Prólogo

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El ascensor ascendía por el túnel lentamente, como si se burlara del nerviosismo de Rin, notaba cómo su respiración se aceleraba y sus músculos se tensaban ante la aterradora idea de salir a la arena y empezar la carnicería, aunque al fin de cuentas... Para esto había sido entrenada. "No será la primera vez que mate" se dijo para sus adentros. La guerra había acabado hacía poco más de tres años, aún recordaba su llamado a filas, entrenamiento y a los amigos que había perdido. A pesar de tener 15 años en aquella época había sido mandada al campo de batalla, había cruzado las líneas enemigas y había matado soldados del Capitolio. Esto no era nuevo.
Había visto más heridos y sangre de lo que cualquiera pudiera imaginar, y ahora, cada año a partir de aquel en el que perdieron, el Capitolio se encargaba de recordárselos.
"Se un juego de niños" se dijo a sí misma cuando los primeros rayos de luz la cegaron, había llegado a la superficie. En un instante vio que estaba en un hermoso prado verde, frente a ella había una enorme cornucopis dorada y rodeándola, decenas de bultos amorfos y armas. A unos 5 metros a su derecha estaba el chico de pelo corto y piernas largas que recordaba del entrenamiento, se preparaba para salir corriendo en el momento en el que el cronómetro llegara a cero.
"Llegó el momento de la acción" pensó mirando el reloj que se alzaba enorme sobre el cielo mientras una voz metálica e imponente empezaba a contar en forma regresiva - ¡10!, ¡9!, ¡8!... - "este año va a ganar el Distrito 7", se dijo. - ¡7!, ¡6!, ¡5!...- "¿Dónde demonios habían puesto a Makri? ¿Frente a ella o en algún otro lugar a su izquierda? - ¡4!, ¡3!, ¡2!... -"¡Púdrete, maldito Capitolio! Este año ganará el Distrito 7. - ¡1! ¡Que comiencen los terceros Juegos del Hambre!

Los Juegos del Hambre, Año TresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora