ti. –Me giré y caminé hasta la pelirroja. Escondí la flor en mi espalda para que no la viera.

-¿Qué hacías por allá? Te perdí de vista por los autos y la gente caminando. ¿Dónde estabas? –Pregunto algo curiosa.

-Vine a traerte esto. –Sonreí y extendí mi mano, entregándole aquella hermosa rosa.

-Harry, yo...

-No digas nada. Ni agradezcas. Solo quiero que sepas que eres muy especial para mí. –Dije. Lo que hizo que su sangre se acumulara en sus mejillas. ¡Ya decídete Styles! ¿Val o ______? Dijo mi mente. Ahora esto era demasiado para mí. No puedo andar con dos mujeres al mismo tiempo. Eso no es de hombres.

VOTEN...COMENTEN ...

𝙊𝙑𝙀𝙍 𝘼𝙂𝘼𝙄𝙉 ( 𝙉𝙄𝘼𝙇𝙇 𝙔 ---- )(𝙃𝙤𝙩)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora