Flecha #3

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¡Vamos a tu casa!

— ¡¿Ustedes son primos?! —preguntó escandalizado SeHun recibiendo un regaño por parte del profesor que se encontraba calificando pruebas en su escritorio, se encogió en su lugar apenado y volteó a ver a sus dos amigos que se encontraban sentados frente a él con una sonrisa burlona en los labios.

Cerró los ojos esperando que de esa manera lograra calmarse. Primero recapituló la cercanía que parecían compartir JongDae, JongIn y JunMyeon; a pesar de que no compartían mucho tiempo juntos dentro de la escuela, SeHun notaba que no existía una barrera entre ellos cuando coincidían, de hecho el contacto físico, las sonrisas y los honoríficos eran demasiado íntimos para tratarse de una simple amistad entre un par de hoobaes y su sunbae.

Después de aceptar aquel hecho su cerebro se tranquilizó un poco y logró entender otro detalle que había pasado por alto. JongIn y JongDae siempre llegaban y se iban juntos de la escuela, no había día en la que salieran del salón por separado. Su mente inocente había pensado que tal vez ellos dos vivían en el mismo vecindario, pero su aparente relación sanguínea tenía mucho más sentido.

— ¿En serio no lo sabías?, creíamos que era muy obvio—comentó JongDae, recibiendo un asentimiento por parte de JongIn—. ¿No te decía nada que compartiéramos el mismo apellido?

— ¡En mi defensa Kim es demasiado común! —JongDae levantó una ceja con incredulidad. SeHun se mantuvo callado—. Entonces ustedes son primos y JunMyeon...

—Es mi hermano—completó JongIn—. Nadie sabe de nuestro parentesco con él porque JongDae quiere evitar que se extienda el rumor.

— ¿Por qué? —cuestionó SeHun. JongDae suspiró mientras miraba alrededor. Se suponía que debían estar respondiendo los ejercicios que se encontraban escritos en la pizarra—. Yo hago el trabajo, tú sigue hablando y ahorita te los paso.

Esto pareció satisfacer a JongDae, quien se acomodó en su asiento con una sonrisa y se inclinó para comenzar a relatar mientras JongIn y SeHun escribían fórmulas en sus cuadernos.

Las dos familias Kim siempre fueron muy unidas, desde temprana edad los hermanos Kim siempre congeniaron estupendo y, para fortuna de ellos, sus respectivas parejas también se llevaban de maravilla. Cuando ambas esposas supieron que tendrían hijos de la misma edad, decidieron que los bebés crecerían como hermanos. Fue tanta su obsesión con este detalle que incluso sus nombres eran similares, como si se tratara de un par de gemelos.

En ese contexto nacieron Kim JongIn y Kim Jongdae, los hermanitos Jong, como les decían algunos de sus parientes lejanos.

Kim JunMyeon, siendo el hermano mayor biológico de JongIn, desde temprana edad tuvo como principal objetivo cuidar de los nuevos miembros de la familia. El pequeño JunMyeon, que entonces tenía poco más de tres años, fue testigo de su crecimiento mientras los observaba dormir en la cuna durante sus turnos de vigilancia. Él los escuchó decir sus primeros balbuceos, y con el paso de los meses, sus primeras palabras; el JunMyeon de cuatro años se sentía muy orgulloso de decir que su propio nombre fue la segunda palabra que los bebés lograron articular, justo después de mamá.

A los cinco años JunMyeon les prestaba sus brazos y manos como apoyo cuando los pequeños querían comenzar a dar sus primeros pasos. Cuando cumplió seis comenzó a enseñarles las letras que él aprendía en la escuela y los acompañaba al parque tomados de la mano para poder jugar juntos. Con todas estas experiencias a lo largo de su vida, fue inevitable que JunMyeon no considerara a ambos chicos como sus hermanos, aunque uno de ellos en realidad compartiera otro parentesco. Poco le importaba ese detalle en realidad.

Flechazo [SEHO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora